#NoLesVotes, Podemos, Piratas, y Democracia Real Ya

#NoLesVotes

En estos días post-electorales no faltan analistas (analistos, más bien) que usan todo tipo de trampas para arrimar el ascua a su sardina. La trampa más habitual es la de afirmar que los que se abstienen (o votan en blanco) habrían votado todos lo que tú quieres que voten. Hay en los foros un debate sobre cómo se debe interpretar la abstención.

En esta cita electoral en concreto, hay una nueva variable: la aparición de nuevas formaciones políticas que han recibido muchos votos. Esto ha sido juzgado por personas como Enrique Dans como el triunfo del #NoLesVotes, promovido hace ya varios años y uno de los movimientos que confluyen en el 15M. La cuestión que abren estos análisis es: ¿qué parte del último resultado electoral es atribuíble a #NoLesVotes?

Hay que recordar que esa campaña fue impulsada ante todo como una respuesta a la ley Sinde. Entre quienes armaron y respaldaron esta protesta había un montón de caras conocidas de la Internet española, y muchas otras no tan conocidas pero igualmente muy próximas a Internet y con mucha sensibilidad por los temas de regulación y control de la Red sobre los que diversos gobiernos en las últimas dos décadas han demostrado una insensibilidad absoluta.

Conviene recordar que lo que vino detrás, el «15M», engorda y crece después de la modesta manifestación de aquel día 15. Las fotos que pueblan la memoria colectiva con la puerta del Sol enmarañada de personas y tiendas de campaña están tomadas, en realidad, días y hasta semanas después. #NoLesVotes ya no estaba solo ahí: otras protestas (varias siglas, me viene a la mente «Democracia Real Ya») y que también habían realizado movilizaciones aquel día 15 se unieron, y éstas eran mucho más numerosas. No encontrarán fácilmente fotos de una macromanifestación con pancarta de «#NoLesVotes» al frente, sencilla y llanamente porque esa manifestación no llegó a ser masiva. Las fotos que verán de manifestaciones multitudinarias llevan otros eslóganes.

En apenas dos semanas, todos los que habían estado en primera línea defendiendo #NoLesVotes y aquellos primeros días de protestas dieron un paso atrás y cedieron protagonismo a otros actores que obviamente primaron en los debates y sus asambleas otras cuestiones diferentes.

Así, claro que #NoLesVotes ve su propuesta plasmada. Los principales partidos que estaban en la cámara en 2011 han perdido muchos votos, pero las alternativas ascendentes no tienen nada que ver con aquel rechazo que unió a los impulsores de esa campaña. En otras palabras, partidos como el PIRATA han vuelto a morder el polvo (0.24% de votos) mientras otros como Podemos dan el campanazo (7.93% de votos), con más de 30 veces los votos del primero. #NoLesVotes no pidió nunca el voto para ningún partido, así que técnicamente es verdad que su grito de guerra se ve reivindicado con este resultado. Pero yo quiero ir más allá: me intriga saber cómo atribuir el mérito, o dicho de otra forma, qué parte de lo que pedían unos y otros debo esperar encontrarme entre las nuevas formaciones ascendentes.

Y la respuesta que obtengo es que el punto de ignición de #NoLesVotes fue la ley Sinde, pero sus tesis no están recogidas en el programa electoral de Podemos, que explícitamente recoge proteger por la vía legal a los «trabajadores del sector de la cultura», mediante el fortalecimiento del respeto a su propiedad intelectual. En concreto, el apartado 3.10 de ese programa sobre propiedad intelectual parece estar firmado para complacer al mismo público al que la ley Sinde complacía, exactamente el mismo público. Otras partes del programa son también interesantes (y me temo que deberían hacer temblar a cualquier profesor de escuela de negocios), pero no son el objeto de este post.

Por eso me sorprende esa necesidad de afirmar (aunque técnicamente sea así, repito) que el triunfo de #NoLesVotes está detrás de esa diversidad de fuerzas políticas votadas. Muy llamativamente, la imagen escogida por Dans pone el foco en la abstención, y me veo forzado a remitir a mi respuesta en el foro mencionado anteriormente: desconfíen de quien afirme que el voto de quienes se abstienen de votar le da la razón. No es un argumento limpio y seguramente hay marea de fondo (necesidad de atraer atención a su propia causa, gloria personal, o justificar el fracaso de la propia propuesta en el caso de ciertos partidos que no no han conseguido que les voten).

