El error de reducir la conversación

Seguimos con la serie de divagaciones internéticas. No quiero enterrar a nadie antes de tiempo, pero lo cierto es que Technorati parece haber perdido el rumbo definitivamente. No hay más que mirar cuántos visitantes llegan a tu blog desde technorati (si llega alguno me avisas). ¿Por qué le pasa esto? Technorati es (o era) un buscador específico para blogs. En lugar de rastrear la web entera como hace google, Technorati cerraba sus miras y se centraba en blogs. Esto le permite (cuando no se casca, que sucede a menudo) mostrar las actualizaciones de los blogs sólo unos minutos después de que aparezcan, permitiendo seguir la conversación cruzada en la blogosfera a base de enlaces, o saber qué se opina sobre cualquier tema.

Pero en su afán por captar la atención de todos y ser algo más que un buscador, Technorati fue más allá. Siempre contó los enlaces recibidos. Un gesto inocente que nos posiciona de forma casi imperceptible pero firmemente y nos genera confianza (o desconfienza) sobre las opiniones vertidas en los blogs. Eso estaría bien si la correlación de esas dos variables (más enlaces, más confianza) fuera fiable. Como no lo es, supone un error importante. Para empeorarlo, hace algún tiempo decidieron que la relevancia se convirtiera en autoridad. El error elevado al cuadrado por culpa de un nombre desafortunado.

Ahora rizan el rizo y acaban de sacar Technorati Topics (Error500). Otra mala idea. Topics es un agregador en el que podemos ver los últimos posts sobre determinados temas pero que sólo considerarán blogs con un cierto número de enlaces entrantes. Ahí solo se transmite y se amplifica la voz de los «jefazos de la blogosfera» (ojo, no digo que exitan, pero si son la «autoridad»…).

Por eso es una malísima idea. Technorati era un buscador de blogs. Una herramienta que ayudaba a lubricar las vías de transmisión de información en la blogosfera, un sistema muy disperso en el que a veces es fácil perderse muchas opiniones. Pero Technorati, que tanto debería saber de esto, quiere convertir la blogosfera en una mesa con cuatro amigos conocidos de reconocido prestigio (aunque nadie sabe si los enlaces que te ponen son para describir gráficamente lo gilipollas que eres). De un plumazo, Technorati Topics elimina de la conversación todas las opiniones minoritarias, no que priorice las otras (al estilo PageRank), sino que directamente no las considera. De repente la riqueza (millones de opiniones) de la blogosfera que le dio a Technorati su razón de ser se ve reducida a unos pocos blogs, desechando todo lo que las voces minoritarias tengan que opinar. Elige un agregador de noticias importantes pero ni siquiera pregunta a los usuarios como hacen Meneame o Digg: puedes escribir mierda que saldrás en la portada igual, ya que tienes los enlaces necesarios y ahí nadie decide excepto Technorati.

Por el camino se quedan la mayoría de los tesoros escondidos en la blogosfera, que nunca serán mainstream, porque el mainstream alimenta (y se alimenta de) lo fácil, lo que no hay que analizar, lo fácil de digerir. Las cosas interesantes (en el arte y en los movimientos sociales, que ahora mismo es de lo que hablamos) son siempre marginales y jamás estarán en un top. Quizá es que no interesan, pero sucede que quizá lo bueno de la blogosfera es que no provee solámente lo que la gente pide saber, sino lo que la gente necesita saber. Pero eso se perderá, con toda probabilidad, con este reduccionismo que pretende hacer coincidir las opiniones de la blogosfera con las de unos pocos bloggers bien posicionados. Nada más lejos de la realidad.

El problema no se soluciona con la más que previsible y reducida aceptación de Topics, el problema es intentar reducir la conversación. Technorati, un buscador de blogs que da la espalda a la naturaleza infinita de la blogosfera y a aquello que la hace válida: los bloggers y su diversidad. Y no es algo nuevo, recuerden el día en que intentaron acaparar el tráfico y la comunidad con su propio clon de Digg (Where’s the fire?). Otro fracaso solemne. Y es que todos quieren ser digg, pero ese sitio ya está ocupado. Technorati está acabado, pero no lo digo yo: lo dicen ellos con cada cosa que hacen. Superado por Google «el caníbal» Blogsearch, la mayor utilidad que tiene ahora es que una vez al mes algunos bloggers mencionen su posición en el ranking y saquen pecho de todos esos enlaces recibidos. Afortunadamente estarán pronto en el olvido, aunque como contrapartida serán sustituidos por el enésimo servicio de Google. No se puede ganar siempre, pero de momento prefiero el cambio.

