Espiando a los trabajadores

En los últimos días he leído dos noticias sobre un mismo asunto, de parte de dos de las empresas más grandes del mundo: movimientos para ampliar el espionaje de los trabajadores.

Wal-Mart, aunque aquí ese nombre no nos diga demasiado, es el mayor distribuidor de EE.UU. y varios de sus dueños están entre los más ricos según Forbes. Microsoft es de sobre conocido por todos. ¿Representan estos movimientos una tendencia hacia la que debemos estar atentos? Desde luego es una violación a los derechos de los trabajadores. El tiempo nos responderá, pero creo que no hay que quitarle el ojo de encima, porque está más extendido de lo que parece gracias a los transpondedores RFID que se utilizan en muchos edificios para pasar de una sala a otra. Lo que ambos persiguen es eliminar al vigilante y colocar una máquina. Me chirrían los dientes.

Cómo proteger tu privacidad en la red

Sin caer en una paranoia excesiva hay que ser conscientes de que la privacidad es importante. Aunque no se pueda descartar que se nos pueda estar vigilando desde instancias públicas, la mayoría de las veces protegeremos nuestra privacidad para evitar ser objeto de abusos publicitarios, tan sólo porque nuestra información personal tiene un elevado valor.

Para ser consciente de esto hay que comenzar por vernos a nosotros mismos con ojos de publicista. A través de estos ojos nosotros no somos nunca más una persona cualquiera, sino un individuo perteneciente a un segmento específico de público. Y un individuo cualquiera tiene un valor publicitario estándard, pero un individuo altamente clasificado tiene mucho valor, porque es más fácil acertar con sus gustos, y la publicidad dirigida tiene mucho más éxito.

Por supuesto, es muy difícil vivir en 2008 sin ser clasificado y estudiado con fines de publicidad segmentada y esto viene sucediendo desde los años 80. Sobre esta situación en la red hablamos en La publicidad en la red, lo que el usuario no ve y también hablamos cuando surgió el escándalo de Facebook Beacon. El principal problema tras esta práctica es que reuniendo el puzzle de todo lo que compras, los publicistas tienen acceso a todos tus hábitos (qué compras, cuándo, cómo lo consumes, dónde vas y quizá hasta con quién vas), que analizarán para conocerte mejor. Hay quien dice que esto es una ventaja, desde luego es una ventaja (una vez más) desde los ojos del publicista. A mí, cuando me ponen publicidad altamente personalizada (como en Amazon o en Facebook Beacon) lo que están es depurando el sistema mediante el cual me separan de mi dinero de forma eficiente. Desde luego esto no es una ventaja para el usuario; aunque sí lo es para el publicista. Por tanto hay una cuestión que hay que analizar. ¿Qué recibimos a cambio de toda la información personal que damos a numerosas webs?

Aquí tenemos una serie de trucos para ganar una razonable cantidad de privacidad en la red, agrupadas en dos niveles (según tu grado de paranoia). Muchas son para todos los públicos y otras para gente realmente interesada en la privacidad

Medidas prácticas, no paranoicas.

  • No usar Google Desktop ni Microsoft Desktop Search. Un índice completo de cada palabra de tu disco duro en manos de publicistas los hará sudar frío del placer.
  • No uses webmail populares como Google, Microsoft o Yahoo!. El motivo es idéntico al superior, pero añadiendo que se aplica a TODO el correo que envías/recibes.
  • No uses toolbars o Desktop Gadgets/widgets. Los de Google y Yahoo! recogen toda la información sobre tu actividad online para usarla con fines publicitarios.
  • Borra todas tus cuentas en redes sociales. Montones de información disponible para hacer minado, relacionado y análisis de tí. Como poco, elimina tanta info como puedas y usa un nombre de usuario que no dé información sobre tu identidad real.
  • Borra tus cookies tras cada sesión. O usa IxQuick o AskEraser. Para hacerlo mejor acepta las cookies selectivamente (Konqueror lo hace por defecto, en Firefox se hace usando extensiones, en Explorer es una causa perdida).
  • Cambia el nombre de tu usuario local diariamente. El navegador y otro software envía esta información a los servidores. Si tu nombre de usuario resulta ser nombre.apellido, se lo estás poniendo fácil.
  • Camufla tu navegador. Usa un navegador capaz de identificarse como otro navegador, para que ese dato no sea fácilmente asimilable. Opera lo hace por defecto, Firefox si le ponemos la extensión pertinente.

