En el que los datos personales que custodia el Estado demuestran no estar a buen recaudo

La operación Pitiusa puede ser el escándalo de privacidad del año, al menos en el ámbito estatal español. Y es que, en una tercera fase, ayer fueron detenidos como imputados, junto a otros profesionales del sector privado, policías, guardias civiles, inspectores de hacienda, acusados de vender datos privados de personas, desde matrículas de vehículos a historiales médicos completos. La noticía en la web de Informativos telecinco (vía Fernando Acero).

Frente a la crítica más generalizada contra el abusivo acceso a datos personales por parte de empresas privadas (Google, Facebook), a las que la UE por otra parte viene intentando ganar por la mano hace ya mucho, existe la interrogante de qué hacer con los datos privados custodiados por el Estado: ¿cómo prevenir su acceso y abuso no autorizado? ¿cómo impedir que quienes acceden de forma autorizada no abusen de su posición y de esa información privilegiada?

La creciente ambición estatal por acceder a datos custodiados por empresas no es ni nueva ni desconocida. Y tampoco hay mucho asunto por debatir: las empresas están sujetas a la legislación del sitio en el que operan, tanto en Europa como en Estados Unidos.

Por su parte, la UE hace ya tiempo que desarrolla iniciativas y casos amplios con los que justificar el espionaje a personas, a la par que aumenta los datos que está dispuesto a recoger sobre las mismas.

En La sociedad de control (2008) ya argumentábamos que la creciente acumulación de datos personales por parte de la administración tiene demasiados riesgos. Vigilancia y seguridad son enemigos íntimos, y no sólo porque en la función pública hay personas, y todos somos susceptibles de cometer errores, sino porque los datos podrían estar a disponibilidad de cualquiera, ya sea porque una ley lo haga posible, por simple negligencia (ya ha sucedido en la UE), o como ahora, por corrupción pura y dura.

Por supuesto, alguien simulando ser la voz de dios (ya sea bajo la forma de ministro o de barómetro del CIS) anunciará que existen la vigilancia y el control porque las personas están a favor, aunque esa afirmación sea falaz. Y existe el peligro, como comentan en BoingBoing, de que se aproveche la tragedia de Boston para intentar relanzar el ascenso del totalitarismo y la sociedad de control.

Al final, tras tanto hablar de la vida privada como producto, no está de más recordar que el Chernobil de la privacidad puede llegar tanto por la derecha como por la izquierda: no es cuestión de si sino cuestión de cuándo y cuestión de dónde. ¿Será uno de los grandes silos privados de Internet o serán las bases de datos estatales? ¿De qué grifo caerá la gota que habrá de colmar el vaso?

Google vuelve a permitir la federación de su servicio Jabber

Leemos en uno de los blogs de la Free Software Foundation que Google ha reinstaurado la federación de su servicio de jabber con otros servidores sin necesidad de pasar por una «lista autorizada» de socios fiables ni nada parecido. Lo han anunciado en la lista de correo de operadores de Jabber. Google había introducido cambios hace unos meses que impedían a usuarios Jabber de otros servicios «invitar» o añadir como contactos a usuarios de GTalk, algo que ya comentamos por estas páginas. Como hay que ser justos, tenía que dejar constancia de esta vuelta al buen cauce por parte de Google.

Boston, el peligro de los jueces sin juez (y una dosis de teatro de seguridad)

Ha sido una semana con muchas conversaciones marcadas por el atentado de la maratón de Boston, con alarma inicial, posterior linchamiento y resolución tremenda con el FBI dándolo todo para finalizar el asunto en un día, como si todo fuese una especie de ficción y al mando de la operación estuviera un Jack Bauer cualquiera.

Sobre este asunto querría comentar varias ideas y recoger varios enlaces.