Mi lectura de la situación es que Podemos no es en absoluto el triunfo de #NoLesVotes, que continúa siendo más o menos un nicho reducidísimo (remito a los apoyos recibidos por quienes de verdad se han posicionado por una reforma profunda del copyright y de todas las libertades que se respetarán o destruirán usándola, de forma inevitable cuando toda nuestra sociedad se estructura usándola, como bien expresé en mi primer libro, La sociedad de control), sino el de otros movimientos de naturaleza diferente y sobre los que lo que mi opinión puede resumirse en que estamos completamente de acuerdo en que el sistema está roto, pero no estamos nada de acuerdo en qué se puede hacer para arreglarlo.

¿Está viviendo Mozilla su Annus Horribilis?

Lego Firefox

Últimamente parece que no hay semana en la que Mozilla no sea noticia en negativo por algún tipo de escándalo. Del fugaz paso de Brendan Eich por el puesto de CEO, a la inclusión de publicidad, o el último revuelo generado hace tan sólo unos días por el anuncio de dar soporte en Firefox a formatos de vídeo con DRM.

La sucesión no deja lugar a dudas: Mozilla está viviendo un año horrible en el plano más mediático. La reflexión abierta es: ¿está la realidad a la altura de la crítica? Y si no fuera así, ¿cómo se explica la virulencia de la misma?

Recapitulando el Annus horribilis

De entre las polémicas que han rodeado a Mozilla estos últimos meses, tres destacan por su intensidad y alcance:

  • Brendan Eich como CEO. La polémica vino inmediatamente. Eich realizó donaciones a grupos detractores del matrimonio homosexual en California. Es una posición personal que considero muy desafortunada y que no comparto, pero el durísimo tratamiento recibido por Eich (y extendido a Mozilla) me pareció excesivo. En ocasiones muy hipócrita, con webs boicoteando a sus visitantes usuarios de Firefox pero funcionando enteramente con JavaScript (lenguaje originalmente desarrollado por Eich). Creo que sin duda, el mejor post que leí sobre toda esta polémica lo escribió Dave Winer. Eich asumió el cargo de CEO a finales de marzo, y dimitió menos de dos semanas después.
  • Publicidad en Firefox. En febrero Mozilla anunció que cuando abras una «nueva pestaña», en esa nueva pestaña podrías ver contenido patrocinado. Anuncios. Publicidad. Fue justificado en nombre de la viabilidad del proyecto. Y las críticas no se hicieron esperar. Mozilla ahora mismo obtiene sus beneficios (principalmente) de su acuerdo con Google, así que esto no es un cambio relevante en su modelo. Y por ahí vienen las críticas: Mozilla asume que es incapaz de obtener ingresos por otra vía, o se rinde en esa búsqueda, y anuncia que ellos también pueden mostrar anuncios en el navegador. El blizzard fue tremendo, y no tardó en llegar. Y aunque, por cómo funcionan los medios en Internet, tan pronto vino como se apagó sin duda volverá a aflorar en cuanto este anuncio se materialice y vea la luz de cara al usuario.
  • Soporte a DRM. Es el más reciente de los escándalos protagonizados por Mozilla recientemente. Mozilla afirma que para no quedar marginado por los usuarios, y para defender la experiencia de uso de sus usuarios actuales, añadirá soporte para formatos de vídeo con DRM. La noticia fue recibida unánimemente con abucheos, y la FSF recordó en una llamada a la acción que «la popularidad no es un fin en si mismo».

