La dictadura de las buenas maneras

En nombre de la corrección, ciertas libertades individuales están verdaderamente amenazadas. Se podrá estar de acuerdo o no, pero ante la duda debería optarse por el camino que otorgue más libertad y que más respete la capacidad de decisión del individuo.

Lo contrario es caldo de cultivo para la censura, el control de la información y un paso adelante en la instalación de regímenes post-democráticos.

Como muestra, dos botones.

El primero es una patente de Microsoft que gestiona lo que ellos llaman Device Manners Policy o políticas de comportamiento para dispositivos. Bajo ese nombre tan formal se esconde un mecanismo que permitiría al dispositivo adaptar sus funciones disponibles al entorno. En un museo que no permita hacer fotos, la cámara dejaría de funcionar, por poner un ejemplo. Lo vi en Xataka (via meneame) hace ya un par de meses.

Eso quizá parece buena idea, pero no lo es. El resultado final es que para hacer fotos en un museo habrá que pagar la cuota que te lo permita (al museo, al fabricante, a quien sea). En el fondo no es más que una forma de gestionar la abundancia de fotografías de la peor manera posible: generando escasez.

Además queda lo paradójico: nos quieren convencer de que usar nuestros dispositivos en público es algo malo, que no es lo correcto. Y entonces nos quitan la libertad de usarlos. Es como cuando la URSS prohibía hacer fotografías en público y Occidente se reía de ello, sólo que ahora no son los rusos. Hay que conseguir que la gente sepa decidir, obligarles mediante la tecnología a no uar un dispositivo no es el camino.

El segundo nos llega de Francia, SuperSarko está realmente activo estos meses. Francia bloqueará el acceso a webs de pornografía (EuropaPress). Esto es difícil de argumentar, parafraseando a David Bravo, ¿cómo puede uno decir que está a favor de la pornografía infantil sin que suene a demencia senil? Por supuesto que no estamos ninguno a favor, sin embargo la solución no es la prohibición, sino enseñar a la gente para que tenga otro tipo de «aficiones» (llamémoslo así) más saludables. Al fin y al cabo, desarrolle un método para encarcelar fascistas sin juicio previo, y pronto se aplicará a todo el mundo. Recuerden que la UE hace ya un tiempo que aprobó que no pudiéramos buscar «bombas» en Internet.

Son sólo dos pinceladas. Dos situaciones en que la prohibición parece justificada (los teléfonos en el cine son una molestia y la pornografía infantil desde luego es horripilante), pero en los que la prohibición representa un enfoque equivocado: no hay que prohibir las cosas, sino que hay que poner la atención suficiente para que el desarrollo de las personas no les impida comprender que en un cine el teléfono debe estar en silencio o que hay mejores formas de diversión que visitar según qué páginas. Prohibir sin meditar no es el camino, a no ser que queramos avanzar aún más rápido hacia un entorno post-democrático en el que un montón de Estados nos gobiernen sin atender a nuestras necesidades.

Mucha policía, poca diversión

La noticia tiene unos días pero no deja de ser toda una prueba de hacia dónde nos dirigimos, así que la voy a comentar.

Hace unos días Arnau nos pasaba un enlace a El País, con el siguiente titular: Las tropas italianas empiezan a patrullar las calles para reforzar la seguridad.

Es así tal cual: 3000 militares italianos se pasearán por las principales ciudades para «mantener la seguridad«. Adicionalmente, me enteré ayer de que la policía local de Roma volverá a llevar armas 35 años después de haberlas abandonado.

En México, el presidente advierte que se plantea reintroducir la cadena perpetua. En España, el padre de una chica malograda organiza una campaña mediática con ese mismo objetivo e instala recogida de firmas por toda la península (ya me gustaría a mí saber quién sufraga esa campaña radical, porque ese hombre es un ciudadano de a pie que seguramente no dispone de los medios para pagarla). Esto último no debería sorprendernos en un país donde por ir un poco más rápido de la cuenta te pueden mandar a la cárcel (y permanezcan en sus sillones, que la fiscalía ya se ha quejado de que los límites de velocidad con penas de cárcel son demasiado altos…).

