Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia

En Reino Unido la guerra contra el terror ha terminado. Las palabras «guerra contra el terror» (Nota: «war on terror» en el original) dejarán de ser utilizadas por el gobierno para describir los ataques que tengan lugar en terreno británico (y sobre todo las respuestas, supongo). (Daily Mail via Schneier).

Ahora dicen que «los «terroristas» nunca fueron soldados luchando una guerra, sino unos fanáticos lunáticos, poseídos por un «culto a la muerte» carente de objetivos», y que sus victímas (como las del 7-J en Londres) «no son víctimas de guerra» sino víctimas de un fanático cualquiera.

Es fantástico, porque ahora resulta que la guerra no era tal, sino retórica. Por eso le ponen fin simplemente cambiando el nombre con el que se referirán a ella. Pero claro, las medidas de excepción aprobadas en tiempos de guerra se quedan. O ¿quizá es que ahora están en guerra contra el culto a la muerte? ¿Reino Unido siempre ha estado en guerra contra el culto a la muerte? Dios, qué complicado entenderlos…

*** La realidad a veces no supera a la ficción, tan sólo la iguala.

Suiza prepara su propia DMCA

Tras leer ese título alguien puede haber esbozado una cara de sorpresa, para ellos va este primer punto del post. ¿No sabes qué es la Digital Millenium Copyright Act (DMCA)? La DMCA es «la LPI estadounidense». Sólo que decir eso es ser muy generoso con la DMCA o muy duro con nuestra LPI. La DMCA es órdenes de magnitud más restrictiva que nuestra LPI. No permite la copia privada, y si te meten DRM en algún sitio no permite ni siquiera la ingeniería inversa para desarrollar un sistema compatible. Ojo, ni siquiera hablamos de eliminar el DRM, sino de desarrollar un sistema compatible. En realidad, no permite la ingeniería inversa de ningún tipo. Si mañana Microsoft decide no publicar el formato de sus documentos, en EE.UU. nadie puede investigar el formato de los archivos para desarrollar un software compatible capaz de abrir esos ficheros. ¿Ha quedado claro qué es la DMCA? ¿Jodido, verdad?

Pues Suiza prepara una ley de este pelo (European Digital Rights) y la cosa es tan seria que hay una campaña de recogida de firmas (sólo para Suizos, como es lógico) para solicitar un referéndum popular sobre estas leyes que permitiría rechazarlas. La campaña está en No Swiss DMCA y necesitan 50.000 firmas para el 24 de enero para solicitar este referéndum. Todo parece indicar que no las conseguirán y que la cosa está muy cruda.

De forma que el cercamiento digital avanza. Con Europa preparándose para expulsar de la red a la gente que use redes p2p, y el resto del «mundo rico» (Canadá, Suiza y EE.UU., Japón) con leyes ultrarrestrictivas o en proceso, la libertad en la red se va quedando en nada, la libertad en nuestra sociedad se va reduciendo. Dirán que tecnología contra tecnología siempre será posible saltarse estos controles. Quizá, pero ¿se han parado a pensar cuántas personas tienen software para rippear dvd en su ordenador? Se estima que tan sólo el 1.5% de la gente ha rippeado alguna vez un DVD. Es el problema de estas medidas, cada vez más gente carece de la habilidad o los conocimientos para evitar las barreras: quedan excluídas del conocimiento.

Urgen movimientos, y los partidos tradicionales van a por nosotros, ninguno moverá un dedo. No lo olvides el 9 de marzo.

*** Una vez más el enlace a toda la información: http://www.no-dmca.ch/

La sociedad de control, exponiendo el concepto

Para acceder a la página dedicada al libro y leer más acerca de La sociedad de control, pulsa sobre el siguiente enlace:

La sociedad de control es el sistema social pensado para sustituir las democracias dieciochescas y su asamblearismo. Está basada en las posibilidades tecnológicas abiertas con los desarrollos de la segunda mitad del S. XX y tiene su principal apoyo en la deliberada ausencia de medidas legales que limiten el abuso de estas tecnologías. Para entender bien lo que es la sociedad de control primero hay que detenerse a describir el mundo en qué vivimos: la sociedad parlamentaria o asamblearia.