Dos lecturas diferentes de la situación

Esta concatenación de eventos tiene dos lecturas: la primera es que Mozilla anda un poco desnortada, sin apoyos financieros estables a medio y largo plazo, con una cuota de usuarios algo languideciente y sin presencia en el móvil (donde apenas nadie es consciente ni tan siquiera de que pueden instalar Firefox en su móvil), las decisiones que se van tomando parecen orbitar entre lo desesperado y lo acelerado: adoptamos DRM para mejorar la experiencia del usuario, al que justo antes le hemos incluido publicidad porque no tuvimos una idea (o alternativa) mejor. En 2011 ya advertí este posible rumbo.

Si uno se queda con lo que pueda leer en blogs y medios digitales en torno a Mozilla, se quedará sin duda alguna con estos temas, que son los que más ruido levantan, y podría pensarse que Mozilla está viviendo su Annus Horribilis.

Creo que la proyección a futuro es complicada para Mozilla, pero creo que cabe formular dos preguntas en torno a todas estas polémicas: ¿está el ruido generado a la altura de la gravedad de las propuestas o es tan sólo que Mozilla está comunicando muy mal sus planes y decisiones?

No tengo respuestas, pero no todo lo que se puede comentar sobre Mozilla es negativo (Firefox no para de mejorar en rendimiento e interfaz, el proyecto de FirefoxOS sigue siendo muy prometedora aunque tenga una complicadísima hoja de ruta), y sin embargo no se hace el mismo eco de los mismos. Es más, se les critica mientras que se juzga a Mozilla en términos de gestión de empresas, acusándola de ser una empresa con un sólo proyecto exitoso. Pero es que Mozilla no es una empresa, o al menos no es una empresa al uso.

La gran crisis de Wikipedia

Contribuciones eliminadas Wikipedia

La crisis de WikiPedia es mucho más profunda de lo que muchos querían creer. Cada vez menos personas contribuyen a Wikipedia, la comunidad de bibliotecarios es percibida como una casta que se niega a abrir las puertas a quienes no formen parte de ella, y los retos que impone la llegada de los móviles a Internet, caracterizados principalmente por la tabletización de los sistemas operativos, hacen que el anquilosamiento de un software como MediaWiki convierta en handicap lo que hasta ahora eran puntos fuertes y ventajas.

Más allá de pataletas infantiles

Existen muchas quejas sobre cómo la comunidad de bibliotecarios controla las ediciones de Wikipedia. Estas quejas tienen mucho más calado del que muchos quieren creer, y van mucho más allá de la pataleta infantil tipo «escribí una página de autobombo sobre mi persona y me la borraron, qué malvados los wikipedistas». Ante todo porque ese control (o al menos, ese intento de control) antispam no tiene nada de malo. aunque a más de uno pueda escocerle.

Si uno visita Medialab Prado hay en una de las salas un cartel explicativo sobre Wikipedia. Se ve que entre las muchas actividades que se realizan allí, se han realizado cursos de iniciación para la contribución en esta enciclopedia digital. Aquí tienen una foto del cartel, tomada el pasado febrero:

Contribuciones eliminadas Wikipedia

Atentos: del «¿tienes preguntas?» pasamos directos al «¿te han borrado tus contribuciones?». Ése es el estado del proyecto: es tal la cantidad de personas cuya experiencia con Wikipedia es «me borraron lo que escribí» que ese problema se ha colado en la didáctica básica. La sensación, cuando a uno le aceptan una foto, invita a la celebración; parece que no es para menos.

No es nuevo

El problema de la caída de editores no es nuevo. En el blog de Online & Offline se tocó este tema hace tiempo, en clave hispanohablante, pero la realidad es que la situación no es exclusiva de la versión en español: en Technology Review comentaban exactamente los mismos problemas con la versión en inglés, y titulaban «el declive de Wikipedia» mientras se hacían eco de la caída de un 30% en el número de editores.

Móviles

Los problemas de las contribuciones revertidas y de los editores decrecientes ya tienen unos años, a estos se ha sumado recientemente otro más: el de los móviles. Wikipedia afirma tener en torno a un 20% de tráfico desde móviles y tablets, mientras en el resto de las webs esta cifra ronda ya el 50%. Y sólo el 1% de las nuevas contribuciones se realiza vía móvil y tablet, a pesar de que ese tráfico es el 20% del registrado por el sitio. NY Times habló de ello.

