Pues al final no me gustó Hey

Recordarán que hace varias semanas hablé sobre Hey, el nuevo servicio de correo creado por los creadores de Basecamp. Prometían recuperar el correo electrónico revisando y mejorando la experiencia de uso del mismo. Como amante de la comunicación asíncrona y reflexiva que posibilita el correo electrónico me entusiasma la idea de mejorarlo, pero tras haberlo probado, Hey no es para mí.

Hey promete mejorar varias aspectos claves del e-mail:

  • Priorización de acciones pendientes. Sean respuestas rápidas o tareas, la mayoría del correo que recibimos reclama algo de nosotros, así que la habilidad de convertir la bandeja de entrada en una serie de tareas priorizadas, o de agrupar correo en grupos que queremos responder inmediatamente o que, por contra, pueden esperar ahí varias horas o hasta el próximo día es importante.
  • Reducir el spam. A tu dirección de Hey solo podrán escribirte direcciones que hayas aprobado realmente. La primera vez que una dirección te escribe ha de pasar un triage.

Hay muchos otros puntos, todos tienen sentido pero me fijo en estos dos por ser dos claves de cómo opera el servicio.

El asunto es que esos y otros aspectos se vuelven en contra de Hey rápidamente:

  • La agrupación de mensajes por bandejas de diferente prioridad ya puedes hacerla en otros servicios de correo. No me parece diferencial.
  • Es paradójico que para reducir el spam lo primero que haces es ponerlo arriba de todo en el centro de mi pantalla y forzarme a dedicar atención al spam que recibo mediante un proceso de triage. Pensad en GMail, no haces nada de eso y es rarísimo que llegue spam a tu bandeja de entrada.
  • Otras funcionalidades clave como renombrar hilos o agrupar mails por contactos solo funcionan con su servicio, que no es compatible con protocolos libres y abiertos como IMAP. Esto es un absoluto blocker para mí, no voy a encadenar algo tan importante como mi correo electrónico en un servicio fundamentalmente incompatible con todos los clientes de correo jamás programados.
  • Así contemplado, todas las pegas que en su día pusimos a Inbox de Google son aplicables aquí: al no ser compatibles con otros protocolos abiertos, Hey introduce una dependencia sobre el usuario que es enorme e indeseable.
  • Para colmo, la interfaz no terminó de gustarme. Me pareció propia de una versión alpha, muy mejorable e impropia de un producto por el que cobrar 100€ al año.

No dudo de que en Basecamp tienen un buen conocimiento de su público. Sus herramientas no son masivas y no necesitan serlo para ser viables económicamente. En ese sentido Hey puede ser un éxito. Pero a mí no me sirve.

Como campo de pruebas en el que innovar con funcionalidad sobre correo electrónico, Inbox de Google (ya cerrado) me pareció un experimento mucho más valioso, aún con las pegas que pudieran ponérsele. De hecho, la mayoría de mis funcionalidades preferidas de Inbox terminó llegando a la aplicación estándar de GMail.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

2 comentarios

  1. En mi caso lo único que me hubiera justificado pasarme a Hey es lo de poner anotaciones. Pero tengo claro que eso sólo no es suficiente. A ver si GMail lo implementa alguna vez.

    1. Mi sensación es que la victoria de Hey puede darse si GMail o algún otro gran proveedor implementa las principales innovaciones. Creo que es una opción para nada descartable.

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