Cómo instalar RVM en Ubuntu 12.04 Server

Ruby on Rails

Este fin de semana anduve trasteando en arenas que normalmente no trato mucho, más concretamente instalando ruby en el servidor para probar un par de cosas. Durante el proceso tuve algunos problemas, y por eso este post: para recordarlo yo mismo más adelante y por si alguien tiene el mismo problema.

No es la primera vez que instalo Ruby ni RVM, ya en 2010 dejé por aquí un post breve explicando cómo instalar Ruby on Rails en Ubuntu. Esta vez la cosa es aún más sencilla y en la página de RVM (Ruby Version Manager) dan una guía que ya sirve para instalarlo todo de forma sencilla.

El problema, en realidad, precede a la instalación de RVM en sí, y es posible que más de una persona se encuentre con el mismo asunto, de ahí que haya decidido bloguearlo. El servidor en el que estoy instalando ruby usa Ubuntu Server, y en el PC de casa tengo Ubuntu Home, ambos corriendo Ubuntu 12.04 (server edition y home edition, respectivamente). En casa el script funcionó perfectamente pero en el servidor rvm no era reconocido como comando tras la instalación. El asunto es que en mi máquina local se instaló todo a la primera, y en el servidor aparecía un mensaje de error muy habitual cuando algo ha ido mal:

$ rvm requirements
-sh: rvm: command not found

Tras Googlear mucho y descartar todo tipo de soluciones que no estaban relacionadas con mi sistema, parece que el problema está en la shell que el sistema asigna al usuario cuando se crea su cuenta. Cuando creamos un usuario en Ubuntu a través del terminal, el sistema le asigna la shell «sh» (POSIX), pero RVM necesita que el usuario use bash o zsh, que son las shells que soporta.

El problema se soluciona asignando cualquiera de esas dos shells al usuario, por ejemplo ejecutando la siguiente línea:

usermod -s /bin/bash user

Donde user es el nombre del usuario al que queremos cambiar la shell.

Y una vez hecho eso, problema solucionado.

[Gracias a Michael Papis, que mantiene actualmente este programa y que me ha ayudado directamente con el debuggin.]

Bocados de Actualidad (162º)

Y aquí estamos un fin de semana más con una serie de enlaces cuya lectura recomiendo para esta mañana de domingo. Se trata de la ronda centésima sexagésima segunda de los Bocados, esa colección que no tuve tiempo (o ganas, pero ya les digo que esta semana fue por falta de tiempo…) de comentar durante la semana. Hoy nos acompañan los ya separados Matmatah (esa web sin maquetación, je je) y su Le temps des cerises, pero antes de enrollarme demasiado, ahí van los enlaces.

  • La pastilla roja y métricas interesantes si intentas vender software como servicio.
  • Leandro hace una revisión del mercado de lenguajes de programación (desde el punto de vista del desarrollador)
  • En El Blog Salmón un post didáctico sobre ahorro y deuda, cómo se soluciona cada situación cuando un banco se va a pique.
  • Fanego y el control en la era del trabajador.
  • Jeff Atwood explica por qué escogió Ruby para programar Discourse.
  • ¿Quién controla tus dispositivos? Fernando Tricas sobre hacer jailbreak no sólo a tu teléfono, sino a todo el hardware que adquieres.
  • Muchas personas piensan que quizá es buena idea buscar trabajo por el mundo, dada la situación económica. La serie de Bianka Hajdu en Con Tu Negocio sobre prácticas profesionales en el extranjero desgrana pros y contras.
  • GigaOM y Udemy abriendo la posibilidad de crear cursos privados (no creo que entren dentro del concepto de MOOC, en ese caso) para empresas, como siempre hizo Lynda.
  • Julio Alonso y cómo serían las cosas si no fueran como son.
  • ¿El futuro tiene policías que graban todo lo que hacen cuando intervienen fuera del coche patrulla? Lo cuenta el NYT, y lo cuenta en presente.
  • Para cerrar, un enlace con ilustraciones: disfruten (o no, que quizá no les guste) del arte de John Salminen.

