Perdiendo lectores a causa de los feeds (RSS)

Aunque hay quien dice que perder un lector es más complicado de lo que se rumorea, yo conozco un método de perder lectores (o dejar de ganarlos) que a más de uno seguro que le pica. Lo indico en el título, pero a continuación lo detallo.

Estoy de acuerdo en que si consideramos lectores habituales a aquellas personas que están suscritos a tu feed es difícil perderlos. Al menos yo no borro demasiados feeds, aunque algunos casi no los lea. Un feed ocupa poco lugar y si no se actualiza ocupa aún menos, con lo cual ni siquiera abandonar el blog a su suerte causará una fuga masiva de lectores (sí de visitas desde Google, que penalizará la inactividad y dejarás de aparecer en los primeros resultados -si alguna vez estuviste-).

Sin embargo, y aquí el leitmotiv de esta anotación, conozco un método que a menudo consigue que yo borre una suscripción: que el feed tenga un par de frases y un botón de leer más.

No soy ni de lejos de las personas que más feeds tienen sindicados, en torno a 150, seguro que muchos de mis lectores tienen muchos más. Me gusta estar informado y no me sobra el tiempo, con lo cual el tiempo para navegar a todas esas webs está descartado. Visitaré algunas para comentar y poco más. Sólo tengo unos pocos (no más de 5) feeds suscritos que no estén completos y los tengo porque realmente sé que tienen un valor muy por encima de la media y que no repiten posts de otros cientos de blogs. Pero las probabilidades de que un feed incompleto cuyo valor desconozco tenga bolas extra para sobrevivir y ganarse ese hueco se presenta difícil.

Es algo que no he entendido todavía. En una red como la blogosfera en que todos aspiramos a ser el p2p de los medios (tomar información, reciclarla y reenviarla a la red con nuestra propia aportación), aún hay multitud de blogs que se niegan a ofrecer sus feeds completos. Por otra parte hay una especie de doble fuerza en este argumento: las personas que más feeds leen son las que menos tiempo gastarán yendo a tu web, pero casi seguro tienen su propio blog. Y un lector con blog es, antes o después, un enlace. Si lo pierdes estás perdiendo dos veces.

Por último, que no parezca que eso es una puerta cerrada. De verdad que lo intento, cuando un blog me gusta me suscribo al feed, ya he dicho que no ocupan lugar, aunque éste esté incompleto. Lo que sucede es que por más que lo intento, cuando los feeds están truncados acabo por borrarlos. No son prácticos, no tengo tiempo para visitar 200 webs regularmente. Y me temo que no soy el único. Ahora que lo he dicho, podéis hacer lo que queráis, pero luego no digáis que no lo sabíais.

Keyloggers en los cibercafés de Bombay

Cuando leí que la India pensaba vigilar los cibercafés pensé que pedirían algún tipo de identificación a los usuarios para saber quién se conecta desde donde. Reconozco que esa misma idea ya me pareció intrusiva, pero jamás pensé que se referían a esto: La India obliga a unos 500 cibercafés de Bombay a instalar Keyloggers (Indian Uncut via Slashdot).

La información será transmitida a la policía y al gobierno que tendrán un registro de TODO lo que haces en internet. Como apuntan en /., como para comprar por internet y teclear la información de tu tarjeta de crédito sabiendo que la policía tendrá acceso a ella y que tiene un sueldo de pena…

En fin, ¡viva el secreto de las comunicaciones! ¡Viva la privacidad!

Si los tiburones fueran hombres (de Bertolt Brecht)

Hoy le cedo mi teclado a Bertolt Brecht (esto sí es de Brecht, no como el primero se llevaron), y reproduzco aquí un pequeño fragmento de sus «Historias del Señor Keuner». Si los tiburones fueran hombres.

— Si los tiburones fueran hombres -preguntó al señor K. la hija pequeña de su patrona- ¿se portarían mejor con los pececitos?

— Claro que sí -respondió el señor K.-. Si los tiburones fueran hombres, harían construir en el mar cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto plantas como materias animales. Se preocuparían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían todo tipo de medidas sanitarias. Si, por ejemplo, un pececito se lastimase una aleta, en seguida se la vendarían de modo que el pececito no se les muriera prematuramente a los tiburones. Para que los pececitos no se pusieran tristes habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. También habría escuelas en el interior de las cajas. En esas escuelas se enseñaría a los pececitos a entrar en las fauces de los tiburones. Estos necesitarían tener nociones de geografías para mejor localizar a los grandes tiburones, que andan por ahí holgazaneando.