  • Me gustaría comenzar por lo más práctico: destacando la columna de Schneier en The Atlantic: ante todo, mucha calma y rechacen ser aterrorizados. Al hilo, recordar un post de este blog de hace ya un tiempo: Lo que los terroristas quieren.
  • En Quién vigila al vigilante tenemos un post provocador sobre mucho de lo que sucedió, con una acusación injustificada hacia un «joven de aspecto sospechoso» que pasaba por allí. La sabiduría de las masas se demuestra estúpida, pero no es criticable por estúpida sino porque se salta todos los mecanismos de garantía social que tanto nos costó construir. La propuesta en ese blog es fácil: o hacemos nosotros un relato que explique qué ha ido mal en relación con la hiperconectividad y «lo social» en este asunto o lo escribirá un tecnopesimista implacable como Morozov (a este señor le debo un post). Aunque ese blog no tenga comentarios, su guante lo recoge Antonio en Error500 en un post también recomendable. Es el peligro de los jueces sin juez y La vigi tiene razón: o lo contamos nosotros con sensatez o vendrá un tecnodestructor como Morozov y no volverá a crecer la hierba.

Y tiene razón Antonio con que los vendedores de humo habituales (expertos en social media y tecnogurús de medio pelo –y a veces ni eso–) han aprovechado para meter la cabeza bajo tierra, cuan avestruz. No pasa nada, el martes volverán a contar cómo tal App o cual nuevo concepto van a cambiar el mundo para siempre. Revolution. Is. Now.

La aparatosa intervención policial y el teatro de seguridad

El viernes muchas personas se escandalizaron ante lo aparatoso de la respuesta policial en Boston, abanderada en la decisión de cortar los transportes públicos y aislar la ciudad para detener a los dos sospechosos del crimen.

Extremistas de uno y otro bando hablan de «represión» (¿cómo se atreve la policía a usar la tecnología para atrapar a estos fugados?) y »capitalismo militarizado» (¿cómo se atreven a desplegar a la policía para cazar a 2 sospechosos, con lo caro que sale y la de recortes que se hacen en gasto público?). Bien: you’re getting it wrong. Represión sería que como consecuencia del atentado de Boston se relanzara una «War on Terror» que implicara nuevas leyes que recorten libertades. La actuación puntual de la policía para detener a un sospechoso no es represión, y adicionalmente los impuestos que pagamos tienen como función que el Estado otorgue una cierta seguridad, la policía está para esto y no para incautar servidores de gente que tiene páginas web que no matan a nadie.

«Pero la respuesta es desproporcionada», dirán algunos. Sí. Pero ahí el problema es otro. El problema es que en la respuesta policial hay una enorme dosis de teatro de seguridad. Una de las funciones que la población asigna al Estado es garantizar la seguridad ciudadana. Esa seguridad nunca es perfecta y, desde luego, es imposible garantizar al 100% que no habrá atentados. Eso es algo que el político no va a decir porque la gente no lo quiere oir. Pero es la verdad. Es harto complicado detener a un tipo que fabrica una bomba casera partiendo (por ej.) de material que podemos comprar en una droguería. Así que ante la demostración de que esa seguridad es imperfecta (víctimas mortales incluidas), la policía reacciona escenificando un «tranquilos, ya estamos aquí y no va a suceder nada malo». Y entonces hacen un despliegue de magnitudes épicas para simular que hay muchas más seguridad de la que realmente hay (recordemos, la bomba efectivamente explotó, se coló por entre todas las medidas de seguridad, y es ante esa crisis que el gobierno de EEUU necesita aparentar más firmeza y seguridad que nunca).

Esta respuesta teatralmente desproporcionada originó inmediatamente un hoax repetido acríticamente por propios y extraños: el de que en la misma se habían gastado 1.000 millones de dólares. Por más que la respuesta sea enérgica y muy «escenificada», suponer ese coste es exagerar tantísimo los datos que el bulo fue desmontado rápidamente en Slate, por lo que no me extiendo más.

