RecordMyDesktop, screencast fácil en Linux

El otro día buscaba un software sencillo para hacer screencast y me llevé una grata sorpresa con Record My Desktop.Una sencillísima aplicación que hace exactamente lo que tiene que hacer: grabar todo lo que suceda en la zona de la pantalla que le digamos (tanto porción de pantalla como pantalla completa).

Tiene front-end para Gnome y para KDE (gtk-recordmydesktop y qt-recordmydesktop) y los encuentras en los repositorios habituales de tu distribución. Para mí, que no suelo trastear con vídeo, este software era un total desconocido. Me dediqué durante unos minutos a probar la aplicación y el resultado (tomando como cobaya el blog oficial de GMail) lo pueden ver aquí debajo. Ninguna maravilla, pero es que ni edité el vídeo ni nada.

Opera usará prefijos -webkit para CSS3, mala noticia para los estándares

Ésta es la noticia más importante que hemos tenido en la web en mucho, mucho tiempo: Opera confirma que dará soporte a los prefijos -webkit de cara a CSS3.

Dos ideas:

  • Una primera lectura nos dice que esto supone la ruptura del atasco reciente con cada navegador usando prefijos diferentes. Quedan al margen Internet Explorer y Firefox.
  • Una segunda lectura nos permite ver que se rompe por el lado menos deseado: no por la adopción del estándar de la w3c, sino por el triunfo de los prefijos propietarios de webkit, core de navegadores como Chrome y Safari.

En el ascenso de webkit, el declive de Firefox y el futuro de los estándares web argumentábamos con esa posibilidad y, si he de ser sincero, no creo que haya motivo alguno para alegrarse. Ahora mismo webkit pliega bastante bien a los estándares, pero con el resto de fabricantes amoldando su software a webkit, no es inimaginable que próximamente se desvién y añadan funcionalidades no estándar. Ojalá me equivoque, pero escenifica la conocida derrota para el software libre GPL en los navegadores (Firefox fue determinante al arañar cuota a Internet Explorer pero está de capa caída, y el triunfo de webkit es una medida de su irrelevancia en entornos móviles) y una mala noticia para los estándares web.

Mossos d’Escuadra y sociedad de control

La tecnología hace posibles ciertos sueños represivos. Los Mossos d’escuadra piden colaboración (lleva nofollow) para identificar a una serie de participantes en una manifestación de la CGT, y lo descubro gracias a Kozzak que me pasó el enlace.

Podrá estarse de acuerdo o no en las formas, los motivos y el trasfondo de ciertas protestas. Pero el hecho de que el Estado esté tan inclinado al uso de la tecnología para aumentar el control y sea tan duro y lento a la hora de implementar bien la tecnología para hacernos la vida más fácil (piensen en la continua persecución del p2p o el barullo de certificados digitales y su nada amigable uso desde Linux, por ejemplo) debería animar una sana reflexión sobre si el mismo es la panacea que se defiende desde ciertos ámbitos en estos días de recortes.

Está claro que no puedes coger y eliminar el Estado sin pensar un orden alternativo, pero de ahí a que el sistema sea lo más hay un trecho. La videovigilancia surge en las cárceles y de ahí se exporta a las calles: la sociedad de control prohíbe los usos beneficios de la tecnología y alimenta los indeseados. No debería sorprendernos: una cárcel es un rincón en el que se hacen experimentos sociales.

De Borjamari a Espeonza

En 2003 las parodias eran blogs riéndose de otros blogs más o menos conocidos y sus manías más o menos públicas. En 2012 la parodia de moda es un tuiter que se burla de un político. Basta ya de decir que si blanco, que si negro. Las cosas son útiles en su justa medida, pero el diseño condiciona la función. En 2003 (y en 2004, y en 2005) la moda era «la conversación» y el metajuego le daba entidad no invitando a la fiesta a todo aquel que no fuera explícitamente parte del mismo. En 2012 la conversación es la de toda la vida (tirios contra troyanos). Han pasado nueve años y no sé, pero tú antes molabas. O quizá es tan sólo que a mí me ha dado un poco de morriña. No me lo tengan demasiado en cuenta.

Harvard se queja del precio de los journals y gira totalmente a Open Access

Harvard

Durante muchos años fui investigador (aunque casi nunca saco a relucir ese Ph.D. del que otros hacen gala constantemente). Me encanta la ciencia y creo que si hay algo que tienen en común la ciencia y el tipo de consultoría y servicios que realizo habitualmente es que ambos requieren estar leyendo y estudiando constantemente. Durante años nos hemos venido quejando de que el precio de los journals es excesivo, al tiempo que lamentábamos el poco alcance de las iniciativas Open Access. La situación podría dar un vuelco con el cambio de posición Harvard a este respecto.

En este blog hay algunos posts antiguos (y no tanto) en los que analizamos a fondo el problema del Open Access. En 2007 abogábamos abiertamente por el dominio público para toda la investigación científica pagada con dinero público. Es demencial que con dinero de todos se pague una investigación que luego debemos volver a pagar para poder leer.

Cuando un año después, en 2008, se lanzó un programa piloto en el ámbito de toda la UE para impulsra Open Access fuimos muy excépticos. El programa garantizaba 12 meses de explotación a las editoriales, con lo cual seguía habiendo esa necesidad de pasar por caja si uno quiere estar en la punta de lanza de una disciplina concreta. Seguía existiendo la necesidad de pasar por caja.