Microsoft tiene disponible su primer software para RFID

Se llama BizTalk 2006 R2 y ha sido anunciado oficialmente, siendo el primer software de Microsoft en estar preparado para trabajar con RFID. Según Microsoft servirá para conectar los procesos y las aplicaciones de la empresa y, por supuesto, soporta el empleo de tecnología RFID. (RFID Spain). Vamos, software de gestión que (supongo) tiene todo lo que ya tenía y gestiona además la información de las etiquetas RFID de los productos que vendes/compras.

Bueno, no se me había pasado por la cabeza, pero desde luego menuda conjunción estelar: Microsoft y la identificación por radiofrecuencias. Todo esto ha sido presentado en la conferencia EPC 2007 (RFID Journal).

Para los despistados, EPC es el acrónimo inglés para Código Electrónico de Producto (Electronic Product Code), que es modo en que se define el código contenido en cada etiqueta RFID y que se diferencia del UPC (Código Universal de Producto) en que es un número único para cada producto, y no el mismo para cada tipo de producto (por ej, mismo código para cada cartón de leche -UPC- frente a código distinto para cada cartón de leche -EPC-). Y de Microsoft no explico nada que ya los conocemos todos demasiado.

¿Se les ocurría algo peor que ver a Microsoft mezclándose con la RFID?

Kernel panic

«Los que han probado el software libre aseguran que funciona. ¿Vas a ser menos?»

Esta frase se puede entender de dos formas, una es divertida y la otra no. La aburrida es pensar que un linuxero se lo está diciendo a un windowsero.

La divertida (y que ha sido lo primero que he pensado) es suponer que eso se lo está diciendo ¡un linuxero a otro linuxero! El que no se ría con este segundo caso o no lo ha probado (como dice la frase) o no tiene sentido de la autocrítica (o todas las anteriores son correctas). Esta frase ha salido de la frase ingeniosa, pero que entienda todo el mundo, un hilo en la web de Polinux donde he llegado vía coSSitas.

Comparativa Microsoft office, Open office y Google Apps


Hoy tengo ganas de hablar de la guerras de la ofimática, que no es una sino muchas abiertas en distintos frentes. Mucho se habla de los navegadores, mucho se habla de linux. No es que no se hable de la ofimática, pero desde luego yo nunca me había metido al tema. Voy a intentar ver cuál creo que es la mejor opción y para ello voy a dar un repaso breve a los tres grandes competidores del momento: Microsoft Office, OpenOffice.org y las opciones web con Google Apps a la cabeza, más que nada por el efecto marca de Google.

  1. Microsoft Office
    Sin duda, Microsoft Office es para muchos de nosotros el mejor producto de Microsoft. No sólo porque es un software bien hecho, sino por su gran éxito e incluso por el valor añadido que aporta como marca: mientras todos le tiran piedras a Windows, con Office es otra cosa. Sigue siendo Microsoft, sigue siendo privativo, sigue utilizando la escasez y el versioneo como negocio. Pero al menos funciona bien. El problema es que se empeñan en cobrarte un precio desmesurado (en concreto, unos 440 euros por MS Office 2007 Standard -sólo Word, Excel, Powerpoint y Outlook-) cuando sólo incluyen pequeñas mejoras desde una versión anterior. Desde Office 2003 incluye Palladium, tecnología DRM de Microsoft.
  2. OpenOffice.org
    Pero Microsoft Office no está solo, tenemos también a OpenOffice.org. OpenOffice es software libre, y también gratuito. Poco a poco la gente va probando navegadores libres como Firefox, incluso algunas personas deciden instalarse sistemas libres completos como Linux… y entonces viene el problema: «¿Cómo utilizo Office en Linux?» En muchas ocasiones podrás explicar que Linux tiene OpenOffice, que hace lo mismo que el de Microsoft pero es libre y gratuito y que además lo pueden usar también en su windows, porque sirve para todos.

