«Ciertamente, no me gusta la idea de usar un navegador para hacerlo todo. Me gusta usar un navegador para navegar, mientras que para hacer otras cosas empleo aplicaciones especializadas. Me gusta tener mis datos en mi disco duro local. Es bastante sorprendente que tanta gente hoy en día use Google no sólo para buscar, sino también para el correo-e, la agenda o la edición de documentos. ¡Es como darle los secretos de tu vida en una bandeja! Google puede ahora correlacionar tus búsquedas web con tu cuenta de correo e incluso saber a quién verás mañana por la tarde y también saber qué producto presentará tu compañía la próxima semana, ya que preparaste tu presentación usando Google Docs. No estoy segura de qué me molesta más: Google o la ingenuidad de la gente.»
– Joanna Rutkowska, (¿la hacker más famosa?) en su post más reciente (hasta la fecha)
Desde luego Google Docs no es software libre, además te ata porque no te da los datos de tus documentos, que quedan almacenados fuera de casa, leídos por Google para estudiarte mejor, como el cuento del lobo. Es un ejemplo clásico al que no le veo ventajas, pero me parece una locura mucho mayor usar webmail (GMail, Yahoo! o MSN o incluso el Squirrel del trabajo) sin copia «local», por mucho que tengamos buzones enormes.
Que Firefox es bueno lo sabemos muchos (cada vez más), pero yo tampoco creo que sea bueno usarlo para todo (de hecho yo no lo uso más que para leer webs) y menos aún creo que estemos preparados para migrar a la web, de hecho hay motivos para no migrar a la web. Y menos aún para hacerlo gratis y entregar nuestra privacidad así de rositas. Es el mismo problema que con el carrito de la compra que se pasaba de listo: las bases de datos con información personal mueven (y moverán aún más) mucho dinero.


La privacidad es un derecho moderno. En el siglo XVIII, cuando tuvieron lugar las revoluciones republicanas que sustentaron y dieron origen a las democracias modernas no había necesidad de privacidad, es por eso que no se exige en aquel momento, es por eso que no se nos concede y es por eso que es un derecho que hay que conquistar.
Cuando la luz parpadea entiendes que hay chips pasivos que se leen de lejos, algo que yo aquí siempre he defendido. No porque tuviera la certeza, sino porque la lógica de «carrera tecnológica» de nuestra sociedad desembocará inevitablemente en mejores detectores de radiofrecuencias, mejores sistemas para discriminar ruido, mejores sistemas de amplificación de señal. Todo ello hace que la distancia a la que un chip puede ser leído aumente con el tiempo, ¡aunque el chip sea el mismo! Por supuesto aquí hay otro factor: ¡hay un chip pasivo que puede leerse a varios metros! ¡Eso no nos lo cuentan ;)!