Medidas para paranoicos que además están orgullosos de serlo

  • No hagas llamadas internacionales. Incluso si la retención de datos o la NSA (si llamas a los EEUU) te dan igual, debes estar atento a Echelon, el gran hermano olvidado.
  • No contrates una conexión de banda ancha. Porque tu ISP puede unir tu IP a tu ubicación física. Una vez más tu nombre, dónde estás y tu actividad en la red son valiosas para los publicistas.
  • Usa Wi-Fi gratuita. Si no tienes internet en casa pero quieres vivir en el mundo. Cualquier cafetería cerca de casa te podría servir, pero lo suyo es que cambies la MAC de tu ethernet cada vez que entras.
  • Instálate un sistema de detección de intrusiones. Dando por hecho que tienes un cortafuegos, un antispam y un antiespía, esto aún te dará más control. Lo suyo es abrir solo el puerto 80.

Quizá quieras ir hasta el límite y no tener ni correo-e, ni teléfono fijo, usar una tarjeta prepago (sólo te queda un año y pico de anonimato) que cambies frecuentemente, alquilar un apartado de correos y pagar siempre en metálico.

Pero quizá quieres aún vivir en el mundo que tenemos, mantener un blog y tener un pequeño portfolio/perfil público y profesional en la red. Yo tengo este blog y eso significa que tengo una presencia pública que los publicistas analizan. Pero también he de admitir que sigo bastantes de las prácticas que pongo ahí arriba (de las primeras sólo fallo una por culpa de gmail, las segundas son muy jevis, aunque intento pagar en metálico siempre que puedo, algo que recomiendo a todos).

*** Basado en una nota de GigaOM.

*** Bola extra: manual sobre seguridad y privacidad para personas viviendo en regímenes duros.

Cómo Google «te roba» tus suscriptores y se los da a Feedburner

Muchos de nosotros usamos FeedBurner para gestionar nuestros feeds. Feedburner nos da alguna información como el número de lectores (que de otra manera habría que mirar en los logs de acceso del servidor, y no todos pueden) y nos da otras facilidades, como el servicio de suscripción por correo. Esto último es interesante porque la gestión de datos personales (como correos electrónicos) nos podría poner en un aprieto si nuestra web es asaltada. Confiamos en la simplicidad, por eso lo usamos: nos elimina la complejidad de mantener el servicio de mailing nosotros mismos.

El título del post tiene, entonces, tiene su miga porque evidentemente ambos feeds contienen nuestros posts, y nos leen igual, pero hay un matiz importante. Uno es completamente mío, y otro no. Incluso aunque pongas esmero en hacerlo bien para que tus lectores sigan leyendo tu feed, Google hace trampas.

El caso es que yo uso Feedburner pero siempre que lo he usado para alguno de mis feeds me he preocupado de que el blog siga teniendo su feed original, crear un alias y redirigir ese alias a FeedBurner (ver cómo hacerlo en Drupal, para WordPress hay un plugin Feedburner FeedSmith que también lo hace de forma transparente). Mi intención es que si yo decido cambiar de servicio y abandonar FeedBurner, mis lectores no se queden colgados con un feed que ya no funciona.

Y aquí es donde viene la historia de cómo Google (propietaria de Feedburner), a través de su sistema de reconocimiento de Feeds, que selecciona automáticamente el feed que «su máquina» considera principal de los que se vinculan a una página te traiciona. Si Google quiere servir a la red de forma neutral, debe abandonar las malas praxis, entre las que se incluye la de priorizar el Feed redirigido de FeedBurner. ¿No sería más lógico pensar que el feed prioritario es el original (en el caso de este blog http://www.versvs.net/node/feed) y no el de feedburner? Comprenderán todos que no me crea yo que Google es incapaz de saber qué feed es el original, ellos que «organizan la información» del mundo. Bloglines, por ejemplo, sí detecta todos los feeds vinculados a la página de inicio de este blog y te los muestra, así cada cual elige (recomiendo siempre escoger los feeds originales de los blogs/medios que leemos). Si Ask/Bloglines puede, Google también puede, lo que sucede es que quizá no quiere.

*** Hagan la prueba: intenten suscribirse (incluso aunque ya lo estén) a este blog usando Google (que dará a elegir entre Homepage y Reader, pero no entre el feed de feedburner y el original de este blog) y usando Bloglines. ¿Hay diferencias? Claro que las hay. Bloglines es un servicio en 2 clicks, igual que Google, pero hecho para servir al usuario, y no a la contra.

Y sucede que si un día alguien llega a este blog y lee algo que le despierta el suficiente interés como para darme una oportunidad entre sus feeds y resulta que su agregador es Google Reader, Google podría engañarle y suscribirlo a mi feed a través de FeedBurner. Si yo cambio de servicio ese lector se queda sin mis posts, y yo me quedo sin mi lector. Pérdida por partida doble.

Así pues, una mala práctica de Google destinada a acaparar tráfico y a atar a los usuarios. Esta es otra forma de matar la neutralidad de la red, aunque mucho menos evidente que la que siempre criticamos.