La sociedad parlamentaria se caracteriza por la separación de poderes (legislativo, ejecutivo, y judicial) y porque el pueblo elige democráticamente un número de representantes sobre los que recae la responsabilidad y el poder de dirigir la vida pública (leyes, medidas económicas, gobierno). Cada cierto tiempo la población elige nuevos representantes, momento en el que -idealmente, *sigh* aquellos representantes que han actuado mal (por incapacidad o por corrupción) son reemplazados por otros. El sistema puede tener sus problemas, como el que minorías muy pequeñas jamás vean realizadas sus propuestas, pero en general no es un sistema aborrecible, al menos es la mayoría del pueblo el que elige a los dirigentes.

¿Cuál es el problema? Nuestra sociedad parlamentaria está siendo debilitada por las élites sobre las que repetidamente recae el poder. El método escogido ha sido el de crear instituciones supranacionales carentes de todo carácter democrático. Estas instituciones están encarnadas tanto en la piel de estados macroestatales (como la UE y todas sus instituciones) o bien en «instituciones internacionales» como el FMI (Fondo Monetario Internacional), el BM (Banco Mundial), la OMC (Organización Mundial del Comercio), la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Ninguna de ellas tiene (1)cáracter (2)democrático. Esta doctrina se conoce como Consenso de Washington y persigue apartar a los ciudadanos del poder, aunque para ello haya que mentir y recurrir a emplear una doctrina de libre mercado de agrio autoritarismo, a la que se recurre para desmantelar los servicios públicos y debilitar la influencia de las instituciones básicas de la democracia. Las partes implicadas en este proceso de transformación incluyen al poder político (encarnado en el gobierno) y al poder económico (encarnado por las empresas). En España se han sumado los sindicatos, bajo estricto control político, haciéndonos recordar alarmantemente aquel corporativismo añorado por Mussolini. Según el propio modelo de estado del dictador italiano, «el corporativismo se refiere a un estado policial gobernado bajo una alianza de las tres mayores fuentes de poder de una sociedad -el gobierno, las empresas, y los sindicatos- todos colaborando para subyugar a la población y mantener el orden en nombre del nacionalismo».

Pero la sociedad digital en la que vivimos hace que para mantener el orden se deba recurrir a un férreo control de los ciudadanos. La sociedad digital, participativa y libre, se convierte entonces en la sociedad de control. De la amplia libertad de creación y comunicación que permite la tecnología digital pasamos a la vigilancia extensiva de los ciudadanos que es posible debido a esa misma tecnología digital. Al levantamiento de vallas virtuales y la creación de propiedades allá donde sólo había un algo que nos pertenecía a todos, para servir a los mismos intereses económicos y políticos mencionados arriba mediante el cercamiento digital y la generación de escasez artificial. Así la tecnología, que nunca es neutral, se convierte en la llave que puede hacer de nuestra sociedad algo más libre, pero también en lo que puede hacer de nuestra sociedad una desagradable distopía.

La clave está en el uso que se hace de la tecnología, en cómo se articula su regulación y sus posibilidades. La clave está en dos topes: el inferior (dónde se limita el control que se puede hacer de las mismas) y el superior (hasta dónde se permite su libre uso). La habitual en lo referente a tecnologías es que se legisle de forma ultrarrestrictiva para nuestros derechos, o bien que no se legisle en absoluto -para verlas venir con tiempo-. En muy pocas ocasiones se tiene la posibilidad de ver una reforma legal que salvaguarde nuestros derechos adecuadamente. Por lo general, para legislar en contra de nuestros derechos se recurre al nacionalismo, como ya hemos dicho. Éste puede ir encarnado bajo dos pieles:

  • La seguridad nacional: las medidas se toman para defender la nación, amenazada por el uso que difusos enemigos que nadie puede ver hacen de la tecnología. El clásico argumento de netwars esgrimido en la época de la guerra fría y la guerra contra el terror «supuestamente» instigado desde Moscú. El mismo argumento utilizado por George Bush tras el 11-S. «es un enemigo difuso y la guerra será larga».
  • La economía nacional: las medidas se toman para defender a la economía de la nación, amenazada por el uso que los ciudadanos de a pie hacen de la tecnología.

Con este sencillo esquema el enemigo de los estados está tanto dentro como fuera de su territorio (esto significa que el enemigo está dentro, como en las más famosas sociedades bajo vigilancia del S. XX) y para defenderse de este enemigo difuso toda medida de control estará justificada (espía de comunicaciones, videovigilancia extensiva, control aeroportuario, vigilancia y control de la red, obligar al uso de tarjetas de identidad para cada vez más acciones).

