La ley Alfano y la amenaza a la blogosfera italiana

La ley Alfano es un nuevo proyecto de ley que pretende universalizar el derecho a réplica en Italia. Como los lectores ya entenderán, ese propósito no es más que un eufemismo de la realidad, ya que esta Ley Alfano prevé multas de hasta 12.000 euros sin resolución judicial contra aquellos que viertan opiniones y comentarios que una autoridad competente (no un juez) califique como difamación.

Ojito, porque el proyecto se las trae. Sin un juez que dé algo de tranquilidad y teniendo en cuenta cómo las gasta normalmente el ejecutivo italiano, es normal que en aquel país se haya formado un pequeño gran revuelo en contra de una ley que no apunta formas muy democráticas. Si bien está muy en la línea de otras leyes que últimamente se han anunciado en diferentes Estados europeos. Y así nos brilla el pelo, que dirían por aquí.

Algunos enlaces:

Por cierto, que lo vi en el blog de Barraquito, que aprovecho para recomendar una vez más.

Publicado en Twitter

Llamadme Cascarrabias. (Y espero que esta frase no llegue nunca a ser de las más conocidas de las escritas en castellano.)

Repito: llamadme cascarrabias, pero es que no entiendo porqué cada vez más blogs tienen entre sus posts (casi) diarios uno que recoge los twitts del autor del blog, ahí todos consecutivos, al mogollón y sin posibilidad de esquivarlo, con sus enlaces de mierda tinyurl y todo.

¿Qué hace pensar a un buen montón de gente inteligente capaz de tener su propio blog que si el lector de su blog quiere leer sus tuits, éste último es incapaz de irse a Twitter y sindicar su feed (o añadirlo como contacto) y necesita que se los administren obligatoriamente vía intravenosa?

De verdad: si yo quisiera leer los twitts de un montón de gente, tendría sus feeds sindicados, o los tendría de contactos en esa web. Sin embargo, no sucede eso: no suelo seguir el tuiter de la gente, de la que a menudo tengo bien atado el feed de su blog.

Así puestos, ¿por qué cada vez más me tengo que encontrar estos resúmenes de twitter? ¿No es más fácil pensar que si me interesa tu twitter, sencillamente, iré y lo seguiré? ¿Por qué, entonces, ese afán por meterlos en todas partes?

Un par de comentarios al hilo de Twitter:

Mundo Libre

Mundo Libre

Mundo Libre es el nombre de un libro de Timothy Garton Ash que leí hace ya muchos, muchos meses y del que nunca comenté nada.

El libro, en general, es interesante. Ash alude al papel que los ciudadanos del «Mundo libre» podrían estar jugando para reclamar cambios democráticos allá donde no existen libertades garantizadas. Ciertamente en la línea que defendimos aquí cuando hablamos de lo que la globalización pudo ser y no fue.

El problema es que después de parapetarse varias veces en esa línea alternacionalista, Ash no se opone abiertamente a esos esquemas nacionalistas, y apueste por un «internacionalismo cooperativo por encima de todo interés nacional». Internacionalismo implica relación entre naciones. La idea (en sus consecuencias al menos) no está mal, pero creo que lo habría bordado si hubiera escogido otros términos como globalismo, algo más en la línea de identidad alternativa a la nacional (y el nombre que le demos me es lo de menos), que expresan la misma idea sin rémoras nacionalistas del pasado.

Y después de decir cosas como ésta y admitir que «las identidades nacionales y los «hechos nacionales diferenciales» son, sobre todo, inventos» de unos pocos para conseguir que muchos vayan obedientes de la mano, da un poco de pena que no critique más estos aspectos.

Porque, a pesar de que Ash hace una crítica constante a los nacionalismos (incluído los nacionalistas europeos), luego defiende lo que él llama patriotismo. Yo es que soy algo torpe y los veo muy parecido, muy igualmente rídiculos. Muy igualmente inapropiados.

El libro se centra mucho en la relación de amor-odio de Europa con Estados Unidos, en lo incomprensible de esa relación desde un punto de vista objetivo (las diferencias no son tan grandes) y por el problema que plantea en el objetivo de erradicar la falta de libertad del mundo.

A cómo conseguir ese objetivo (extender las libertades más allá de las regiones del mundo donde ahora mismo existen estas garantías) dedica la segunda parte del libro. Aquí encontramos inconsistencias argumentales, por el simple hecho de que Ash no acaba de atreverse a ver el mundo desde una perspectiva post-nacional. Le falta, quizá, la visión del hacker.