Lo principal sería, naturalmente, la formación moral de los pececitos. Se les enseñaría que no hay nada más grande ni más hermoso para un pececito que sacrificarse con alegría; también se les enseñaría a tener fe en los tiburones, y a creerles cuando les dijesen que ellos ya se ocupan de forjarles un hermoso porvenir. Se les daría a entender que ese porvenir que se les auguraba sólo estaría asegurado si aprendían a obedecer. Los pececillos deberían guardarse bien de las bajas pasiones, así como de cualquier inclinación materialista, egoísta o marxista. Si algún pececillo mostrase semejantes tendencias, sus compañeros deberían comunicarlo inmediatamente a los tiburones.

Si los tiburones fueran hombres, se harían naturalmente la guerra entre sí para conquistar cajas y pececillos ajenos. Además, cada tiburón obligaría a sus propios pececillos a combatir en esas guerras. Cada tiburón enseñaría a sus pececillos que entre ellos y los pececillos de otros tiburones existe una enorme diferencia. Si bien todos los pececillos son mudos, proclamarían, lo cierto es que callan en idiomas muy distintos y por eso jamás logran entenderse. A cada pececillo que matase en una guerra a un par de pececillos enemigos, de esos que callan en otro idioma, se les concedería una medalla de varec y se le otorgaría además el título de héroe.

Si los tiburones fueran hombres, tendrían también su arte. Habría hermosos cuadros en los que se representarían los dientes de los tiburones en colores maravillosos, y sus fauces como puros jardines de recreo en los que da gusto retozar. Los teatros del fondo del mar mostrarían a heroicos pececillos entrando entusiasmados en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que, a sus sones, arrullados por los pensamientos más deliciosos, como en un ensueño, los pececillos se precipitarían en tropel, precedidos por la banda, dentro de esas fauces.

Habría asimismo una religión, si los tiburones fueran hombres. Esa religión enseñaría que la verdadera vida comienza para los pececillos en el estómago de los tiburones.

Además, si los tiburones fueran hombres, los pececillos dejarían de ser todos iguales como lo son ahora. Algunos ocuparían ciertos cargos, lo que los colocaría por encima de los demás. A aquellos pececillos que fueran un poco más grandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeños. Los tiburones verían esta práctica con agrado, pues les proporcionaría mayores bocados. Los pececillos más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre los demás pececillos, y se harían maestros u oficiales, ingenieros especializados en la construcción de cajas, etc. En una palabra: habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres.

Maravilloso y crudo simil sobre las relaciones humanas. Lo cierto es que da un poco de vergüenza mirarse al espejo después de leerlo :)

Un juez norteamericano se opone a la PATRIOT ACT

La PATRIOT ACT es, junto a la Digital Millenium Copyright Act, una piedra angular en el proceso de limitación de derechos y libertades de los ciudadanos estadounidenses por parte de su gobierno. El cercamiento digital se apoya fuertemente en estos dos pilares.

Mientras la segunda, DMCA, impone cláusulas draconianas para el uso y copia de material protegido mediante restricción de copia (prácticamente todo, pues el movimiento copyleft y el dominio público aún no ganaron suficientemente peso), la primera, PATRIOT ACT, permite la intercepción de las comunicaciones y la entrega de datos de los usuarios a aquellos organismos gubernamentales que lo soliciten… ¡sin informar al juez ni al ciudadano! Esto significa que podrías estar bajo sospecha, el gobierno podría estar investigandote y tú no sólo no lo sabrías sino que si preguntas a tu ISP, éste está en la obligación de mentirte y decirte que nadie le ha pedido sus datos, gracias una vez más a esta portentosa ley.

Para seguir diciendo que no hay peligro para la democracia bajo esas condiciones hay que tener mucho morro, quizá por eso el juez de distrito de los EE.UU. Victor Marrero ha señalado que los interventores deberían contar con una orden judicial antes de proceder a todo eso (intervención de comunicaciones, correo-e, informes médicos, …) (LaRepublica.es aunque en inglés lo comenta Bruce Schneier).

Por supuesto que esta petición no cambia la ley, ni siquiera parcialmente. Pero que se hagan públicas, desde una posición tan determinante para la democracia como es la de los jueces y la independencia judicial, estas voces discordantes es indispensable para que esa situación pueda mejorar. Y cuidado, que ¿por qué hablo de todo eso? Pues porque lo que pide ese señor es justamente lo que aquí pedimos los que nos oponemos a la nueva LISI y al bypass del control judicial que trae consigo. Ya está bien de cheques en blanco.