Bocados de Actualidad (163º)

Y aquí estamos un domingo más, con la ronda centésima sexagésima tercera de los Bocados, esa colección de enlaces que no tuve tiempo o ganas de comentar durante la semana. En esta ocasión no son demasiados, porque la semana pasada también acudimos a la cita y porque un pequeño bloque de enlaces sobre el atentado de Boston va a salir como spin off dentro de un rato (si todo va bien) en un post que ya pueden leer: Boston, juicios sin juez y teatro de seguridad. En cualquier caso, nos acompañan hoy el rock de Spiritual Beggars, y es que los de Halmstad están paseando su nuevo disco por Europa y como el próximo jueves podremos verlos por Madrid, andamos ya calentando motores. Sin más, los enlaces:

  • Somos Malasaña, el metroblog/hiperlocal dedicado a este barrio de Madrid, cumple 4 años.
  • Adele Peters y cómo los bosques ayudan a capturar el CO2 atmosférico, y cómo las setas, a la sombra de los grandes árboles, son las que hacen la mayor parte de esa labor.
  • Nuclear Secrecy y las narrativas en torno a «lo secreto».
  • En JotDown, Tseban Rabtan y los bomberos son expertos en apagar incendios, sobre la dación en pago y la retroactividad y reclamaciones por el estilo.
  • En el blog de Territorio creativo, convergencia entre medios pagados, ganados, y propios.
  • Nukeador recoge algunas aplicaciones libres para usar en la web, buenas ideas para todos :)
  • ¿Hay Derecho? y No disparen contra el regulador.
  • La pastilla roja y métricas financieras cuando se prepara un proyecto SaaS.
  • Donald Clark y 10 razones para no aprender latín. No, no ayuda a aprender otros idiomas: «No consistent experimental evidence in support of this contention was found».

Os dejo con Wise as a Serpent, del último disco de los Beggars (que salió esta misma semana)

Y bueno… no me resisto a poner alguna de su mítico Ad Astra (sí, Ad Astra).

Espero que los enlaces les aprovechen. Y ya saben que dejo en mi Scuttle Semantic muchos enlaces compartidos con notas (aquí, si prefieren feed) y que en Twitter también paso alguna cosa. Pasen buen domingo :)

Petición para frenar la inclusión de DRM en HTML5

La Free Software Foundation lanza una campaña para intentar frenar la inclusión de DRM en el estándard de HTML5. Yo acabo de firmar y no quería dejar de compartirlo por aquí para que si alguien más está interesado también lo haga. La propuesta para incluir DRM en el estándard se hizo pública hace un año, y fue diseñada por los sospechosos habituales, que esta semana siguen haciendo presión en esa dirección (véase el anuncio de Netflix de no soportar HTML5 hasta que no tenga DRM). Incluir DRM en un estándar de la naturaleza de HTML5 es una malísima idea.

Geeksphone con Firefox OS, la semana que viene

En el post anterior sobre Microsoft y su gigantesco acuerdo con Foxconn termino diciendo que «hacemos bien en no ponernos de parte de nadie». Eso no es del todo cierto, si hay una apuesta a la que creo que merece la pena seguir la pista y con la que decididamente merece la pena alinearse es la de Mozilla y Firefox OS. Y hoy hemos sabido que la semana que viene por fin estarán disponibles los primeros teléfonos comerciales con este sistema operativo, lo cuentan todo en la web de Geeksphone, empresa detrás de este hito que además tiene su sede principal en Madrid.

Microsoft cobrará a Foxconn por cada dispositivo Android y Chrome OS

Una más de patentes de software:

Starting now, Microsoft will be getting paid a toll on a large number of those devices. The company’s long patent-licensing campaign has landed its biggest client yet in licensing Foxconn, formally named Hon Hai Precision Industry Co. Foxconn has agreed to take a license for any product it produces that runs Google’s Android or Chrome operating systems.

Foxconn fabrica el 40% de la electrónica de consumo mundial. Y por cada uno de esos dispositivos que lleven Android o Chrome OS, pagará una cantidad a Microsoft (y no a Google, je je), lo que supone el mayor acuerdo de licencia de patentes de software de la historia. Pero ojo, que este post no va de Microsoft/Google como si estuviéramos hablando de la Kas Limón. No, ésa es la historia de siempre, la de dos lobos gigantes y una oveja decidiendo democráticamente el menú de la cena; la historia en la que nadie está de nuestra parte, y nosotros hacemos bien en no ponernos de parte de nadie.

Este blog usa cookies para su funcionamiento.    Más información
Privacidad