El acuerdo Facebook-Yahoo! y el rastro de tu navegación

Un acuerdo importante que se ha conocido hoy y sobre el que no he visto comentarios en castellano (tan cabreados como estamos con nuestro políticos y sus planes para nuestras libertades) y que me parece verdaderamente interesante es el acuerdo que han alcanzado Facebook y Yahoo! para que el servicio de identidad online del primero (Facebook Connect) sea utilizado en las webs del segundo (Yahoo!). (Nota de prensa de Yahoo!)

Entre los blogs anglos, GigaOM analiza las implicaciones del acuerdo para el sector, señalando su influencia en las últimas decisiones de Google o AOL. Está claro que el acuerdo es una victoria de Facebook, un varapalo para Google y otra piedra más de lastre en las alforjas de un Yahoo! que hace tiempo que firmó su condena hacia la fila de segundones.

Y, sin embargo, los grandes perdedores en este acuerdo somos, una vez más, los usuarios. Tanto Facebook como Google luchan por recoger toda la información posible relativa a nuestros hábitos de navegación. La publicidad en la red mueve una cantidad de dinero asombrosa y se alimenta de ese rastro que vamos dejando.

Google ya cuenta con mucha información al respecto (Analytics está instalado en la gran mayoría de la web, sirve más búsquedas que nadie y registra cada click -y cada click le enseña un poco más sobre nosotros).

El exceso de celo de Facebook en sus ansias por conocer todo lo que hacemos le llevó a firmar acuerdos tan violentos para nuestra privacidad que, después de recibir muchas críticas, incluso los jueces han ordenado detener algunos de sus sistemas de forma cautelar.

Que Yahoo! tiene en su poder algunas de las webs más visitadas es algo más que conocido. Que eso le otorga el poder de acumular mucha información sobre hábitos de navegación de sus usuarios resulta obvio. Y que Facebook pueda combinar sus ya abultadas bases de datos con la información de los usuarios de Yahoo! que decidan usar Facebook Connect es una mala noticia para los usuarios. Al fin y al cabo, la publicidad pretende separar a la gente de su dinero. Conociéndote mejor, Facebook podrá servirte mejores anuncios que, al final, te llevarán a gastar más dinero; y eso es así lo creas o no.

Con la puesta en marcha de este acuerdo en los primeros meses de 2010, usar Facebook (o Yahoo!) te saldrá un poco más caro en información personal. Y, cuando estés negociando la prestación de servicios, éso es lo más valioso que tienes de cara al futuro, por eso todos se pelean por esa información. Ahora, sólo tú decides si estás dispuesto a pagar ese precio.

En defensa de nuestros derechos fundamentales

[Me adhiero a este manifiesto que he visto en otros blogs de amigos como David, Daniel, Antonio, Rafa o Eva]

[He quitado el apellido del manifiesto («en internet») a propósito; en un mundo digital no ha lugar a la separación de derechos fuera y dentro de la red, pues la red lo abarcará todo y los derechos en la red son, al efecto, nuestros verdaderos derechos en el tiempo por venir. Razoné a fondo esta postura en La sociedad de control.]

[Tómense este manifiesto como corolario al teorema-post anterior.]

Ahora, el manifiesto:

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Por favor difunde este manifiesto en tu blog, Twitter, en redes sociales, en foros o imprímelo y repártelo.

Ley para pagar a los que nos sostienen

Cuando uno ve el circo de corruptelas que el Estado tiene montado aquí con el inconmensurable apoyo de unos partidos políticos (que, al final, se ven beneficiados de una ley electoral por el cual un hombre, sin condicionales, nunca será un voto), la fé en un cambio de modelo productivo es algo que no se maneja en el día a día.

Cuando, en pleno ladrillazo y en lugar de entonar un mea culpa (y haber modificado, por ejemplo, la ley que desgrava hasta un 15% de la hipoteca al año), el Estado gasta el dinero arduamente acumulado gracias a nuestros impuestos en abrir y cerrar agujeros una y otra vez (han cambiado mis aceras dos veces este año), la fé en un cambio de modelo productivo es algo que ni está ni se espera que venga.

Cuando uno estudia una carrera técnica y luego hace un doctorado para descubrir que la investigación está plagada (plaga, en el sentido literal) de funcionarios enseñando a otras personas cómo ser funcionarios, la fé en un cambio de modelo productivo es algo que más vale no comentar en voz alta, o te tildarán (con motivos) de cándido.

Por eso cuando el gobierno se puso a hablar de un esbozo de ley para la economía sostenible ni siquiera presté atención. Imagino que, por eso, en plena reactivación del blog que lleva unos días a tope, he tardado 24 horas más que todo el mundo en hablar del asunto. La primera noticia la tuve en ¿Quién vigila al vigilante?, pero es que ni siquiera blogs tan poco sospechosos de ser anti-gubernamentales como Guerra Eterna hacen un diagnóstico idéntico al que nosotros estamos sintiendo en estos momentos.

