¿Hasta dónde puede llegar la protección (legal) de una marca? Oimplycs Games

Oimplycs Games

Como no toda la estupidez en torno a la propiedad intelectual reside en las (cada vez más estúpidas) patentes de software, vamos a hablar hoy de marcas y propiedad intelectual. Y es que parece que a los organizadores de los juegos olímpicos de Londres se les ha ido la mano con el celo que han dedicado a proteger su marca y los patrocinadores, dejando insatisfechos a multitud de profesionales y que ya tiene hasta protestas oficiales ante la confirmación por parte del gobierno británico de que la prohibición de usar la palabra-con-O en anuncios y publicidad de ningún tipo para quienes no hayan pasado por caja y pagado el peaje de ser patrocinador.

Podríamos argumentar que el «espíritu olímpico» es otra cosa, o que «los valores del deporte» son otra cosa. Pero no lo haremos porque el espíritu olímpico y los valores del deporte de élite nada tienen que ver con lo que responderíamos así a bote pronto si nos preguntan por ello en frío. Sucede que el espíritu olímpico va de nacionalismo puro y duro, y que los valores del deporte de élite son muy diferentes a lo que muchos creemos. Recordemos una cita de Rafael Reig que trajimos a estas páginas allá por 2008, en unas fechas parecidas a éstas.

[En la foto, la dislexia premeditada del escaparatista de una tienda londinense, necesaria para saltarse la prohibición. No me dirán que no es super 2.0 ;)]

Sobre la inutilidad de argumentar frente a partisanos

«This person set a precise test to determine whether I am impartial. When I showed clear evidence that I met the test, he ignored the test and evidence — a good demonstration of how fierce partisans use reason and evidence only as tools in the service of partisan or ideological conclusions which can be overturned by neither reason nor evidence.»

– Dan Gardner, en su blog

Ahora plántense y piensen, cuántas de estas conversaciones con final estúpido han tenido recientemente. El caso obvio es el de la política, donde los creyentes de uno y otro bando demuestran eso que Ortega denominó hemiplejía moral (en castizo, cerrazón mental), pero desgraciadamente pasa todo el tiempo en ámbitos muy diversos. La clave es evitar entrar a estas conversaciones con aquellos a los que ya tenemos calados y que sabemos que trollearán nuestros argumentos sean los que sean ignorando cualquier aval. El verdadero problema es: ¿cómo reconocemos a priori a un troll partisano (no piensen en política, abran su cerebro para dejar entrar al fútbol, o a Apple, o a Linux, que partisanos irracionales hay en todas partes) para evitar perder el tiempo y agotarnos en una discusión inútil?

Se agradecen respuestas, claro, por las vías habituales :)

Una solución salomónica (y divertida) al problema de las patentes

Anda el patio revuelto con la concesión de patentes de software cada vez más estúpidas a unos y otros (los titulares los acaparan Google y Apple, sobre todo), una escalada en la que nuestra libertad de ganarnos la vida con el propio trabajo es la gran perdedora, pues cada vez más el futuro pasa por tener una cartera capaz de licenciar multitud de software ya patentado (esto es, matemáticas patentadas, para que la estupidez de la situación sea más evidente) o, caso de no poder pagar, quedar automáticamente fuera de toda posibilidad de ganarnos la vida con nuestro trabajo.

Así que aquí les dejo con una solución salomónica (y espero que les resulte divertida) a este problema de las patentes de software. Lo que sigue es un e-mail de hace unos días convertido en post by popular demand (vamos, la persona que lo recibió así lo sugirió) y yo tan sólo necesitaba unos minutos para colgarlo:

A Google y a Apple los condenaba yo a *NO* poder licenciar patentes. Esto es: lo patentado por ti sólo para ti, lo que no hayas patentado tú, no lo puedes usar ni pagando todo el oro del mundo.

Como no soy tan sádico, los dejaba así sólo 12 meses. 12 meses sin poder vender un colín iban a estar. Y 1 año y un día después, como los presos, iban a pedir clemencia y la abolición del sistema de patentes.

A los más de 200 comentaristas de $su_sitio_web_preferido, por contra, los condenaba a cambiar sus iPhones por un Nokia 3210 (un gran teléfono para 1999) durante los mismos 12 meses.

Salomón es un aprendiz a mi lado xD

PD. No son paradojas, es hipocresía (por parte de las compañías). Por parte de los comentaristas, detecto la misma irreflexión que convierte a muchos usuarios de descargas en ladrones morales: realmente creen que las patentes son necesarias, pero no quieren pagarlas.