En junio del año pasado, los datos venían a confirmar lo que como insider uno ya sospechaba: el dinero invertido en journals ha crecido en los últimos años, pese a la llegada de Internet. El 65% del dinero que gastan las universidades es para Journals, Elsevier tiene un increíble margen de explotación de casi el 40%. Argumentábamos entonces por qué se han perpetuado estos monopolios pese a Internet, y aunque a todos nos gusta Open Access, la reciente queja oficial de Harvard sobre el precio de los journals:

«Harvard’s annual cost for journals from these providers now approaches $3.75M. In 2010, the comparable amount accounted for more than 20% of all periodical subscription costs and just under 10% of all collection costs for everything the Library acquires. Some journals cost as much as $40,000 per year, others in the tens of thousands. Prices for online content from two providers have increased by about 145% over the past six years»

Después de eso, una serie de buenas prácticas en las que recomiendan enviar los resultados al propio canal de Open Access de la Universidad. Hay leyes en EE.UU. para conseguir que la investigación con dinero público sea más accesible para todos, al menos todavía… quizá con este paso de Harvard la cosa cambie. La decisión está en manos de los investigadores, pero si no se tocan sus incentivos más inmediatos… puede que el apoyo de un peso pesado com Harvard sirva de punto de apoyo a lo que todos deseamos: que los resultados de la investigación científica sean más libres y más accesibles.

Bocados de Actualidad (148º)

22 de abril y tenemos con nosotros la ronda centésima cuadragésima octava de los Bocados, esa colección de enlaces que no tuve tiempo (o ganas) de comentar durante la(s) última(s) semana(s). Nos acompañan Bee & Flower cuyo esperadísimo nuevo álbum (Suspension, cuyo adelanto saboreamos hace más de un año) por fin podemos disfrutar plenamente.

  • El blog de desarrolladores de Dropbox y una estimación realista de la fortaleza de las contraseñas.
  • Error 500 y los sesgos de los wikipedistas. Creo que su ejemplo no es el más acertado, pero aún es reseñable.
  • Iván Fanego y Larry debe vivir. Una historia más de financiación colectiva.
  • Y hablando de financiación colectiva, esta semana hay que destacar a Fixmedia, que han hecho una campaña impecable, aunque con la idea de periodismo haya que ser sanamente crítico.
  • Miguel Almeida nos descubrió un simulador de máquina enigma para Android.
  • Cometario y el «principio de economía» aplicado a la ortografía, con el ejemplo de las tildes.
  • Packet Storm Security y el ataque DoS a las Sony Bravia. ¿Queremos televisión conectada a Internet? Pues serán televisiones «atacables».
  • Mark Sweep el juego de la cerveza y por qué Apple no puede fabricar los iPad en EE.UU.
  • Tubuntux y Caffeine para Precise Pangolin. Sustituye al Apple inhibidor de energía de forma elegante.

Esto es todo por ahora. Os recuerdo que voy compartiendo enlaces en mi gestor de enlaces y que os podéis suscribir directamente a ese feed.

Para terminar, Bee and Flower y su Waiting Room. Ni de lejos el mejor tema del nuevo álbum, pero es lo que he encontrado esta mañana.

A vueltas con el Tipping Point y el conocimiento de las redes

Si sacamos nuestra vena de analistas, la noticia más importante de ayer fue el final de la «war on drugs» declarada por Nixon en 1971, por cuanto podría presagiar un giro de mayor calado sobre el que ya sonaron tambores. Cabe incluso preguntarse cuándo llegará el final del «war on terror» con el que nos han martilleado (y arañado libertades) desde aquel día de septiembre de 2001. (Imagino que habrá que esperar aún 3 décadas; en todo caso… pero es una guerra perdida desde su enfoque.)

Pero si nos centramos un rato en temas más mundanos y hacemos análisis, pero esta vez análisis de redes, el flujo de la noticia va por las críticas al Tipping point y la creencia de que contar con los líderes de opinión garantiza el éxito en la comunicación en red. Es una crítica con mucho sentido: desde luego que contar con líderes de opinión es más bueno que malo para una causa dada, pero no es suficiente. No garantiza nada. Y ello explicaría que los mismos protagonistas, usando los mismos procedimientos, unas veces creen la bola de nieve y otras veces se derritan previsiblemente bajo el sol más tibio del invierno.

Y en ese «previsiblemente» reside el quid de este post. Quienes estamos en el día a día en la Red sabíamos que aquella intentona sobre Ryanair no llegaría a ninguna parte. Mismos protagonistas, mismos métodos, pero el resultado se percibía diferente. Era un conocimiento asentado pero difícil de justificar y el trabajo aparecido en Nature este mes viene a convertir en teoría eso que hasta ahora no era más que un postulado sin demostrar: la clave podría no estar en quién te apoya (aunque todo apoyo sume, obvio), sino en la lectura concreta que una persona es capaz de hacer de una red concreta en un momento concreto. Ese expertise no lo regalan con la fanta, ni con la licenciatura de periodismo. Y, más importantemente, no hace grandes aspavientos ni desprende glamour, pero seguramente contar con ese expertise de tu parte es, si nos movemos entre redes, una parte tan relevante (o más) para alcanzar ese «tipping point» que los rostros y nombres que se prestan a tu campaña y los medios en que consigues armar tu puzzle.

Este blog usa cookies para su funcionamiento.    Más información
Privacidad