Y sin embargo, obviando lo poco inocente de las palabras (y eso es bastante obviar), las conclusiones del libro son más que interesantes y me alegra haberlo entendido en la línea que yo comenté hace un tiempo.

La principal idea del libro es que EE.UU. y la UE (sus ciudadanos, que es de los que él habla) tienen la posibilidad de extender la libertad a otras regiones del mundo. La mejor manera de conseguirlo es fomentar la riqueza, potenciar la aparición de una clase media con poder adquisitivo. En este sentido, la subvención extrema de actividades económicas que no son rentables en el EEUU y la UE, destruye la posibilidad de crear una clase media emergente en otras zonas del mundo. Yo leía el libro y, cosa de ser andaluz, no podía dejar de pensar que la PAC subvenciona enormemente la producción agrícola de la UE para que sea rentable producir tomates en la UE, cuando la población europea tiene la posibilidad y la capacidad de desarrollar trabajos técnicos mejor remunerados que seguramente serían rentables per se. En la cuneta de la vía asfaltada por la PAC, los agricultores africanos no pueden exportar sus tomates porque los europeos son más baratos (vida, obra y milagros de Santa Subvención), y no pueden adquirir esa riqueza que sólo dan las exportaciones y que darían, al cabo, con la emergencia de una clase media capaz de reclamar derechos y libertades.

Así pues, al final acaba haciendo una llamada a las pequeñas acciones de ámbito personal (casi todas del tipo «lo que consumes es lo que estás apoyando» que a mí tanto me gusta repetir). Mundo Libre es un buen libro, pese a que yo no sea capaz de mostrar más entusiasmo en este post.

La RFID llegará al transporte de Barcelona en 2011

Bus en Barcelona
[Foto: Dave Arquati]

Me entero vía correo electrónico (gracias, David) que la empresa de transporte público de Barcelona planea introducir billetes de viaje con RFID para 2011 (TransporteBCN.es).

La empresa de transporte se ha decantado por un sistema «sin contacto» comercializado por NXP (Philips), el sistema Desfire que utiliza RFID, aunque en la web de la ATM (ni en la del fabricante) no aparezca el término tabú en ningún momento.

Introduciendo este tipo de billete, la ATM espera reducir el tiempo de espera en la subida al autobús. Habiendo vivido ya más de 10 años en una ciudad con RFID en su transporte público (Málaga) puedo decir que la ganancia en tiempo es despreciable. Pero la mejora en monitorización de hábitos de transporte seguro que mejora bastante.

¿Quieren ahorrar tiempo subiendo al bus y que sea más rápido? Eliminen los tornos y la necesidad de subir por la puerta delantera. Entrada libre al bus, aumentas el número de revisores o la cuantía de las multas por viajar sin billete, de forma que o (1) te cojan muchas veces o (2) la multa por viajar sin billete sea muy alta, de forma que no sea rentable viajar sin billete, y todos lo compren antes de subir. De mi experiencia viviendo en países como Alemania o Suiza puedo decir que ese sistema sí es sustancialmente más rápido. Y que en ninguno de esos países he tenido que usar un chip RFID para montar al bus ni al metro ni al tranvía.

Si existe un sistema de embarque rápido al bus y no se usa, y en su lugar se implanta uno que no acelera el embarque al bus, hemos de deducir que la finalidad del nuevo sistema no es acelerar el embarque. Y habrá muchos posibles fines (monitorización, publicidad, mejor control interno de los viajeros, …), pero desde luego no ése que nos dicen. ¿Por qué mienten? Porque la verdad dañaría su imagen.

Sobre el spam de Vodafone

Hace casi un mes me lamentaba de la enorme cantidad de publicidad no deseada que recibía de la mano de Vodafone.

El post fue un éxito absoluto y se montó una conversación muy interesante con decenas de comentarios. Uno de esos comentarios (varios, de hecho) los firmó Glez, y en él me recomendaba llamar al 123 para dejar de recibir publicidad no deseada. Esa actuación tiene toda la lógica, pero tan acostumbrado está uno a ser ignorado que ni lo había intentado. Sin embargo, me dije que probarlo me iba a costar sólo unos minutos de mi tiempo, así que decidí que llamaría para revocar el permiso que (en algún momento) debí darle para usar mis datos con fines comerciales.