¡Qué le vamos a hacer!, no pensé que hubiera nada que decir: la ley es otro intento más del Estado de pagar a los que sostienen su poder. Un intento más de habilitar las herramientas legales que harán posible cortar no sólo las descargas, sino cualquier cosa molesta para el Estado. Por eso una ley que pretendía cambiar el modelo productivo ocupa menos de dos páginas en las que la frase «propiedad intelectual» se menciona la friolera de 13 veces. Mientas la palabra «fiscal» y la palabra «impuestos» no aparecen ni una sola vez. Curiosa ley de economía, ¿no creen?

El proyecto de ley (cuyo texto te puedes bajar, pdf) avala la privación de internet a ciudadanos por motivos de violación de derechos de autor. Por eso el otro día poníamos el grito en el cielo, aunque algunos comentaristas no estuvieran de acuerdo; aunque algunos so-called expertos eb la materia mostraran su total acuerdo con el texto aprobado por la UE. Pero la ley va mucho más allá: también prevé el cierre de páginas web por el mismo motivo, algo ciertamente peligroso para el desarrollo de una economía basada en internet y sus posibilidades. Más peligroso aún si consideramos que la aplicación de estas medidas no recaerá en los jueces, sino en la sección segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual.

En todo caso, ya les digo que esto no representa novedad en el frente: el Estado intentando poner internet bajo control, trajinando su supervivencia en un mundo cuyas estructuras informacionales no lo sustentan.

Y es que sólo los incautos podrían esperar otro tipo de ley de un Estado con éste curriculum. Esperando estoy el post al respecto de los expertos que tanto se congratulaban del texto final del paquete telecom aprobado en la UE mientras en numerosos blogs (incluido éste) se daba la voz de alarma ante la laxitud del texto aprobado.


(Actualizado 2009-12-02 @ 13:05): Nos adherimos al manifiesto por los derechos fundamentales.

La tierra no es plana (digan lo que digan)

Mundo poco plano

A estas alturas de la partida pocos se atreverán a negar que el mundo ha cambiado mucho los últimos años. La tecnología digital ha puesto el mundo de nuestros padres patas arriba y nos ha dejado otro bien distinto.

Sobre las implicaciones que este nuevo contexto tecnológico puede conllevar (y está conllevando) pudimos leer hace ya bastante tiempo en libros como El poder de las redes, de David de Ugarte. De la necesidad (en el sentido estricto) económica de aceptar el cambio y aplicarlo para sobrevivir pudimos leer de sobra en el (denso, en conceptos) libro de Juan Urrutia, El capitalismo que viene. Y yo mismo hablé de los beneficios de esta tecnología, no exenta de riesgos [de hecho, lo hago constantemente en el blog] que deberíamos poder controlar (remember Peter Parker, ya saben… lo del poder y la responsabilidad).

Quizá porque a uno le interesa el tema y ha leído alguna que otra cosa al respecto, cuando se pone manos a la obra con La tierra es plana de Thomas Friedman no puede sino verle pegas al asunto. ¿Friedman? ¿El tipo ése que se dedicó durante años a defender la guerra de Irak desde el NYT y el atril que le dieron sus premios Pulitzer? Y claro, La tierra es plana… para Friedman. Resulta que el hombre viajó a La india (sueño húmedo de los países angloparlantes) y lo vio claro, cristalino: la tierra es plana. Aquí todo el mundo habla inglés, imitan nuestro acento, visten como nosotros. ¡Ah, la globalización ha alcanzado hasta a los pobrecitos indios, con lo lejos que estaban! Se puede tener una visión más reduccionista de la realidad, pero es complicado.

Y, sin embargo, resulta que Friedman diagnostica, a mi entender con acierto, las implicaciones de muchas de las cosas que están sucediendo actualmente.

Estamos entrando en una época en que vamos a presenciar la digitalización, virtualización y automatización de prácticamente todas las cosas. (De ello me ocupo en detalle en el capítulo siguiente.) Aquellos países, empresas y particulares que sean capaces de asimilar las nuevas herramientas tecnológicas experimentarán un asombroso aumento de la productividad.

(…)

No se trata sólo de cómo se comunican los gobiernos, las empresas y la gente; no se trata sólo de cómo interactúan las diferentes organizaciones, sino de la emergencia de modelos sociales, políticos y empresariales completamente nuevos. (…) Si estoy en lo cierto en relación con el aplanamiento del mundo, el fenómeno será recordado como uno de esos cambios fundamentales, como el nacimiento del Estado-nación o la Revolución Industrial, que en su momento generaron cambios en el papel del individuo, en el papel y la forma de los gobiernos.

Y es cierto eso. Pero su empeño por ver un planeta plano, liso como una tabla, me pone nervioso. Y me pone nervioso porque sospecho que está íntimamente ligado a su visión cerrada del mundo. Yo he leído su libro [exagero, sólo leí el primer capítulo, leer más era demasiado pdf] en Málaga, escuchando a Los planetas y estoy escribiendo este post oyendo el contrabajo de un israelí sefardí que lo mismo no abre la boca que se arranca a cantar en ladino o en hebreo. Es cierto que en 2009 lo digital aumenta mucho la competencia, nivela las balanzas y disipa las rentas monopolísticas en numerosos sectores (cada vez más). Pero afortunadamente no, el mundo no es plano; no todo el mundo vive en Bombay y fuerza su forma de hablar para imitiar el acento de los Friedman de toda la vida. Por fortuna coexisten muchas visiones diferentes del mundo y más que van a surgir (como Friedman mismo apunta en su texto). Y que así siga siendo, aunque las balanzas se igualen cada vez más (que así sea, también).