    Eso bastará si la persona que nos pregunta quiere usar el procesador de textos, ahí OpenOffice da muy bien la talla. Con las hojas de cálculo se resiente un poco, pero aún pasa. Al igual que Excel, mejor si tienes software de cálculo para hacer las cosas realmente complicadas. Pero luego llegamos al punto negro de OpenOffice: el editor de diapositivas. Es aquí donde hay que reconocer que Powerpoint le lleva a Impress muchísima ventaja en usabilidad y esto tiene un problema para la ampliación de la cuota de usuarios: casi nadie va a instalar dos suites ofimáticas para usar un software distinto cada vez. Y ciertamente Impress no da todavía la talla.

  3. Google Apps
    Esto aún no lo conoce mucha gente, aunque seguro casi todos los lectores de este blog están al día. Google ofrece una suite ofimática ligerita via Web. No está sola, también está Zoho, que he probado sin demasiado feeling a favor. Google Docs me pareció más cómodo de utilizar.

    De momento Google Apps cuenta sólo con editor de texto y hojas de cálculo. Presumiblemente pronto tendrán también el editor de diapositivas (más aún desde que se sabe que CapGemini va a vender la suite de Google Office, ¿cómo vas a vender una suite incompleta? el editor de diapositivas está al caer). Google Apps no es software libre, pero es gratuito para uso personal. Hay una versión empresas que tiene un coste mucho más pequeño que la suite de Microsoft, rondando los 40 dólares (unos 30 euros) por licencia monousuario y año. Además tienes el punto de que tus datos están siempre a disposición de terceras personas (peligro para la privacidad) y el hecho de la dependencia constante que las aplicaciones web generan respecto del proveedor del servicio.

Resumen y elección del ganador (si es que lo hay)
Visto esto podría pensarse que Microsoft Office es imbatible y que ni Google con sus aplicaciones reducidas en funcionalidades (limitación de la web) ni OpenOffice con su (a veces) largo camino por recorrer podrían hacerlo cambiar. Pero la realidad parece ser bien distinta y en Redmond han debido verlo así cuando rebajan el precio de las licencias de Office para estudiantes hasta los 60 dolares (The Inquirer). 60 dólares son más o menos 45 euros, desde los 440 iniciales hacen una rebaja enorme y si la asumen es porque pueden hacerlo sin perder pasta (vamos, que por encima de ese precio están robando sin vergüenza alguna). Será que la batalla, pese a su implantación y cuota de mercado y pese al tirón de llamarse Microsoft, no la tienen tan ganada. Intentan luchar a tope por no perder usuarios como les está pasando con Explorer y con Windows (aunque más lentamente). Así que quizá es que ya le ven las orejas al lobo.

  1. Microsoft Office:
    A favor.

    • Un producto que funciona muy bien.
    • Ayuda a limpiar un poco la imagen de marca desastre de Microsoft. Esto es una ventaja para Microsoft, pero no deja de ser un punto bueno desde el punto de vista de «producto».

    En contra.

    • Es carísima.
    • No es libre.
    • Sólo está disponible para Windows.
    • Incluye sistemas de restricción digital.
    • No incluye interoperatibilidad nativa con el único formato de documento reconocido por ISO en la actualidad: ODF.
  2. OpenOffice.org
    A favor.

    • Es gratuita y es libre. Dos ventajas.
    • La mejor opción para el usuario doméstico (que no querrá pagar los 440 euros que cuesta Microsoft Office 2007 Standard).
    • Es multiplataforma: Linux, Windows, Mac.
    • El formato por defecto para abrir/guardar documentos es ODF: el estándar ISO para ofimática.
    • Está aglutinando apoyos de grandes empresas como IBM, Mozilla y por supuesto su matriz, Sun para colaborar en su desarrollo.

    En contra.