Lo cierto es que el Nokia 3210 era un grandísimo teléfono (NdT. aunque en 1999 no estuviera a la venta, son las cosas de escribir cosas en frío :D), pero ya usaba GSM… así que malamente se iba a librar de la matanza.

Para entender este post es muy recomendable echar un ojo a lo que hemos comentado al respecto de la guerra de patentes de software en el ámbito del mundo móvil:

También hablan de patentes, en formato breve pero divertido, Michel Godin y Bianka Hajdu.

¿Cloud computing sin software libre? Consulta pública

Parece que el gobierno español ha abierto una consulta pública (que descubrimos gracias a Derrotero) para recoger opiniones acerca del Cloud computing y de cara a favorecer su adopción e implantación entre las PyMEs.

Sería buena noticia si se hubieran acordado del software libre, pero no lo es porque entre los puntos que están considerando no se habla de software libre, y ya sabemos que «la nube» sin software libre es una trampa para usuarios y empresas, que acaban generándose dependencias respecto de (aún más) proveedores.

La consulta lleva arriba más de 2 días en el momento de escribir este post y cuenta pocas visitas, de lo cual deduzco que tampoco es que el gobierno se haya desvivido por publicitarla para recoger opiniones de verdad. Quizá es el momento de ir a la página de la consulta y dejar nuestra opinión: con dinero público sólo se deberían apoyar programas de apoyo que estén vinculados a software libre, y el cloud computing (especialmente este tipo de servicios, que apuntan a ese futuro en que el software libre no es suficiente) no puede ser una excepción.

Sin esfuerzo no hay paraíso

Hay ideas que tras días buscando una ventana, de repente hacen pop y, cuan protagonistas de encuentros en la tercera fase viendo aquel plateau en todas partes, no haces sino verlas refrendadas por donde quiera que vas leyendo. Una de esas ideas recurrentes es la de que ninguna victoria se consiguió sin luchar, ningún avance sin trabajar; de otra forma: ninguna libertad fue entregada, siempre hubo que conquistarla.

En esas andaba yo cuando leí la última entrega que Pseudópodo hizo de Program or be Programmed de Douglas Rushkoff, que aquí comentamos en su día y cuya charla en Bilbao nos resultó memorable. A mí su post me hizo acordarme del Wizard de instalación en modo «siguiente, siguiente, siguiente».

Más tarde, veo que en La Vigi reflexiona en formato breve sobre el peligro de dejarnos llevar por la facilidad de las herramientas, olvidando que necesitamos conocer los fundamentos para de verdad usar la herramienta en libertad, de lo contrario somos dependientes de ella.

A mí tanto una cosa como la otra me recuerdan eso que en inglés se dice muy breve y muy claro: no pain, no gain. La extensión de sistemas fáciles de usar, con interfaces sencillas, tiene sus ventajas. A menudo recordamos que es una de las mejoras que el software libre ha descuidado demasiado. Pero sucumbir a la tabletización a la que nos empujan los gigantes de Internet es una locura.

Se acerca agosto y muchos de quienes lean esto marcharán de vacaciones. Otros, por su cuenta, no tendrán vacaciones pero sí tiempo, ya que quizá no tengan empleo en este momento. Creo que es un gran momento para intentar ganar algo de autonomía con «las máquinas». En la web hay cada vez más webs que ofrecen cursos gratuitos de formación a distancia (Udacity, o los cursos de Coursera de los que hablamos en su día son sólo dos ejemplos) en los que uno puede aprender ciertas cosas, desde estadística a programación, básico de marketing o diseño de proyectos, y también cosas mucho más complejas. Con ejercicios que piden unos 20-30 minutos, y la gran mayoría disponibles sin abrir la cartera.

En el mundo que vivimos, o comprendes la naturaleza de tu entorno o estás a expensas de otros. En el caso concreto del software, o eres capaz de comprender un poco sus sesgos y su funcionamiento, o eres el software, lo descartable, lo sustituible. En un momento en que la creación de empleo está lejos, y cuando aparezca será (previsiblemente) lenta, hacer de nuestro día a día una excusa para seguir aprendiendo es una técnica más de supervivencia en libertad. Ustedes escogen a qué lado de la barrera se quieren situar pero, ya les digo, sin esfuerzo no hay paraíso.

¿Es posible ganar a quien fija las reglas del juego? Una historia de gigantes

En la última década se ha producido una enorme transformación de la industria del hardware, que ha tenido un reflejo en la industria del software. No es sólo que Internet se hiciera masiva, es que Apple ha subvertido el orden establecido mediante su proceso de integración vertical. Y ahí viene la cuestión: ¿es posible para Microsoft o Google superar la propuesta de Apple tan sólo imitándola?