*** Dos cosas que comentar:

  • A todos los que seguís este blog a través del Feed, si queréis seguir leyendo este blog suscribid el feed original del blog, y no el de Feedburner. Recomiendo hacerlo pronto, porque cualquier día lo abandono (más pronto que tarde). Habrá personas que opinen que no es para tanto, a mí sí me lo parece. Yo soy así, qué le vamos a hacer.
  • ¿Hay alternativas a feedburner para servicio de mail de nuevos posts y todo eso?

Las leyes de la simplicidad

Uno de los libros que leí últimamente (justo antes de navidad, de hecho) fue Las leyes de la simplicidad, de John Maeda. John Maeda recoge las leyes de la simplicidad en 10 puntos sobre los que se detiene a lo largo del libro. Las diez leyes, reducidas hasta el extremo, que encontramos según él son las siguientes.

  1. Reducir: La manera más sencilla de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción razonada. Si tienes dudas sobre la inclusión de alguna idea, elimínala. Deja solo lo imprescindible
  2. Organizar: La organización permite que un sistema complejo parezca más sencillo. Agrupar elementos comunes ayuda a que se entienda todo mejor, sin embargo una excesiva creación de subgrupos de ideas lo vuelve a complicar. En el caso límite, un subgrupo para cada cosa, estaríamos como al principio. Así que hay que organizar con moderación.
  3. Tiempo: el ahorro de tiempo simplifica las cosas. Algo que la gente de Renfe no han entendido con su tarifa web.
  4. Aprendizaje: el conocimiento lo simplifica todo. Y eso es algo que escapa a nuestro control, pues depende de la persona que recibe la información/objeto. ¿Un tornillo es fácil de usar o sólo es fácil de usar una vez que sabemos en qué sentido se aprieta y en qué sentido se afloja?
  5. Complejidad: simplicidad y complejidad se necesitan. Mantener fresca la noción de complejidad ayuda a valorar las cosas cuando son simples.
  6. Contexto: lo que está en el límite de la simplicidad también es importante. Si se trata de una presentación, tan importante como la claridad con la que ésta esté diseñada puede resultar lo «habitable» de la sala de reuniones, la luz, que los asientos sean cómodos, que los asistentes tengan dónde tomar notas…
  7. Emoción: es preferible que haya más emociones a que haya menos. Evita el exceso de frialdad, por muy matemático y científico que pueda ser, por muy simple y claro. Quizá a veces es mejor que la cosa se complique un pelín a cambio de algo de contacto.
  8. Simplicidad: Confiamos en la simplicidad. Esta es fácil, lo que nos resulta simple también nos resulta menos agresivo, menos peligroso. La persona que recibe algo que resulta simple de entender/usar, tendrá predisposición a aceptarlo. Al menos no saldrá huyendo de «esta cosa tan difícil que me estás explicando». Sobre esta hicimos un post el otro día: confiamos en la simplicidad.
  9. Fracaso: en algunos casos, nunca es posible alcanzar la simplicidad. Bueno, «condiciones extremas demandan respuestas extremas». En ocasiones tenemos que explicar ideas tan complejas, o diseñar un pequeño programa con tantas opciones, que es imposible hacer de él algo simple y amigable. No se puede ganar siempre…
  10. La única: La simplicidad consiste en sustraer lo que es lógico y añadir lo específico. Resumen de todo lo anterior. Desde el reducir lo superfluo hasta añadir el toque humano.

Lo cierto es que el libro consta de sólo 100 páginas (se ve que usó bastante el reducir que comenta al principio) centradas sobre todo en el diseño (referencias al iPod y a los equipos de audio de Bang & Olufsen hay algunas, por ejemplo) pero cuyo uso se puede extender a otros ámbitos, como presentaciones orales o lo que quiera que hagáis muchos de vosotros en vuestro día a día. Hasta para redactar un informe puede servir. No es una mala lectura, sobre todo si consigo aplicar alguna de estas normas y le saco algo de provecho… Podría empezar por hacer posts más cortos y más resumidos, pero no siempre tengo tiempo para depurarlos.

*** Las leyes de la simplicidad tiene un blog asociado (The laws of simplicity), en el que John Maeda extiende lo comentado en el libro.

Publicidad en supermercados

Anoche me encontré un reportaje del programa «Reporteros» (el equivalente a Informe Semanal, para los que no seáis de aquí) en Canal Sur. Hablaban de publicidad en los supermercados y hubo algunos detalles que me llamaron la atención, acerca de la estructuración de los supermercados y de las herramientas de publicidad que hay implícitas en ellos.