Más policías, más penas, más duras. Coerción. De mis paseos por los aeropuertos y las estaciones de tren de París me molestan sobre todo la cantidad de militares que por allí campan a sus anchas, completamente pertrechados para la batalla (¿de verdad piensan que esas enormes ametralladoras les van a ser de utilidad en el centro de París?). Y el desprecio con el que te tratan cuando hay una «amenaza terrorista», aunque vean amenazas terroristas donde solo hay una maleta olvidada en la cinta (están paranoicos y puedo dar fé de ello), como las decenas que se quedan en el aeropuerto de Málaga cada día sin que, por suerte, hayamos alcanzado todavía semejantes niveles de estupidez.

Es por ese desprecio congénito (debe ser que te ponen el traje caqui y ya pierde uno toda la empatía social que tuviera o pudiera haber tenido) que la idea de ver cada vez más policías y más militares en las calles me da muy mal rollo, pensar que ese es el camino que las democracias del mundo y en particular las europeas están escogiendo no es tranquilizador en absoluto.

Por supuesto, el que lo hagan por tu seguridad (y la de los nietos de tus nietos) no hace más que levantar las sospechas del que ya ha visto la misma burra vendida muchas veces. La retención de datos de telecomunicaciones, los pasaportes RFID, la videovigilancia perpetua, el DNI-e, todo es (supuestamente) por mi seguridad y resulta que muchos no lo vemos tan claro (pasaportes, videovigilancia, retención de datos -en dos posts de 2005 (1 y 2)-).

Mucha policía, poca diversión.. ¡un error, un error!

Llegando a la etapa del por qué

¿Por qué los peces viven en el agua? ¿Por qué hace ruido el despertador? A partir de los tres años los niños muestran una insaciable curiosidad, no paran de preguntar el porqué de todas las cosas. Creen que sus padres tienen respuestas para todo. Es un elemento muy positivo en su desarrollo, aunque a veces resulta agotador para los adultos.

Es la etapa del por qué y este blog acaba de alcanzarla. El blog de Versvs acaba de cumplir tres años.

Tres años llenos de historias compartidas, reflexiones, de conocer gente con la que compartes intereses y amistad. Más de mil anotaciones (algo más de 1300), y otras tantas conversaciones al hilo de las mismas. Hay en este blog tantas historias que acabé por profundizar el tema hasta perpretar un libro, que podrán leer pronto (Tutatis mediante).

¿Qué nos ha deparado este año bloguero? Pues por supuesto muy buenos momentos, aunque otros ha habido de cierto desaliento, porque está siendo un año duro en lo que es el control de la red y la erosión de nuestra privacidad por parte del poder político, que además se jacta de hacerlo por nuestra seguridad y por la de los nietos de mis nietos. También hemos puesto al mal tiempo buena cara con NVASM, y con Esta Europa NO dejamos claro nuestras intenciones de hacer valer nuestra voz, porque no somos pocos los que creemos que existe otra forma de hacer las cosas. Una forma que nos trate a todos con más justicia y que garantice nuestra libertad.

En fin, una nota breve. Espero que el blog cumpla más años y que ustedes lo vean, ganas de ir escribiendo de vez en cuando no me faltan. Pero nunca se sabe cómo saldrán las cosas :) De momento esto es lo que hay: tres añitos ya desde que este blog echó a andar hospedado en mi propia casa (de la que después lo saqué)… y seguimos rodando.

La sociedad de control, el libro

Aunque en alguna ocasión he mencionado de forma tangencial que estaba preparando un libro, creo que nunca le había dedicado un post «de frente» a este asunto. Y sin duda lo merece, no es algo que suceda cada día. En este post voy a hablar de un libro que ya está casi listo y que podrán leer cuando vaya finalizando el verano.

Lo cierto es que el libro en sí ya está «acabado». Es un decir, estamos corrigiendo errores y cosas que no estaban del todo bien. Pero el grueso del texto ya está ahí. ¿Por qué entonces no podrá leerse hasta después de verano? A todos los retrasos involuntarios y a retrasos (esta vez voluntarios) porque hace ya un tiempo que estoy por Europa y aún tardaré más en volver a ver el mediterráneo.

