La UE otorga a EEUU acceso al registro de transferencias Swift

La UE ha cerrado un acuerdo con Estados Unidos por el que los servicios de inteligencia de aquel país tendrán acceso al registro de transferencias internacionales swift, cuya base está en Bruselas (Europa Press). El acuerdo prorroga el acceso estadounidense al mencionado registro durante nueve meses; aunque visto lo visto la actual renovación, no veo porqué no iba a renovarse el acceso cuando proceda su revisión.

Como el lector avezado ya habrá adivinado, esto se hace con el propósito oficial de combatir a «los terroristas» así en general. Cuanto más difuso sea el uso del término, mejor para que ningún alto funcionario de ningún Estado se pille los dedos.

El acuerdo es visto como una victoria estadounidense, pues hasta ahora la UE no parecía dispuesta a prorrogar dicho acceso.

Comienza a emitirse el DNI británico

Hoy se han comenzado a emitir los documentos de identidad de Reino Unido. La ciudad elegida para lanzar el mencionado carnet es Manchester, algo que fue anunciado hace ya unos meses. La noticia nos llega gracias a nuestro espía en la pérfida Albión, ¿Quién vigila al vigilante?.

Finalmente, el Estado británico se apunta otra victoria en su lucha por la instauración de una sociedad plenamente vigilada, de la que Blair hizo auténtica bandera de su mandato y a la que el tibio Brown no ha puesto un sólo matiz que la haga variar. La victoria es, así, doble para el ex-presidente pues él continuó con su plan a pesar de las numerosas e intensas críticas.

Lejos quedan los días en que los grupos de presión pro-libertades se anunciaban en los periódicos a toda página. Está claro que a músculo financiero y a maquinaria publicitaria es complicado ganarle al Estado, que ha conseguido desgastar a los críticos mediante sus políticas de estímulo del miedo que desde el principio había sido muy contraria a éste plan.

Habrá quien diga que aquí los tenemos y no pasa nada. ¿De verdad no pasa nada? ¿No es de locos que para dormir en una pensión tenga que enseñar, por ley, mi DNI? ¿No se trata de un negocio privado entre dos personas, qué pinta el identificador del Estado y el registro policial en todo eso? ¿Qué diferencia hay entre eso y comprar pan?

El lector DNI-e gratuito tenía truco dentro…

«Desde el 9 de noviembre se están distribuyendo por toda España algo más de 500000 lectores de DNIe a 0 euros gracias a una iniciativa del Ministerio de Industria. Aquellos que se apuntaron han recibido instrucciones de que pueden pasar a recoger su lector de forma gratuita por cualquiera de las oficinas de Ibercaja, y aquí comienza el problema: Ibercaja aprovecha la visita del ciudadano para “obligarle” a firmar un documento donde consiente que sus datos personales sean utilizados para multitud de cosas, sin posibilidad de negativa.

(…)

En el clausulado no existe la posibilidad de no consentir; la solución que en Ibercaja te darán será que firmes el documento y luego envies una carta para revocar el consentimiento.»

Samuel Parra, en su blog.

¿Por qué el gobierno no revisa el comportamiento de sus socios antes de convertirlos en sus socios? Porque no tiene incentivo para ello: el Estado no tiene incentivo para fomentar la defensa de nuestra privacidad, a río revuelto ellos (y sus servicios de inteligencia) pescarán más y mejor.

El alakrana y la incongruencia del nacionalismo

Si hay algo que me ha llamado la atención en el dichoso asunto del Alakrana es que a pesar de lo incongruente del discurso nacionalista del Estado y sus propios actos, apenas nadie lo cuestione (siempre hay excepciones).

El mismo Estado que se niega rotundamente a dar entidad a las reclamaciones independentistas formuladas desde nacionalismos alternativos al español de repente no tiene reparos en reconocer la inapelable autoridad de los «clanes», tal los ha calificado Elena Espinosa (ministra de medio ambiente, medio rural y marino) esta mañana, somalíes que están tras la piratería.