Aquí es donde la no idoneidad de las interfaces de entrada de texto en pantalla táctil, unido a la poca facilidad que el software que corre Wikipedia otorga, se vuelve un problema importante para este proyecto.

Proyecto sin rumbo, software sin rumbo

La consecuencia de la pérdida de relevancia en las nuevas interfaces de usuario, o quizá sea la raíz del problema, podemos encontrarla en la carencia de rumbo del proyecto, que deriva en una falta de rumbo para el software libre que lo gestiona, impulsado por la Fundación Wikimedia, que a su vez es la non profit detrás de Wikipedia.

El software MediaWiki se desarrolla por y para Wikipedia, y está unido inevitablemente a su rumbo. Pero ¿cuál es el rumbo de Wikipedia?

El objetivo de Wikipedia era construir una enciclopedia digital libre y gratuita, para poner todo el conocimiento posible al alcance de todas las personas posibles. Y lo cierto es que durante un tiempo hubo mucho conocimiento que añadir a esa enciclopedia. Pero en algunos idiomas la cantidad de entradas es tal que el crecimiento de la misma es marginal: sólo se añaden nuevos hechos, o se actualizan páginas existentes cuando tiene lugar algún evento (fallecimiento de alguna personalidad, por ejemplo). Más allá de eso, no hay un nuevo horizonte: cuando diversos idiomas alcanzan ese hito de completitud, la creación de nuevas entradas es residual, así como la edición de las existentes.

En consecuencia, el software no ha sido actualizado. Wikipedia sigue teniendo el mismo aspecto que hace una década, con leves (levísimos) retoques. Y sólo de forma muy reciente se ha añadido un editor que no haga uso del clásico marcado de texto tipo wiki. Y el software no estaba a la altura de las nuevas interfaces (sobre todo, porque no existían cuando fue concebido): estaba pensado para escribir con un teclado convencional, y eso es lo que sigue siendo posible a día de hoy.

¿Punto de no retorno o no?

Con todo, Wikipedia es a día de hoy una de las webs más visitadas y leídas del mundo, cada día millones de personas aterrizan en sus páginas buscando información. Además, es la única de los macroproyectos de Internet que no pertenece a uno de los «gigantes» de Internet que ha conseguido retomar un control centralizado de lo que es Internet. (Hablamos sobre este tema al hilo de «hacerse rico con una app».)

Así que las sensaciones que tengo frente al futuro de Wikipedia son bastante ambiguas: soy bastante crítico con el proyecto, pero su existencia me parece muchísimo más valiosa que su hundimiento. Más allá de que un crowd funding logre pagar el mantenimiento técnico del mismo, la promesa de Wikipedia (ser «la enciclopedia en la que cualquiera puede editar») está hoy más en entredicho que nunca.

Puesta al día del blog

Versvs 2014, nuevo aspecto

Cuando hace aproximadamente un año este blog dejó de estar construido sobre Drupal para estar construido sobre WordPress mi objetivo era buscar la sencillez del blog, para al mismo tiempo jugar algo más con él.

Ese cambio de gestor no implicó cambio estético: hicimos port del tema para WordPress del tema que veníamos usando desde marzo de 2013 y punto. Ahora abordamos ese aspecto y renovamos el estilo del blog, apostando por una única columna, más fácil de leer tanto en pantallas grandes como pequeñas.

El nuevo tema, aunque agradece las imágenes, está excepcionalmente centrado en el texto, y sin ellas creo que se ve bien bonito. Ésa es la idea: poder hacer un post de breve sin mayor complicación y que, a pesar de eso, no se vea demasiado flaco ni feo. Últimamente no tengo tiempo para postear, y en la sequía del blog ha bajado un poco el ritmo de los foros también.

Y, repito, el objetivo era continuar experimentando con esto. A ver si retomamos el ritmo. Aquí una captura del nuevo aspecto, para la posteridad.

Versvs 2014, nuevo aspecto

Eufemismos electorales y críticas inexactas

Kneel to me, by Kiki SSH

¿Por qué lo llaman jornada de reflexión cuando lo que quieren decir es «no se junten en grupos y no monten disturbios, y mucho menos cerca de los colegios electorales, así que hoy está prohibido hablar de política»?