La realidad es que llamar al 123 funcionó a las mil maravillas. No volví a recibir publicidad, lo cual significa que el sistema se actualiza realmente rápido (recibía unos 3 mensajes al día).

Así que dicho queda: ¿te molesta la publicidad de Vodafone? Pues llama al 123 y revocas los permisos para usar tus datos con fines comerciales. Así de sencillo.

Y lo pongo en un post en portada porque bueno, después de la queja airada (y merecida) del otro día, pues pensé que era justo decir que han sido diligentes con el cumplimiento de mi petición (hecha con la Ley orgánica de protección de datos a mi favor), y que seguramente a alguien más le vendría bien saber que haciendo una sencilla llamada de teléfono se puede librar de una buena dosis de mensajes incómodos.

Google Chrome OS

Google Chrome

… o Linux castrado. Después de unos días leyendo comentarios sobre ese nuevísisisisimo sistema operativo que Google ha anunciado para 2010 (NdT: ¿no era que Google no anunciaba sus productos con antelación y, simplemente, los sacaba a la calle sin previo aviso?), el mejor comentario que me he encontrado lo hace César Córcoles en su blog(*)(**):

(…) vamos a coger Linux y castrarlo para que Chrome corra muy rápido, muy probablemente escondiendo tanto como sea posible la capacidad de Linux de correr aplicaciones nativas. Y a mí me parece muy bien que las aplicaciones web corran más, pero… si lo que queremos es velocidad y eficiencia, igual es más sencillo no interponer un navegador entre mí y mi aplicación. Y, en cualquier caso, negar la potencia de las aplicaciones ‘de escritorio’ no me parece inteligente: las aplicaciones web tienen sentido, pero no son la única solución, ni siquiera la mejor para todos los casos.

Plas, plas. Otros comentarios reseñables sobre el anuncio de Google lo encontramos en la bitácora de Las Indias, que hace hincapié en lo que esto significa para la privacidad y la concentración de la red en cada vez menos nodos, o en Error 500, que habla más de cómo se plantea la nueva batalla de los sistemas operativos. También he leído comentarios de bloggers muy conocidos y muy desinformados, como de costumbre en estas aguas, así que gasten cuidado con lo que leen.(***)

Notinas al pie:
(*) Blog que por cierto tiene actualmente un tema que emula al navegador de Google.
(**) El texto venía así de fábrica.
(***) Ya saben: se dice el pecado, pero no el pecador. No es bonito hacer escarnio público :)

Los ISP del Reino Unido no usarán Phorm

Una noticia que leí en Ars Technica y cuyo enlace recibí también vía Antonio Ortiz, hace unos días.

Los ISP británicos han rechazado usar Phorm, al menos por el momento. Lejos de esgrimir razones filantrópicas ni de respeto a los derechos de los ciudadanos, los ISP apuntan a que el motivo por el cual abandonan su plan es que el sistema de intercepción de los hábitos de navegación para añadir anuncios más personalizados estaba siendo muy polémico y estaba dañando su imagen. De ese motivo, puramente estratégico por su parte, se esgrime que el retroceso de los ISP es, de entrada, temporal. ¿Cómo de temporal? Pues mientras dure el ruido contra estos sistemas, supongo.

En cualquier caso una noticia muy buena para los defensores de la privacidad, que además hace hincapié en algo que en este blog repetimos mucho: todo lo que consumes apoya algo, cada euro que gastas apoya algo, ¿sabes bien qué estás apoyando? Al final es por el talonario por donde los ISP han decidido respetar a los usuarios… cuando han visto el talón amenazado, han dado un pasito atrás.

Para los que no estén muy al día sobre este asunto, sólo recordaos que ya en su día explicamos qué es Phorm y cómo funciona, que es un sistema cuya legalidad ha sido cuestionada y que se descubrió que la empresa responsable (Phorm) estuvo mangoneando con el Estado británico para influir en la ley de protección de datos británica. Además, la UE anunció que penalizaría a Reino Unido si no cambiaba su postura respecto de la permisividad con este tipo de servicios publicitarios.

Toda una película en la que, por ahora, nuestro derecho a la privacidad (en este caso, el de los británicos) ha salido airado. A ver si hacemos de esta noticia una racha y la cosa mejora algo.

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