    • Su rendimiento ha mejorado, pero podría mejorar.
    • Si nos salimos del editor de texto (donde realmente da bien la talla), las aplicaciones no son aún tan completas como en la suite de Microsoft. Impress es el caso más evidente.
    • Aunque puedes abrir archivos de Word (doc), ellos no podrán abrir los tuyos (odt) ya que la suite de Microsoft está diseñada para ser incompatible. A menudo necesitarás exportar tu trabajo como DOC para que un compañero pueda abrirlo. Una molestia si todos tus compañeros de empresa no utilizan también OpenOffice.
  3. Google Apps

    A favor

    • Gratuita.
    • No necesitas software adicional. Esto es una comodidad que podría pagarse cara a la larga, pero para emergencias (estar en un pc ocasional, por ejemplo) puede estar bien.
    • El empujón que Google le va a dar ayudado de su gran marca. Google ya ha puesto su editor de texto a un click de distancia de sus servicios más exitosos. Van a ser duros intentando que la usemos.
    • Facilidad para editar documentos entre varios usuarios. Para redactar informes entre varias personas manteniendo una única copia maestra. Esto podría verse aún más potenciado cuando integren a JotSpot (proveedor de wikis), que adquirieron recientemente.
    • Dejas el asunto de los backups de seguridad a Google (hacerlos y almacenarlos), quitándote trabajo de encima. La verdad los backups es algo que se pueden automatizar y ni siquiera lo notarías, pero es, hasta cierto punto, una comodidad.

    En contra.

    • No creo que muchas gente cambie la potencia de una suite instalada por el café descafeinado que ofrece Google. Por muy cool y muy dos punto cero que eso sea.
    • Tus datos están en todo momento en posesión de otra persona, en este caso Google. Si eres una empresa no sé hasta que punto te agrada, si eres una persona no sé hasta qué punto debes admitirlo (vamos, que sí lo sé y no creo que lo valga).

Bueno bueno, con un poco de suerte pronto acabamos la anotación (gracias por llegar hasta aquí leyendo). ¿Y cuál creo yo que es la mejor opción?

  • Pues por precio Microsoft Office es prohibitiva para la mayoría de nosotros. En un país de mileuristas pedir que nos gastemos esa pasta en software de ofimática es pedir demasiado. MS Office quizá es el software más completo, pero la ventaja que le saca a OpenOffice no vale los 440 euros que cuesta.
  • Y si debemos elegir entre OpenOffice y Google Apps pues quizá alguien encuentre más ventajas en usar el servicio de Google… a mí no me compensa. Siendo ambas gratuitas (principal escoyo a la hora de elegir software por la mayoría de personas) resulta que OpenOffice es más potente que Google Apps y que además es libre. Pues no hay color, oiga.

Si tengo que escoger una suite, yo escojo OpenOffice. Supongo que mi elección no habrá sorprendido a muchas personas y habrá quién no se lo crea, pero de verdad he intentado ser objetivo.

¿Cuál suite ofimática habrías escogido tú?

La comisión dice no a los líquidos en los aviones

Vía Microsiervos me entero que la petición del Europarlamento para permitir líquidos a bordo ha sido desestimada por la comisión.

Por aquí ya lo avisábamos el mismo día que comentábamos la decisión del parlamento, recordando que la comisión se la cisca sobre lo que el parlamento opine sobre las patentes de software, por ejemplo. Ello nos ayudó a moderar nuestro optimismo, algo que ahora hace que esto tampoco nos hunda demasiado. Ya se veía venir. La comisión, esa institución europea carente de todo control democrático, vuelve a oponerse al parlamento, que es «la voz del pueblo». [Lo pongo con comillas porque lo que es voz, la ciudadanía en Europa hace mucho que por no tener no tiene ni eco de voz que la represente].

No más «bombas» en internet

¿Cansado de oir hablar de la censura china en internet? Pues únete a la fiesta de las democracias occidentales.

  • La censura de la revista El Jueves también fue digital (El Mundo). La eliminación de la portada de los resultados de Google también tuvo lugar durante unas horas (sigt).
  • Flickr y la censura en alemania, para no herir nuestra sensibilidad.
  • Los EE.UU. intentando borrar la dichosa foto Rumsfeld-Saddam, ya se sabe. Que nadie sepa que ese dictador malvado era nuestro amigo.
  • Y ahora la maravillosa democracia burocracia europea quiere que no podamos buscar nada relacionado con bombas (20minutos).

Amnistía internacional avisaba de la censura que viene. Pero nada, así son las cosas. La gente pendiente del fútbol y del iPhone. Circo.

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