Para terminar, una pena porque el vídeo no hace justicia a Crepuscule Dandy, una de las canciones de último disco que sacaron estos bretones.

Como bola extra, versión acústica en concierto de Entre dans ce lit.

Y ya saben que dejo en mi Scuttle Semantic muchos enlaces compartidos con notas y que en Twitter también paso alguna cosa. Pasen buen domingo :)

La burbuja del coworking, ahora con datos

Según los datos recogidos por DeskWanted, un buscador especializado en espacios de coworking, España es el tercer país del mundo con mayor número de espacios de coworking. Lo cuentan en su blog (aquí el informe en PDF). Algunos blogs dedicados a «gestión de equipos» no han tardado en hacerse eco del dato y titulan «el boom de la cultura colaborativa empresarial».

¿Cómo? La realidad está tan alejada de ese titular que si lo vuelvo a leer voy a marearme, o a vomitar arcoiris. O algo así.

Hace unos meses escribí acerca del coworking y expliqué qué hay detrás de esa eclosión, que no es otra cosa que el mismo mercado inmobiliario de siempre. Coworking, crisis, y la mutación del mercado inmobiliario:

«cuanto más se profundiza en la crisis y menos empresas y autónomos están dispuestos (o tienen los medios) para pagar el alquiler de una oficina completa, más propietarios de inmobiliario deciden que una solución es alquilar «porciones de oficina». Así, quienes no podían pagar una oficina (que dé espacio, pongamos, para 4 trabajadores) podrían convertirse en nuestro cliente, pues ya no ha de pagar más que un asiento donde antes necesitaba alquilar un espacio para cuatro personas y, en buena lógica, pagarás menos dinero, aunque en ningún caso vas a pagar ese 25% proporcional (ya sabemos que cuando compramos al por mayor, sacamos mejores precios).»

Y puede que no sea malo en sí: hay alguien que tiene un solar, y lo alquila a trozos y tú puedes montar eventos o trabajar, o lo que te pite. Su existencia es beneficiosa, así en general: dos partes se ponen de acuerdo y ya está. Pero basta ya de creer que somos modernos, y cool, y colaboradores, y vanguardia, y puaj. Basta ya de vender humo. In-mo-bi-lia-rio.

Terceros por arriba (sólo superados por EE.UU. –5 veces más espacios, para una población que es aproximadamente 10 veces superior– y Alemania –unos pocos más, para una población que es aproximadamente el doble–). El coworking y el cambio de modelo productivo.

Y la paz en el mundo, por supuesto.

Bocados de Actualidad (161º)

Domingo de resurrección, y domingo de regreso de Juego de Tronos en su tercera temporada. Domingo nublado en el que quienes leen esto desde Europa han tenido que cambiar la hora (una medida anacrónica aplicada originalmente para mejorar la eficiencia bélica, no para ahorrar energía, por cierto) y domingo de lecturas y una nueva entrega de los Bocados de Actualidad (esa colección de enlaces que no tuve tiempo, o ganas, de comentar durante la semana). Nos acompaña la suiza Sophie Hunger y yo no les distraigo más. Ahí van los enlaces:

  • Danger Room y DARPA arrancando un programa para desarrollar computadoras que aprendan de sí mismas.
  • En Reino Unido se está cociendo una desastrosa ley que promete marginalizar los blogs y crear inseguridad jurídica a los bloggers. Dos links al respecto: uno de Light Blue Touchpaper y otro del Open Rights Group.
  • Se está hablando mucho de teletrabajo acerca del ya archiconocido memo de Marissa Meyer a los empleados de Yahoo! Lullabot en su blog: «unos pocos trabajadores haciendo teletrabajo en una empresa donde nadie más lo hace son unos pocos trabajadroes alienados». Interesante.
  • Por qué Valve está esperando que Microsoft la compre y Gave Newell sería el próximo CEO de Microsoft. Especulación pura y dura, pero así es el cerebro: dale una historia bien contada y parecerá tremendamente verosímil. Whilst in Arrakis.
  • La serie de posts de Juan Chulilla acerca de lectores de feeds vale la pena ser repasada. A falta de etiqueta, os dejo el enlace al archivo de marzo, que es más o menos la serie sin añadidos.
  • ¿Qué tienen en común la educación personalizada y el yo cuantificado? Bianka Hajdu en su blog.
  • Error 500 y Ouya como caso de éxito de crowd funding: envían a tiempo, iba a ser casi una boutade y de repente está en la primerísima línea.
  • Bruce Schneier y el cada vez más extendido uso de software de espionaje a ciudadanos por parte de los Estados.
  • Threat Level y un nuevo episodio de «la caza de hackers». 3 años y medio de cárcel por aprovechar un fallo en la web de AT&T y recopilar datos de usuarios.
  • La vigilanta y la Indie Web Camp.