Cómo el copyright se utiliza para censurar información

Antes de nada decir que en el título utilizo la palabra censura porque de eso vamos a hablar. Quienes se piensen que la palabra censura se utiliza demasiado que lo miren a la inversa: ¿no será más bien que muchos no la utilizan por miedo a abrir una caja de Pandora?

Dicho esto vamos al grano. A menudo comento cómo la batalla por el endurecimiento de las leyes de propiedad intelectual no es una batalla por la música, ni tan siquiera por la (a sí misma llamada) industria de la música. Insistimos que estas leyes son parte de un todo más grande que pretende desembocar en una nueva realidad política y social. Un entorno digital absolutamente bajo control de unos cuantos que podrían controlar quién lee qué, así como cuándo, cómo, y dónde lo lee.

Eso es precisamente lo que está sucediendo en EE.UU. con una polémica foto de Donald Rumsfeld se tomó hace más de veinte años con su entonces aliado, hoy difunto enemigo, Sadam Husseim. Sucede que existe una petición para eliminar la foto del apretón de manos Rumsfeld-Husseim de las páginas de Wikipedia, con la excusa de que la foto está protegida por derechos de reproducción (20minutos).

Parece más bien que eso es tan sólo una simple excusa y que el motivo real es que con una guerra ponzoñosa que amenaza con ser la segunda derrota militar de los EE.UU. desde su creación hace más de dos siglos (la otra tuvo lugar en Vietnam) los actuales dirigentes del país quisieran desvincularse de sus errores pasados y presentes. Y si todas esas suposiciones fueran ciertas (a mí no me parecen ilógicas) estaríamos ante un uso práctico de las leyes de copyright para censurar información: Husseim era aliado de EE.UU., fue puesto en el poder y recibió sus armas de manos de los mismos aliados (los ultraconservadores estadounidenses, Rumsfeld y Cheney a la cabeza) que luego decidieron que en este planeta no había sitio para todos, forastero y le cortaron la cabeza en Irak.

Interesante, ¿verdad? «Quien controla el presente controla el pasado, quien controla el pasado controla el futuro». Puro revisionismo 2.0 Y además creo que poco útil, porque las fotos están por todas partes. Pero tan sólo me quedo con la idea de qué harían algunos si tuvieran el poder necesario, mejor no darles ocasión.

Altereconomía, un portal de economía diferente

Altereconomía es un portal sobre economía con un punto de visión diferente. En el panorama actual en que lo que aparece en televisión es un fiel reflejo de los deseos de los grandes estados y de las grandes transnacionales, la existencia de portales que nos ofrezcan un punto de vista alternativo, más humano y más enfocado desde nuestra propia visión de ciudadanos, es necesaria.

Y eso es lo que el equipo detrás de este nuevo portal nos piensa ofrecer: análisis realistas que no sean un simple eco de lo que nos repiten los grandes nodos de poder actual. Con la gente que hay detrás de este portal, como Juan Torres -catedrático de economía aplicada de la Universidad de Málaga- podremos decir muchas cosas sobre lo que tengan que decir, pero no podemos argumentar que no saben de lo que hablan.

Con todo el pánico, quizá injustificado, que nos quieren transmitir últimamente quizá va a ser buena idea mantener un ojo sobre este portal y tener su feed bien sindicado.

Bocados de Actualidad (36º)

Tras bastante tiempo de parón (al principio obligado y luego por falta de tiempo) recuperamos hoy la única sección fija del blog: los Bocados de Actualidad, una selección personal de noticias que no tuve tiempo (o no consideré importante invertirlo) de comentar, en esta ocasión tenemos la trigésimo sexta edición. Que aproveche.

  • Vallesin se queja del nulo soporte que los fábricantes de móviles dan a Linux.
  • Guerra Eterna nos contó que la polícia británica tuvo bajo vigilancia intensa a George Orwell (como para decir que no tenía razón cuando escribió sus libros).
  • Emigrando nos cuenta lo chapuzas que pueden ser algunas empresas en su trato al cliente, en este caso la española Cartagon.
  • Chema reflexiona en SimDalom sobre la utilidad de un «google phone» o de un «iPhone» en España. Coincido en que mientras no bajen los precios de internet móvil… ninguna.
  • Para terminar, The Big Bang Blog recopila mods (algunos tomados de Boing Boing) de la obra maestra (una de las) de Leonardo: La última cena.

Con esto hemos acabado por hoy. ¡Que lo pasen bien!

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