El libro se llama La sociedad de control, va a ser publicado dentro de la colección Planta 29, una iniciativa de Las Indias Electrónicas que cuenta con el patrocinio de BBVA, y trata en profundidad y de forma ordenada los temas que con frecuencia vemos por el blog. Que sean los mismos temas significa que el lector habitual del blog estará familiarizado con la temática y que si le gusta el blog, probablemente disfrutará el libro. Que los trate en profundidad significa que se cuentan cosas que por el blog nunca puse por falta de espacio (por increíble que parezca, no se pueden hacer posts kilométricos, bostezaríamos todos) y que ayudan a explicarlo mejor todo.

Aunque habrá tiempo para hablar de este asunto con más tranquilidad, a veces algunas personas me han preguntado por el grado de avance de este trabajo, y quería ir avisando del hecho en sí: vamos viendo la luz al final del túnel.

Supongo que no está de más responder alguna pregunta que yo mismo me he hecho en alguna ocasión. ¿Por qué lo escribí? En principio porque sentía que quería hacerlo, porque a diferencia de otros blogs, éste no es un «blog de noticias de actualidad» que pasados dos días ya nadie buscará. En este blog intento hacer seguimiento de un tema: la evolución de los derechos y libertades en la sociedad digital, qué nuevas posibilidades de libertad se abren, qué nuevas posibilidades de control aparecen. En consecuencia, se me acumulaban no tanto las noticias como las reflexiones y los análisis y pensé que para que no se perdieran en el tiempo como lágrimas en la lluvia, era mejor volver sobre ellas detenidamente, examinarlas, revisar lo que de de aprovechable había en ellas y utilizarlo para forjar la redacción de un manuscrito que arrojase algo de luz sobre el panorama de derechos y libertades actual, muy en movimiento por la constante tensión política que introduce el poder político, tanto estatal (España, en nuestro caso) como supraestatal (UE). Por desgracia, este poder político parece obedecer con frecuencia a intereses espurios y se muestra cada vez más alejado de las necesidades y las peticiones de los ciudadanos.

La buena noticia es que tras mucho tiempo desde el primer aviso, retrasos no previstos primero y retrasos intencionados después, podemos estar razonablemente seguros de que el libro saldrá en papel después del verano.

La mejor noticia es que el libro será libre, cedido al dominio público desde el primer momento, y que aunque la versión libre en papel habrá que pagarla (esto es obvio) habrá una versión libre y gratuita en PDF descargable.

Lo cierto es que es un momento importante y estoy contento, porque realmente el libro es algo a lo que le he dedicado mucho esfuerzo, porque en él trato asuntos que estimo de gran importancia para todos nosotros y porque las personas que han creído en mí también han trabajado mucho para sacar este proyecto adelante, y se merecen también el verlo culminado ya de una vez.

De momento, como podréis imaginar por lo «soso» del post, el libro no tiene ni portada. Pero como diría cierto personaje bastante gracioso (quién dijo que los políticos no pueden hacer reir) que se pasea por el mundo: estamous, trabajandou en ellou (léase con acento de texas con un cierto deje de madriz).

La AEPD argumentando contra la protección de datos

Lo veo y no lo creo. Me pellizco, parpadeo, me froto [los ojos, malpensados] y sigo sin creer lo que veo. Me pasan un enlace aparecido en portada de Meneame donde se enlaza a una nota de prensa de la Agencia Española de Protección de Datos, descargable en formato PDF.

La nota de prensa se hace eco de la ponencia del actual director de la AEPD, Artemi Rallo, en el V Foro de las evidencias electrónicas. En ella, se dice que «el director de la AEPD propone el desarrollo de una norma con rango de ley que permita un equilibrio entre la protección de derechos de autor y el derecho a la protección de datos», y que para ello remitirá al gobierno una propuesta que regule legalmente este asunto.

Lo que sucede es que ese asunto ya está legislado. En España la copia privada no es ilegal, como nos quieren hacer creer. Sucede que mis comunicaciones deben ser privadas, acorde con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pues es lo único que garantiza mi libertad. Y sucede que buscar el «equilibrio entre derechos de autor y proteción de datos» no es argumento suficiente para sacrificar mi libertad.