Aquí les dejo con Sophie Hunger y su 1983 en directo.

Y por último, os recuerdo que dejo muchos enlaces compartidos con notas (aquí, si prefieren feed) y que en Twitter también paso alguna cosa. Pasen buen domingo :)

El teléfono de Facebook, desintermediación tras su salida a bolsa

Vuelven con fuerza los rumores de que Facebook presentará un teléfono con su propia versión de Android la semana próxima. Se trataría, según TechCrunch, de un dispositivo fabricado por HTC.

En este momento no puedo sino recordar que hace ya un año, en relación a la salida a bolsa de la compañía, ya dije que este movimiento era el único con verdadero sentido:

incluso con una compañía como Facebook, yo apuesto a que con el cash que saquen con la OPV hay una posibilidad de que intenten entrar a los móviles «à la Amazon», forkeando Android (…), porque incluso un «líder claro» como Facebook tiene difícil mantener su liderazgo (…) sin ser un actor relevante en el móvil, [siendo] totalmente dependiente de terceros que aspiran a segarle los tobillos.

Por supuesto estas cosas no se hacen en un día, así que tiene sentido que se hayan demorado un año en organizarlo, pero eso demuestra que Facebook está intentando salir a flote mediante el clásico proceso de integración vertical que le permita desintermediarse. Sólo dos detalles más:

  • Mi percepción es que el verdadero problema lo tiene Firefox OS, dado que lo que más sentido tiene para Facebook en este momento es entrar con un terminal barato que actúe como «primer smartphone», o para inundar mercados emergentes.
  • Facebook podría querer un navegador para incluir en su sistema, desintermediándose de Chrome en Android, pero quizá busque mucho más. Ya intentó comprar Opera (ver Facebook en su ruta hacia la desintermediación), y tras el reciente paso atrás de su fundador, esa vía parece de nuevo abierta. Estos rumores también van a volver muy pronto. Tiempo al tiempo.

Dos efectos adversos de los «groupones» que no te contarán

Ahora podemos decir que a perro flaco, todo pulgas. Pero lo cierto es que hay quienes no entendimos nunca que Groupon fuera percibido como la nueva-gran-cosa: con un mínimo efecto red que haga difícil la competencia impidiendo que los usuarios marchen, y aportando un valor dudoso a sus clientes (que no es el usuario final, sino el profesional que vende con descuentos). Como digo, puede que ahora que despidieron a su CEO y se cuestiona el modelo, no sea el mejor momento de hacer leña del árbol caído. Si están sensibles y no les gusta la propuesta, pueden aprovechar su tiempo al máximo dejando de leer ahora mismo, pero no olviden volver mañana, claro: casi seguro habrá un post sobre los temas de siempre.

Siempre en estado de espera: en concreto, esperando al próximo cupón

¿Por qué digo esto último? Bueno, es el primer efecto adverso y el que más se comenta: quien descubre tu restaurante pagando el 40% del precio real porque te descubre con un cupón tiene poca (o ninguna) predisposición a pagar por tu servicio el precio real del mismo más adelante. Al contrario, el cliente así ganado llega bajo la suerte de una amnistía fiscal cuyo único incentivo es a no volver… a menos que me pongas otro cupón. Y de hecho, al igual que la amnistía es una muestra de la debilidad del Estado para hacer valer la ley, emitir cupones es una forma de rellenar días flojos y horas de menos pico de consumo, pero también es una muestra de que, en efecto, nuestro negocio tiene horas y días flojos.