Muchas veces se critica esta jornada en clave tecnológica («con Internet ya no tiene sentido»). Esa manía contemporánea de pensar que antes, sin Internet, la gente no hablaba de sus cosas.

En realidad existe por otro motivo (prevención de violencia) que quizá ahora no es aparente y por eso pasa desapercibido. Podemos cuestionar la validez de la prohibición si la violencia política está bajo mínimos, pero la crítica en clave tecnológica no tiene en cuenta la imagen completa.

El dinosaurio y las tonterías de la propiedad intelectual

Dinosaurios

Ayer mientras escribía el post sobre la polémica Macias-Bonilla tuve la idea de parafrasear el famoso microcuento de El dinosaurio (ya saben, «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí»), escrito por Augusto Monterroso en 1959.

La cosa es que al buscarlo llegué a la página española de Wikipedia (aún os debo ese post sobre el señor todopoderoso Google el Vago) sobre este cuento. El contenido de ese artículo (descontando la huella digital de Wikipedia) son 204 palabras a día de hoy. Más de doscientas palabras acerca de un cuento que sólo tiene 7 palabras, y no tienen el buen tino de «reproducir» el cuento. Oops. Toca continuar buscando.

Una nueva ofensiva nos lleva hasta la biografía de Monterroso en la web del Instituto Cervantes. El bueno de Monterroso tuvo un montón de reconocimientos y su biografía en esa web tiene más mil palabras (1104 a día de publicar este post), pese a lo cual tampoco en esa página tienen el buen tino de reproducir el microcuento.

Como la primera página de resultados de Google estaba plagada de resultados inútiles (de nuevo, Google el Vago), opté por enlazar a la versión en francés de Wikipedia, donde parece que no tuvieron tanto miedo a reproducir la frasecita buscada.

Parece que por algún motivo nadie se atreve a concatenar y reproducir esas sietes palabras que componen lo que Monterroso definió como cuento. Y me dio por pensar que por algún motivo detrás de todo esto está la mano siniestra de la propiedad intelectual que impide reproducir total o parcialmente una obra sin tener los derechos de explotación de la misma.

Es ridículo.

Cuando despertó, la competencia global todavía seguía ahí

Llego muchos días tarde a la polémica suscitada en torno a un post escrito por Juan Macías en su blog acerca de la conveniencia (o no) de contratar programadores en España, en lugar de buscarlos en otra ubicación donde personas tanto o más cualificadas hagan el trabajo más rápido (lo que redunda en más barato, aunque tan sólo sea por el ahorro de tiempo).

Juan Macías ha bloqueado temporalmente el acceso a su blog, pero el artículo aún está cacheado en Google, donde podemos leerlo. No lo comparto al 100%, pero creo que hay una idea de fondo muy interesante.

Hay una crítica de David Bonilla, que no comparto, y cuyas ideas más interesantes vienen cuando se aleja del tema y se va por el off topic a hablar de dónde han de estar las prioridades del gestor cuyo negocio es principalmente no tecnológico.

Un resumen rápido de las ideas expuestas por uno y otro:

  • Macías afirma que en ocasiones descubre a toro pasado que no necesitaba un programador.
  • Bonilla juega a la taumaturgia para rebatir a Macías: «por qué no contratamos CEOs extranjeros», seguramente porque Macías habla desde la perspectiva de la Pyme. La Pyme no contrata directivos: los socios son los directivos. La profesionalización de la gestión (entendida como la contratación de una persona para que realice en tu empresa las labores que en otro tiempo hubieras hecho tú en calidad de dueño, à la Henry Ford) es algo que nace de la escala de la macroempresa, aunque ahora sea un recurso muy usado en startups cuando los fundadores buscan un exit al mismo tiempo que los inversores de las primeras rondas de financiación, que por otra parte suelen exigir «supervisión adulta» a la par que entregan el cheque. Pero eso sólo aplica a la pequeña empresa que además es startup; la inmensa mayoría no lo es.
  • La otra pequeña falacia que le veo a su post es la de «conozco más programadores que directivos que han hecho carrera fuera». Por una parte, y por muchos contactos directivos que Bonilla atesore, tenemos el sesgo personal de Bonilla: es programador aunque ahora actúe de empresario. La equivalencia es sencilla: yo conozco más químicos que han hecho carrera en el extranjero que directivos. Por otra parte, es que hay más programadores que directivos en general. Conozco más programadores en el extranjero que futbolistas de primera división, conozco más programadores que astronautas españoles, and so on.
  • Bonilla dice que los programadores son en su mayoría críticos con su propia capacitación, y que no paran de aprender, que son currantes y miran hacia la formación continua. A favor, tengo que decir que mi contacto con los profesionales del código es en general sorprendente: gente que no para de aprender, de curiosear cosas nuevas. A menudo son un ejemplo (aunque muchas veces no hay alternativa: si dejas de hacer eso has de buscar otra profesión o buscar puestos de gestión, pero muchos quieren seguir programando).
  • La idea más relevante de este asunto, como decía al principio, no está ni en un sitio ni en otro, sino en el revuelo. Dice Macías que es capaz de encontrar en otros sitios y por el mismo coste un trabajo mejor hecho que el que le ofrece un freelance cualquiera. No lo niego, aunque en muchas ocasiones el coste de coordinación en remoto, de Skype a deshora o emails ambiguos de ida y vuelta quizá disipe el ahorro, seguro que en ocasiones sí compensa.

Algunas ideas mías en torno a la polémica, más que en torno a los posts mismos:

  • Macías pasa por alto algo que no obstante ha defendido en otras ocasiones: lo que muchas empresas necesitan y normalmente pasan por alto es un coordinador de proyectos que sea capaz de leer las necesidades técnicas del proyecto y tomar decisiones. Las empresas pequeñas no suelen tener este rol en plantilla, hay muchos profesionales que prestan estos servicios como externos. Mucho pirateo, sin duda, pero los hay también que te salvan el cuello una y otra vez a un coste decente. Esto por otra parte casa con la idea de Bonilla de que si tu negocio es principalmente no tecnológico, tu skill como gestor seguramente está mejor aprovechada si te concentras en optimizar el gasto en otras áreas.
  • Ya digo más arriba que es algo que mi experiencia confirma esas ganas de aprender y hacer cosas, y sin embargo la reacción dominante de quienes se definen como programadores ante el post de Macías es justo la contraria: proteccionista y belicosa. «Eso no es así, no sabe de lo que habla» parece corear la crítica. Y creo que al empecinarse en eso, se desaprovecha la ocasión de aprender de la experiencia narrada por Macías en su blog y de aprovechar el mensaje que traslada. Ahí tienen a una persona que requiere servicios de programación, pero que decide que hay otra persona tan cualificada como cualquier vecino para resolverlo, y que por su ubicación puede cobrar lo mismo que tú y hacer un trabajo en ocasiones mejor.
  • Esto es Internet, el valor de tener un equipo local aportando ideas es grande. El trabajo remoto, y mucho menos el offshoring, no están al alcance de todos, ni son beneficiosos en todo caso. De hecho, en multitud de ocasiones quizá no compensa. Pero para muchas empresas va a ser una opción, guste o no a quienes no han tomado bien el post que da origen a este revuelo. Esto es lo que hay. No entro a juzgar si unos u otros tienen razón, seguramente las dos opiniones tengan parte de razón. Prefiero quedarme con el mensaje: esta realidad existe, puedes cerrar los ojos, pero cuando los abras, la competencia global aún seguirá ahí, y muchos profesionales de otros lugares pueden hacer tu trabajo.
  • No vale de nada preguntarse quién se ha llevado el queso. La pregunta correcta es por qué se están llevando el queso. Eso es lo que permitirá a los afectados por este offshoring incipiente dar respuestas, soluciones y aportar más valor en su trabajo, lo suficiente como para que la próxima vez esa persona te contrate a ti. No me gusta matar a mensajeros, y los programadores son tan mensajeros como el autor del post que cuenta su experiencia.
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