El motivo de que estemos realizando una transición a la sociedad de control es que mediante esta sociedad de control los partidos políticos pretenden recuperar con ardores nacionalistas la influencia que décadas de desilusiones electorales y promesas incumplidas les han quitado y que les permitía justificar una agenda de medidas económicas a veces bastante impopulares. Vale la pena indicar que, casualmente, estos nuevos bríos nacionalistas se ven potenciados por las políticas impositoras supranacionales del Consenso de Washington, que llevan a una percepción fría y lejana de las formas de gobierno actuales y que llevan a muchas personas a oponerse a este nuevo orden haciendo suyos esos argumentos nacionalistas, en lo que es una respuesta equivocada a este fenómeno, pues la oligarquía encargada de alejar a la ciudadanía del poder es la misma (ya hemos hablado de la alianza del corporativismo) que promueve el renacimiento del nacionalismo que entorpece la reacción social y facilita la extensión de estas nuevas medidas de gobierno y control.

Así mismo, mediante este control pretenden recuperar el poder que las nuevas tecnologías de la información les han arrebatado. No hay que pasar por alto en este análisis que toda arquitectura de la información sostiene una arquitectura de poder. La arquitectura de la información ha sido históricamente piramidal y centralizada en los poderes político y económico, las nuevas tecnologías abren la posibilidad de articular debates, problemas y soluciones al margen de estos poderes y por tanto la arquitectura de poder subyacente se tambalea.

Dicho de otra forma, Internet y las actividades en red en general les quita a los viejos poderes su capacidad de definir los temas y las preocupaciones de la gente, la agenda pública, haciendo que los partidos políticos pierdan su papel de dirección y timón social. Los partidos políticos han perdido su leitmotiv porque la gente ha dejado de buscarlos como solución, por eso el desapego social a los mismos es creciente. La gente ha comenzado a buscar a la gente. Y es por eso que, cuando se trata de regular y salvaguardar estas nuevas libertades adquiridas, todos ellos actúan rechazándolas sin importar los enfrentamientos ni las ideas que los puedan separar en otros asuntos. Quieren (1)seguir siendo el nodo (2)por el que todo debe pasar y la nueva sociedad digital les aterra porque simplemente dejan de hacer falta en el mapa social, por eso la rechazan y por eso les da miedo. Es por eso que cuando se trata de proteger derechos digitales, la clase político se unen en contra de la sociedad, a menudo para proteger los intereses del poder político, pero también para proteger el de los importantes oligopolistas económicos que gracias a la oleada de privatizaciones de las últimas tres décadas poseen casi todas las industrias críticas (energéticas, telecomunicaciones) y que apoyan económicamente a estos partidos para, en parte, pasar desapercibidos a los ojos de la sociedad y escapar a sus iras.

La sociedad de control presenta, en consecuencia, muchos problemas, siendo el primero de ello su gran déficit democrático. La sociedad de control está sustentada por el poder coercitivo de la vigilancia y necesita de estas imposiciones coercitivas para subsistir. Allí donde la sociedad parlamentaria y asamblearia posee protocolos en los que todas las partes llegan a un acuerdo (unas elecciones son un protocolo de gobierno) la sociedad de control tiene controles, y un control es siempre una imposición de una parte sobre la otra (como la imposibilidad de mantener la intimidad de tus comunicaciones). La sociedad de control es incapaz de defender la democracia porque no nace de ideales democráticos, sino impositivos, y de esta forma se requiere para evitarla la interposición de protocolos, acuerdos sociales que limiten estas acciones y mantengan nuestra sociedad dentro de los límites que requiere toda sociedad libre.

[Esta anotación es parte de un libro que estoy escribiendo, así que aún más que de costumbre se agradece el comentario productivo sobre la misma.]

Proponen implantes RFID para los presos británicos

De nada sirve que los implantes de chip RFID se hayan vinculado al cáncer mediante experimentos de laboratorio, de nada que muchas personas critiquemos agriamente su extensión en la sociedad, que se lleva a cabo de forma totalmente oculta a los ojos públicos.

El gobierno británico trabaja sobre la opción de implantar microchips RFID a todos los presos (The Independent via slashdot), supuestamente para obtener el peregrino beneficio de ahorrar espacio en las cárceles. Evidentemente el motivo que dan es tan irrisorio que no es difícil imaginar que hay algo detrás de eso.