No puedo evitar sorprenderme al ver cómo el Estado ataca a morder a toda posibilidad de Estado alternativo (piensen en País Vasco) pero no se lo piensa a la hora de reconocer la autoridad de esos nuevos actores no estatales, por más que los contemplen como a sus enemigos. Al final es negociar con «el malo», como Chihiro negoció con la bruja para que le devolviera a sus padres. Y en la negociación misma está la lección: el mero sentarse a la mesa incluye el reconocimiento de la potencia del rival, pese a no estar sustentados por Estado alguno, pese a no estar para nada de acuerdo con él.

Y me parece interesante ver cómo el Estado no tolera que le pisen su jardín con aspiraciones-de-estado-paralelo, pero no se lo piensa para admitir a la mesa al que no quiere pisarle el jardín sino que apunta a arrasarle la casa y todo lo que contiene. Incongruente y, no obstante, absolutamente pasado por alto por la crítica política.

Seguro que pueden hacerse análisis más profundos en torno a esto. Yo con señalar esto me conformo por ahora.

Sin duda se hablará de esto (y, evidentemente, de la versión socialmente aceptable de este fenómeno post-estatal) la semana que viene, cuando se presente Filés, el nuevo ensayo de David de Ugarte, en Madrid. Aunque de estar en Madrid acudiría seguro al acto, que recomiendo a los que el próximo 26 vayan a estar por aquella ciudad.

Por cuenta ajena

«La empresa está pasando a ser un lugar contradictorio donde al mismo tiempo que nos hablan de conexión emocional se producen despidos y se contrata en condiciones precarias.»

Julen Iturbe-Ormaetxe, pasen y lean.

No es contradictorio, es cínico, ese contexto es hipócrita. Y quedarse ahí es el camino más corto hacia una infelicidad y un aburrimiento supremos, pero sólo entre las 8h y las 17h -si tienes suerte.

Está claro que la solución está en buscar alternativas: desde un trabajo que te llene algo más que los bolsillos, hasta liarte la manta a la cabeza y correr hacia tu propio chiringuito.

*** Bola extra: acabo de ver que David también habla del post de Julen.

20 años después todo se ha esfumado

recordatorio de la caída del muro de Berlin

Mañana se cumplirán 20 años desde la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. La caída del muro representó la más grande revolución habida en europa en las últimas 5-6 décadas, enmarcando un 9-11 (escrito a la europea, 9-N en castellano) esperanzador que nada tiene que ver con el 9-11 (escrito a la americana, 11-S en castellano) estadounidense, fuente de políticas del miedo y medidas disciplinantes.

Estos días nos hablan de la caída del muro de Berlín, lo sacan del olvido de forma momentánea y coyuntural antes de mandarlo definitivamente al olvido hasta (imagino) que se cumpla el siguiente aniversario señalado. No interesa mucho que los ciudadanos sueñen con llevar a cabo gestas que amplían sus libertades.

Pero ni antes, ni estos días, ni mañana leerán en las noticias que la esperanza que levantó la caída del muro de Berlín –una europa más libre en la que sus ciudanos fueran más importantes en sus propias vidas y, repito, más libres– se ha esfumado por completo. En 2009, la UE avanza hacia una sociedad de control dando cada vez más poderes militares a la policía, controlando y espiando cada vez más las comunicaciones de los ciudadanos (cuya expansión de posibilidades y anonimato es lo que verdaderamente podría hacernos más libres). En 2009, la Europa en que vivimos es la Europa de la directiva de la vergüenza, del paquete telecom y de tantas otras cosas que se nos vienen. En plena crisis ya pocos nos discutirán lo que decíamos hace un par de años: El estado del bienestar se desvanece y, es que, como decía Timothy Garton Ash y oportunamente recordaban desde Las Indias (al hilo de la aprobación del paquete telecom): 20 años después de la caída del muro la Stasi queda más en el futuro de Europa que en el pasado (no sólo en Reino Unido, de verdad es en toda Europa), haciendo buena aquella afirmación de que si hay un hecho diferencial en el s. XX es el desarrollo y fortalecimiento de los servicios de inteligencia y espionaje sistemáticos estatales, que desde el principio fueron usados mayoritariamente contra sus propios ciudadanos.

Se vienen tiempos interesantes que valdrá la pena vivir, pero habrá que estar atentos si no queremos que la apisonadora nos pase por encima.

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