El otro día en «la rosa de los vientos de Juan Antonio Cebrián» estuvieron hablando de videovigilancia. Lo cierto es que estuvieron comentando algunos aspectos que cualquiera que esté un poco al tanto de la legislación sobre videovigilancia ya sabrá, pero que no conviene olvidar porque vivimos en un mundo donde se nos justifica la videovigilancia recurriendo a excusas vagas y dispersas, sin entrar mucho en materia.
La pregunta que se hacen es: ¿son legales las cámaras de videovigilancia? Me gustó porque llegan a la misma conclusión que yo llegué, desde mi pequeño conocimiento de estos asuntos.
¿Son ilegales las videocámaras? No son ilegales… si se acogen a la normativa correspondiente, claro. Lo que sucede es que los circuitos de CCTV habitualmente están mal hechos. Yo en mi local (bar, hotel, banco, en mi casa) puedo poner cámaras y se piden varios requisitos: que un instalador autorizado haga la instalación y certifique que el sistema está montado de forma que se respeta la LOPD y que mi CCTV privado no grabe espacios públicos (véase, la puerta de entrada a mi negocio y parte de la acera que hay fuera, la parte de la calle que se recoge con las cámaras de los cajeros cuando no están dentro de la oficina misma del banco).
Esto se hace para respetar nuestra privacidad pero, paradójicamente, la ley que regula la videovigilancia tiene un agujero involuntario que permite que las fuerzas de seguridad públicas sí instalen cámaras. Esto se hace porque en caso de que las cámaras sean públicas se considera que «las imágenes y sonidos captados, reproducidos y tratados mediante estos sistemas no serán consideradas intromisiones ilegítimas en el derecho al honor, la intimidad personal, familiar ni el derecho a la imagen» (Ley Orgánica 4/1997, de 4 de agosto).
¿Se dan cuenta de la paradoja? Mi derecho a la intimidad no crece ni mengua en función de los ojos del que mira. A mí me da igual que me grabe el BSCH, McDonalds, la librería de turno o una fuerza de seguridad pública. Recelo de todos ellos por igual. Sin embargo el gobierno quiere que me fíe más de ellos que de otros, cuando es bien sabido que los sistemas de vigilancia masiva se plantean como un arma de descrédito de la oposición, para conseguir la perpetuación en el poder mediante la muerte de la conversación efímera (la que no queda registrada en ninguna parte). A este respecto, además de todas las evidencias anteriores, me gustaría señalar un reciente paper publicado en IEEE Security & Privacy [pdf] añade más pruebas a esta hipótesis, para el caso concreto de los EE.UU., pero que es claramente extendible. Cabe preguntarse si ha llegado el momento de hablar de eso no como una hipótesis, sino como un hecho probado. Parece suficientemente avalado.
Es algo que además hemos reiterado en este blog a menudo: cuando se insite en crear «autoridades competentes» que censuren vigilen la red o los países europeos aprueban la espía de comunicaciones y el registro de las mismas lo que están preparando es una defensa frente a todo movimiento alternativo en su propio territorio. Aunque no lo digan: hay quien piensa que el enemigo está dentro.
Y es verdad que muchas cámaras privadas graban lo que sucede en la calle y no se acogen a esta normativa… pero ahí se quedan instaladas: están violando la ley y habría que preguntarse porqué siguen ahí. Hasta donde yo sé, una vez has dado de alta el sistema se desentienden de tí porque no se hacen inspecciones de los sistemas dados de alta en la base de datos (hay demasiados). Hay tantos que no sale a cuenta, ¿a que es toda una excusa estúpida? Pues miren, a veces las excusas estúpidas es todo lo que se nos ofrece.
Y por supuesto, incluso aunque las cámaras estén exclusivamente dentro del local, está la violación del derecho a la intimidad de los que están trabajando y tienen hasta 4 cámaras (como vi hace poco en madrid) dentro de una barra para vigilar a 3 camareros. Y luego había más por el local, para vigilarnos a nosotros, archiconocidos todos por matar gatitos con la luz apagada escuchando una cinta de los Beatles pasada del revés. Demencial.
*** Audio original en http://rosaventeros.freefronthost.com/, descubierto gracias a Carlos.