Da igual, cuando avisamos que primero fueron a por los presos de taipei, dijimos que pronto estarían aquí. Y ya sabemos que las cárceles son sitios dónde se hacen experimentos sociales. Es el problema de autorizar medidas excesivas contra presos, que pronto no se limitarán solo a los presos.

¿Qué era el Panóptico de Bentham sino una cárcel? ¿Acaso no se gobiernn mediante ese principio panóptico nuestra fábrica, nuestra oficina y hasta nuestras calles. ¿Dónde se comenzaron a instalar videocámaras sino en las cárceles para vigilar a presos peligrosos? ¿Acaso 20 años después las cámaras no se extendieron para vigilar al resto de la población?

Es el momento de recordar una vieja anotación al respecto: ¿Te sientes animal o individuo libre? La oposición a la RFID no es una opción

Los chips RFID son inseguros, muy inseguros. Los implantes RFID son una mala idea, que un país occidental los proponga para todos sus presos es una mala noticia.

*** Por cierto que como RFID ya es un nombre con muy mala fama, desde la UE le intentan cambiar el nombre a EID (Electronic Identification), para que parezca otra cosa cuando es lo mismo. El mes pasado aprobaron extenderla a muchos otros tipos de animales.

Confiamos en la simplicidad

«Disponer de una cuenta de correo con Yahoo! o con MSN significa que se puede acceder fácilmente al correo electrónico desde cualquier parte del mundo. Otra ventaja es que el servicio de correo electrónico puede ser configurado dependiendo de su lista de contactos y del tipo de mensajes que usted envía con más frecuencia. Por ejemplo, una tecla que diga «Enviar a la Tía Mabel» puede aparecer automáticamente justo antes de su cumpleaños. Sin embargo, es fácil olvidar que todos los detalles de nuetra e-vida social quedan expuestos a una compañía o tal vez a un gobierno, fuera de nuestro control directo.

La pregunta está en hasta qué punto admitiríamos que el ordenador supiese lo que pensamos, y en cuán tolerantes podríamos llegar a ser en caso de que -y cuando- el ordenador cometiera un error al adivinar nuestros deseos. La mayoría de las personas renunciaría de buen grado a algunos de los detalles rutinarios de sus vidas para disponer de más tiempo libre. Pero la simplicidad obtenida, ¿compensa el riesgo de depositar nuestra confianza en los dispositivos que nos rodean?»

John Maeda, Las leyes de la simplicidad (2006)

Las leyes de la simplicidad es un libro muy finito sobre diseño (pero aplicable a muchos otros ámbitos), cómo hacer que las cosas sean más fáciles de usar, de entender, o más atractivas eliminando todo lo que no sirve. Realmente un librito guay al que dedicaré algún comentario más adelante y en el que de casualidad me encontré esta reflexión sobre privacidad. Al hilo de la confianza que nos dan las cosas cuando son fáciles de usar, cuando parecen inocuas.

Sucede que el ejemplo de correo-e es tan sólo el caso general paradigmático de usar muchos servicios online. Casi todos (muchos son realmente inútiles :P) nos pueden hacer la vida más fácil pero, ¿hasta dónde estamos dispuestos a ceder información personal? El problema de la privacidad es grande, los servicios web usados con prudencia son buenos, no me malinterpreten, sólo recomiendo siempre ajustar el balance de lo que nos ofrece el servicio y lo que le damos a cambio en cantidad de información personal. Otra opción consiste en usar el método de juan palomo y utilizar, en lo posible, servicios web verdaderamente libres.

Y de ahí salté a muchas tecnologías de dudosa seguridad que siempre van a compañadas de un mantra publicitario relacionado con las ventajas de su uso, la simplicidad de los pagos con rfid, la velocidad de los controles aeroportuarios con pasaporte electrónico/rfid. Supongo que es cierto, confiamos en la simplicidad.

Bocados de Actualidad (46º)

Después del lapso de la semana pasada, donde debido a las fiestas no tuvimos entrega, hoy nos encontramos con la cuadragésimo sexta edición de los Bocados, que viene especialmente cargada de buenas notas que recomiendo leer, y que he repasado mientras escuchaba el «five deadly venoms» de Merauder.