Los analistas de Asymco apuntan a la necesidad de Microsoft de mimetizar cuanto antes a Apple. Esto, sin embargo, equivale a que Microsoft se convierta en competencia de sus socios, como bien remarca Antonio Ortiz. Windows 8 está cada vez más cerca, y los creyentes de religiones diferentes repiten el mantra (que llevo oyendo desde que salió XP) de que «Windows 8 será el último». No lo creo.

No obstante, con la inclusión de su propia «App Store» y el anuncio de su propio tablet (Surface) con Windows 8, parece que el sector de OEM socio tradicional de Microsoft comienza a ver las orejas al lobo:

  • Dell anuncia que vuelve a intentarlo con Ubuntu, esta vez sin presión de la comunidad de usuarios, aunque haya dudas razonables de que el enfoque sea correcto (de entrada, ¿serán capaces de dar soporte y el hardware soportará actualizaciones? En el pasado lo hicieron mal aquí.)
  • Valve anuncia que se abren a Linux y portarán algunos de sus juegos a este sistema.

La duda que nos queda es, ¿son excepción o anticipo de una nueva norma? Para Linux, me temo, todo esto llega una década demasiado tarde, cuando lo aspiracional está en otra parte.

Pero volviendo a la pregunta original (¿es posible ganar a quien fija las reglas del juego?), vemos que la respuesta no es baladí, pero quizá no sea tan complicada.

¿Cómo llega Apple a este proceso de integración? Por tradición (o por abnegación), Apple no contó con el entorno de fabricantes/socios que sí artículó Microsoft. Es por eso que terminan desarrollando un sistema en el que, a lo Juan Palomo, ellos hacen todo. Pero para que Microsoft imite este comportamiento ha de renunciar a su principal ventaja: la de que sus sistemas vengan preinstalados en millones de dispositivos. En el móvil, por cierto, es Google (otra empresa que siempre buscó tener su propio sistema autárquico) quien está desempeñando ese rol. Windows 8 aún no está a la venta y algunos de sus socios ya se remueven en la silla; alguien en Cupertino debe estar sonriendo.

Más allá de que el modelo Windows/Android de venir preinstalado seguramente no sea el más lucrativo por unidad vendida, dado su mayor volumen de ventas sí que es una opción más que valida.

La cuestión es si las empresas que intentan batir a Apple copiando sus pasos, aceptando jugar con el terreno y las condiciones que Apple estableció para sacar el mayor beneficio a sus propias limitaciones y rechazando inventar una solución diferente e innovadora, tienen opciones de superarlo. A día de hoy, creo que no, pese a que puedan arañar un poco de share: si dejas a otro escoger el terreno de juego, el arma, y las reglas, tus opciones de ganar son nulas.

Por supuesto, en el camino quedamos los usuarios que podremos elegir entre lo malo y lo peor: nos enfrentamos a la terrible situación de convivir con un único monopolio que no nos deje elegir qué hacemos, o con tres o cuatro monopolios más pequeños pero ideológicamente idénticos en los que el lock-in es tan terrible que una vez eliges un proveedor, tu situación no difiere en nada a la que tendrías si sólo hubiera una única opción.

El recién creado Departamento de Seguridad Nacional

Entre tanto recorte, está claro que el Estado se ve acosado por un ejemplo de manual del problema Principal-Agente (más sobre el problema principal-agente, PDF). Así, ante una situación económica límite (aunque no inaudita y desde luego no sin precedentes, miren el histórico de quiebras estatales y deleítense con el Estado que tiene la lista más larga de todas) en la que toda reforma reciente parece suficiente para evitar el extremo final que se vislumbra y de cuya magnitud ya se habla en todos los rincones del imperio, todo lo que se ocurre al gobierno del Estado es crear un Departamento de Seguridad Nacional. Lo primero que uno piensa es que se trata de un organismo especializado en la defensa del Estado frente (contra) los ciudadanos. Y digo yo, con sus luces y sus sombras, el Estado español con los instrumentos que ya poseía ha sido capaz de lidiar en el último medio siglo con amenazas de sobra conocidas por todos, ¿hace falta este nuevo organismo? Habrá que estar atentos a su evolución, habrá que estar alerta para que no se extralimite. Es imposible no pensar en otros instrumentos de nombre similar al servicio de otros Estados y en cómo han aprovechado todo lo que salía a su encuentro para acaparar poder y recursos (públicos) que luego se usan contra los ciudadanos (recuerden el desastre de seguridad y libertades que conocemos como las no fly lists). Como digo, habrá que estar atento… que de esto nos ha tenido que informar el BOE, que la transparecia más allá del imperativo legal está sobrevalorada.

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