Pssst, es la primera vez que voy a un sitio así, pero tampoco era para tanto

El segundo efecto es más interesante, porque se implica con el debate entorno a Google Local y la fiereza con la que Google canibaliza tu presencia web y gasto en marketing que ya hemos tratado. Un reciente trabajo publicado en arXiv (PDF) y comentado en Freakonomics y Forbes explica cómo a consecuencia de hacer campañas en Groupon, el número de valoraciones sobre un establecimiento se puede disparar… pero la puntuación media del mismo se desploma. El ejemplo, centrado en EEUU, mide la evolución de los ratings de Yelp. Presente en España, me da la impresión de que Yelp no tiene la presencia online que en su día tuvo 11870 (hoy muy abandonado por los usuarios) y quizá Foursquare (aunque éste sea un servicio eminentemente friki).

La justificación para este efecto es que el usuario que llega con las ofertas no conoce tanto tu producto, y adicionalmente carece del entusiasmo del que va en condiciones normales. El último va porque realmente te interesa, el primero va porque tiene una oferta espectacular. Ambos factores logran que la valoración se perjudique con un cierto desconocimiento y una desgana hacia el producto/servicio ofrecido.

¿Valen la pena las estrategias basadas en cupones?

No hay balas de plata ni respuestas mágicas, y como ésta no es la pregunta última que ha de responder a la vida, al universo y a todo lo demás, tampoco nos sirve escudarnos tras el siempre socorrido 42. Esto es, puede que a un proyecto concreto, o en unas condiciones dadas, una campaña de este tipo sea beneficiosa.

Las implicaciones, no obstante, son interesantes para el caso general: lo ideal sería que cada pequeña empresa aspire a tener una presencia web gestionada y eficiente. La realidad es que en un entorno en que los intermediarios, como Google -que se ofrece a ser tu presencia web- y su Adwords Express + Google Local, y recomendaciones de otras personas (las conozcamos o no, como bien indicó el estudio epónimo The Deloitte Consumer Review, realizado por Deloitte, claro) en sitios construidos a tal efecto y que actúan como atractores masivos de atención han demostrado tener tanto peso, llevar a cabo campañas en las que el margen se disipa casi por completo, que predisponen a los clientes en contra de nuestro precio habitual (que es el que asegura nuestra viabilidad) y que además puede repercutir negativamente en el posicionamiento y la percepción que futuros usuarios tienen de nosotros parece algo a evitar. A toda costa.

¿Qué es la Ley Lassalle y cómo nos va a afectar?

Ayer en los Bocados metimos un pequeño enlace al blog de Julio Alonso, que hablaba de la Ley Lassalle y advertíamos que seguramente este esperpento será uno de los grandes caballos de batalla en libertades de los próximos meses.

El tema me parece tan relevante que quiero recoger algunos de los enlaces más interesantes que he leído sobre el tema hasta el momento:

El resumen es que esta ley va a destruir lo poco que la ley Sinde no rompió, y promete instaurar penas mucho más duras para situaciones que ya tienen penas durísimas. No se puede decir que sea un avance en libertades, y tampoco parece que sea un avance para la innovación y/o la cultura. Lassalle no investiga nuevos modelos para la industria del entretenimiento. Tan sólo la zombifica: ni muerta, ni no muerta, pero todavía infecciosa.

Para terminar, no dejo de acordarme del post que hace un mes titulé ¿Quién teme al lobby feroz?, al hilo de la presión institucional del gobierno de EE.UU. para que España solucione «dos problemas: el problema de la corrupción y el problema de las descargas». Ya decía yo hace un mes y medio que no me cabía duda alguna de con cuál se iba a poner el gobierno español manos a la obra y sin dilación.

Desgraciadamente, no me equivoqué.

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