No, el mundo no es plano: el mundo es un poliedro, como las cosas redondas cuando se renderizan mal, o no se disponen de suficientes medios, y nos quedan los polígonos demasiado grandes: imagino que hay caras suficientes para que todos vivamos a nuestro modo. Y, eso sí, quizá con la suficiente potencia de cálculo, y trabajo por nuestra parte, el mundo podrá volver a ser redondo [si renderizamos infinitos polígonos cada vez más pequeños], pero lo será de una forma que no hemos visto antes.

Y quizá si el chico hubiera usado otro símil yo no estaría aquí hablando de él, porque por lo demás no dice nada nuevo. Así que imagino que en el fondo hizo bien su trabajo (logró que se hablara de él).

Quemando cromo

Alentado por lo mucho que me gustó Neuromante, le metí mano a otro libro de Gibson: Quemando cromo, un compendio de relatos breves.

El resultado, sin embargo, ha sido diferente. Donde Neuromante desarrolla un escenario oscuro y atrayente, muy vinculado al Los Ángeles de Blade Runner y al universo oscuro del Cyberpunk que tantos dados nos hizo tirar, Quemando cromo muestra la inestabilidad e irregularidad propias de los libros de relatos breves. Así, se alternan momentos de gran interés (Mercado de invierno -quizá lo mejorcito del libro, Johnny Mnemonic) con una caravana de relatos muy, muy duros de tragar. Curiosamente, o acaso no tan curiosamente, los relatos que mejor pasan son los que están ambientados en ese universo oscuro, decadente y sórdido que ya conocíamos de Neuromante y que era precisamente el que me había empujado a Quemando cromo con tantas ganas.

En cuanto a la escena en sí, y una vez obviados los cuentos que no me gustaron, poco que añadir respecto a lo que ya hablamos al respecto de Neuromante.

En general, Quemando cromo es un libro sólo aptos para fans y es probable que se ponga cuesta arriba para la mayoría de personas que, aún así, se llevarán alguna que otra perla de su lectura (a elegir, que sobre gustos no hay nada escrito). Si piensas leer a Gibson, sin duda Neuromante es mucho mejor, aunque tengo pendiente leer la Monalisa acelerada

Aprobada en Málaga la ordenanza que permitirá multar por circular en bicicleta

Me van a disculpar que hoy haga un post local, pero es que es éste un tema que me tiene muy sensible: el del uso de las bicicletas como vehículo de transporte urbano.

He hablado de la muy diferente gestión que de las posibilidades que ofrece este transporte hacen ayuntamientos de ciudades tan importantes como Sevilla o Madrid.

También hace un tiempo comenté acerca del plan del ayuntamiento de Málaga de multar a aquellos que circulen en bicicleta por las aceras a una velocidad mayor que el doble de la de un peatón (esto es, a todo el que circule en bicicleta a más de 10 km/h).

Pues bien, hace sólo unos días el pleno del ayuntamiento ha aprobado la mencionada ordenanza de movilidad, que ya se veía venir desde mayo pasado. Lo pude ver en La opinión, gracias Daniel.

Desconozco si hay motivaciones escondidas tras esta ordenanza, pero desde fuera todo lo que se ve es el afán recaudatorio del ayuntamiento. Una ciudad con casi 700.000 habitantes oficiales (y vaya usted a saber cuántas personas viven aquí estando censadas en otra parte) que no dispone de carril bici en ninguna parte de la ciudad* y que ahora podrá multar a sus ciclistas si circulan por las aceras.

La nueva ordenanza contiene otras perlas como que ahora grúas sin agentes de la policía puedan llevarse los coches que estimen mal estacionados; sí, juez y parte (pues las grúas cobran por cada coche que se retira) al cargo de una función que antes mantenía la policía. El lobo cuidando del rebaño.

La gestión del ayuntamiento no puede ser peor desde el punto de vista de la movilidad (fomentando el carril bici se reducirían los atascos, que también puede entenderse como una externalidad del abuso del coche). Pero es que la manía punitiva del ayuntamiento, el arreglarlo todo a base de multas, no puede ser peor desde el punto de vista de hacer de Málaga una ciudad vivible, en la que las personas primen sobre la institución del ayuntamiento y en la que haya algo más que ver que unas playas desvaídas y el polvo negro del puerto.

[Nota al pie, (*): no, me niego a llamar carril bici a esa cosa del paseo marítimo que no me permite ir a ningún sitio útil y tan sólo moverme arriba y abajo del paseo, como si mi vida transcurriera en un ascensor sin destino ni origen.]

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