  • La mayoría de supermercados tienen una única entrada, a la derecha de las cajas registradoras.
  • Tenemos tendencia a mirar a la derecha, por eso una vez atravesamos esa única puerta, lo primero que nos encontramos en el stand de la derecha son productos caros y/o productos de compra casual/compulsiva. La electrónica de consumo, libros, discos, … cosas que al verla se nos apetece comprar.
  • Los carritos del supermercado, por fabricación, se desvían hacia la izquierda. De esta forma tenemos que hacer un mayor esfuerzo con esa mano para dirigirlo, y la mano derecha queda libre para ir cogiendo lo que vamos viendo al mirar hacia la derecha… (nota: En estos momentos siento un enorme placer de ser zurdo). Ya hace meses os descubrimos uno que se sabía nuestra vida (y ahora hay otro al que Microsoft le pasará anuncios empleando RFID).
  • La mayoría de nosotros preferimos dar la vuelta al super en sentido antihorario. De forma que en el extremo izquierdo del super nos colocan los alimentos de primera necesidad como la leche, para que demos todo el rodeo.
  • Las estanterías suelen tener tres niveles. La que está a nivel de los ojos es la que más rendimiento le da al super. Ojo, no quiere decir que sean los productos más caros del super, sino aquellos en los que la especulación existente entre el productor y tu mano es más abultada. La balda a media altura no es especialmente interesante, pero abajo del todo nos volvemos a encontrar productos de primera necesidad, ya que de otra forma los productos de abajo no se venderían (hay que agacharse) nos ponen cosas que por web*s hay que llevarse (leche, galletas, …).
  • En el centro del super está la zona más caótica, donde se sitúan pequeños caprichos que compramos compulsivamente, cosas de pequeño coste y alta tentación (chocolates, pequeñas cosas para la cocina, …)
  • La estancia promedio en un super está marcada en 55 minutos. Pero en el súper juegan con la música para vaciar el establecimiento impulsando a la gente o comprar deprisa (canciones rápidas) o a permanecer en el super dando vueltas si éste está vacío (música tienna).

Lo cierto es que haciendo un repaso mental de los supermercados a los que voy habitualmente, cumplen a rajatabla con todo esto. Nos tratan como autómatas. Y, ¿a alguien que nos trata como si fuésemos tan sólo un ladrillo en el muro les vamos a dejar hacer el agosto sabiendo aún más cosas de nosotros? Evita el trazado de perfiles comerciales en los supermercados, similares a los que nos pueden construir en la red. ¿Cómo? Evitando las tarjetas de fidelización (para empezar) y adquiriendo el recomendable hábito de pagar en efectivo todas las compras de super que no pasen de un determinado valor, digamos 30-40 euros si vais cada pocos días; pero el límite lo debe marcar cada uno, porque ya sabemos que los publicistas están fuera de control.

¿Qué recomienda la OCU? La organización de consumidores recomienda hacer la lista de la compra antes de ir al súper y ceñirse a la misma todo lo posible, no porque le preocupe que tengamos que bajar dos veces si olvidamos algo, sino para evitar caer en las redes de la compra compulsiva que matemáticamente han dispuesto para nosotros. Ya saben, el tan famoso «bajé a por un par de cosas y me gasté 30 euros…». Al fin y al cabo, no hay que olvidar que la publicidad consiste en separar a la gente de su dinero.

Jóvenes en red, dominios gratis… ¡pero a qué precio!

Muy rapidito. Hace unos días corrió por la red que el gobierno regalaría dominios gratuitos a todos los jóvenes menores de 30 años, dentro del programa jóvenes en red. También prometen (pero de eso no hay pruebas fehacientes) alojamiento gratuito y algunas cosas más, el primer año (no, no te van a dar hosting para el blog hasta los 30, jeje).

Pues bien, hoy via Genbeta me entero de algunos detalles más, como el nada despreciable detalle de que, caso de querer renovar los dominios (en genbeta hablan de necesidad, pero para mi cabeza matemática eso implica una obligatoriedad sobre la que no tengo pruebas, así que no lo diré), la renovación te costará 32 euros (dando credibilidad a Genbeta).

Increíble. El gobierno mete a toda prisa este episodio y lo enmarca dentro de la Ley de medidas para el Impulso de la Sociedad de la Información (LISI), se cuelga la medalla con los jóvenes (seriamente cabreados con su política hacia la red) y resulta que el gobierno ¡compra dominios .es a 32 euros! ¿Quién es el responsable de este despropósito? ¿Quién se está entacando?

Pero bueno, la nota es para recalcar qué fácil es pagar cuando el dinero proviene del fondo común. En CDmon un dominio .es vale 11 euros (ya con su iva y todo), un tercio de lo que le están sisando al gobierno, era optimista esperar algo mucho mejor hecho. Para una iniciativa que de verdad parece interesante, y que quede ensombrecida por cosas como ésta.

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