  • El blog salmón habla acerca del abuso de las tarjetas de fidelización.
  • Juan Freire habla de un problema interesante: la presión publicitaria institucional ha devorado a las ciudades, que ya no son escenarios de novelas ni creaciones artísticas. Inevitable pensar en Eduardo Mendoza y los callejones del gotic y del Raval, siempre en sus novelas.
  • Javier Prenafeta analiza la nueva LISI y nos recomienda que no nos asustemos, que nuestros derechos están garantizados. Discrepo un poco, pero es interesante leer una opinión letrada en estos asuntos
  • Mercè Molist y cómo ser anónimos. Matizando que Tor (que ella recomienda para todo) no me parece la panacea, está lejos de serlo, aunque sirva para evitar profiling comercial, es una lectura distraída que nunca está de más.
  • ¿Aún no usas software libre? La opinión alternativa tiene una recomendación de software libre básico con el equiparte completamente para el día a día y darle a tu 2008 un toque nuevo.
  • El blog sin dinero enlaza a los videos de la charla/presentación que Naomi Klein hizo de «La doctrina del shock» en Madrid.
  • Vallesin nos enseña a explorar el Nokia N70 (y seguramente otros similares como N73 o E65) desde Ubuntu empleando el cable de datos original de nokia.
  • El diablo en los detalles está de vuelta (¡bien!) y nos habla sobre OOXML y el nuevo argumento de Microsoft (compatibilidad histórica) justo cuando es más fácil abrir un archivo de Word95 con OpenOffice que con las últimas versiones de MS Office. Estos de Redmond no tienen arreglo…
  • Antonio Ortiz también cree que el 2008 va a ser un año duro para nuestros derechos y libertades.
  • Ricardo Galli habla sobre voto electrónico: Los increíbles bugs de las máquinas de votar (arrastras el dedo y se cuelgan).
  • Topopardo y un tema que no por viejo hay que olvidar: la importancia de esconder las direcciones de correo-e cuando lo enviamos a varios contactos.
  • Vallesin reflexiona sobre el clásico debate FreeSoftware vs OpenSource y cree no se valora adecuadamente lo que la posibilidad de usar software libre representa.
  • Cyberfrancis y una crítica muy dura y muy justificada contra la Empresa de Transporte Público de Málaga (EMT) por todo lo que han hecho mal estas fiestas (no intensificar servicios, ni trenes, ni nada, pese a pedir encarecidamente ir hasta el centro en sus servicios) y por todo lo que a algunas barriadas les hacen todo el año. El transporte público en Málaga es «tercermundista», luego les molestará si decimos que en Sevilla funciona mucho mejor…
  • Para terminar un enlace distendido, David Gil habla acerca de cómo algunas traducciones pueden cambiar totalmente el sentido de las frases en el cine, tomando como ejemplo el «en ocasiones veo muertos» que nunca debió ser así. Divertido, no sabía esa historia :)

Una buena ristra de enlaces que espero que os aproveche, a más ver.

Propiedad intelectual, victorias pírricas en el Reino Unido

En Mangas Verdes se hablaba el otro día acerca de la decisión del gobierno británico de legalizar la copia privada con enormes restricciones.

¿Cuáles son estas restricciones?

  1. Sólo una copia y restringida al uso personal.
  2. No se puede compartir esa copia
  3. Si realizas una copia privada, será ilegal regalar o vender el original

En los comentarios hay quien piensa que es un paso adelante (como Nation). La verdad es que no han dado un paso importante en absoluto. Es más bien una victoria pírrica.

Analicemos:

  1. Te permiten la copia, pero sólo una copia (las copias múltiples serán ilegales). Como solo te permiten una copia, los DRM siguen siendo legales (ya me dirán cómo gestionan que sólo te copies algo 1 vez si no es a base de DRM).
  2. Si te haces la copia privada (cuya compartición es ilegal) no puedes vender el cd original. ¿Consecuencia de esto segundo? Desbaratan todo un sector (el de las tiendas de segunda mano) para darselo calentito al oligopolio que le está rindiendo cuentas al gobierno británico y que lleva años intentando que cierren estas tiendas (También en EEUU) para que así todo el que quiera un disco/libro se vea obligado a comprarlo nuevito y original y, evidentemente, a precio de nuevito y original. Esto genera más exclusión.

¿De verdad esto es un paso adelante? Esto es una victoria pírrica. Otra reforma así a nuestro favor y no lo contamos.. Y claro, todo teniendo en cuenta que es sólo un proyecto, aún ni lo cambian y lo dejan igual, pero el movimiento está en toda la línea del cambio de DRM por marcas de agua que han hecho las discográficas: permitir la copia para que tú mismo seas el que no te atrevas a hacerla.

Vigilar y castigar, que dijo Foucault; Panóptico, que dijo Bentham.

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