No señor. No estamos hablando de entrar a los ordenadores del CNI, robar información clasificada y usarla para desvalijar el oro del banco de españa. No. Éste hombre no quiere desvelar la identidad de peligrosísimos delincuentes, sino la tuya y la mía, la suya, la de todos aquellos a los que conozco: quiere traicionar todo aquello que el organismo que dirige dice defender. ¿Derechos de autor? Muy poco motivo para que sea el presidente de la Agencia Española de protección de Datos, el hombre que debe guardar mi privacidad a buen recaudo, el que azuce el fantasma de los derechos de autor frente al gobierno del Estado.

A todos los que estén respirando tranquilos sobre la solidez legal del carácter privado de sus descargas les recuerdo, muy puntualmente, que la pasada Ley de propiedad intelectual redefinió la copia privada de muy mala manera, pues la actual definición permite la ilegalización de las descargas y la eliminación de la propia copia privada legal. Les recuerdo, además, que tanto PSOE, como PP, como IU, como …. pleno en el congreso que teníamos entre 2004-8 votaron a favor de la mencionada LPI.

Háganse el favor de abandonar las luchas partidistas («y tú más») que tanto gustan a esa pandilla de mediocres que acostumbra a sisarnos los derechos con cada nueva reforma que nos hacen. Háganse el favor de mirar quién está a un lado y quién al otro de esa línea de tiza imaginaria: esto no es el PSOE malo ni el PP bueno (de IU ya ni hablo, cavaron su tumba ellos solos), ni viceversa. Esto es el poder contra el pueblo llano.

Señor Rallo, ¿cuál es su función? ¿Proteger mis datos o proteger los intereses de una escasa minoría frente al bien general? ¿Brindarme la privacidad que demando o erosionarla? ¿Trabajar para el Estado o para la SGAE (suponiendo que en tan sorprendente matrimonio exista régimen de separación de bienes)?

Pero, ¿nos hemos vuelto locos o este grado de estupidez es el que gastamos habitualmente? ¿Cuándo, sin darnos cuenta, pusimos al lobo a cuidar de las gallinas? Estamos jodidos.

Y aquí, ¿cuándo?

Voy a mezclar dos noticias en una.

De un lado tenemos Switzerland, el software anunciado por la EFF que pretende servir como herramienta para diagnósticar la existencia de un bloqueo en tu conexión a internet. Principalmente, bloqueo de tráfico p2p (eMule, BitTorrent, Soulseek) e intersecciones de la conexión al estilo Phorm. La noticia en muchas partes, el software se llama Switzerland en alusión evidente a la presumida neutralidad [el software busca defender la neutralidad de la red] de Suiza en los conflictos bélicos globales del s. XX. Cabría objetar sobre ese punto, y admitiría que una red neutral sí, pero una red suizificada daría bastante pavor. La herramienta se puede encontrar en la web de la EFF.

Por otra parte tenemos la condena de la FCC estadounidense (el equivalente a nuestra CMT) a Comcast, un ISP de aquel país famoso por el bloqueo del p2p que aplica (El Mundo via QVAV).

Todos deberíamos alegrarnos con estos dos movimientos porque son dos movimientos en favor de la neutralidad de la red, imprescindible para el futuro de una red libre. La pregunta es: ¿aquí cuándo? ¿Valora la CMT la posibilidad de sancionar a ONO por sus continuos bloqueos al p2p? Bloqueos de renombrada fama y que hicieron al operador merecedor del (más que cuestionable) honor de ser incluido en la lista de ISP no recomendado por Azureus.

Me alegra que ahora un montón de estadounidenses vayan a ver sus derechos un poco más respaldados, pero me alegraría más que aquí también sucediera. Yo era cliente de ONO y me marché de ahí harto de los bloqueos impuestos por un operador monopolístico (era el único en mi zona que ofrecía conexión mediante cable) ante la pasividad de las autoridades para defender nuestros derechos. Tuve que contratar ADSL, que de verdad no me da problemas, pero que no es ni de lejos tan estable como solía ser la (capada) conexión de la operadora de cable.

Y lo que es peor, no fue una decisión «libre». Me vi forzado a ello porque la pasividad del gobierno ante las denuncias de usuarios y los abusos de ONO hicieron la situación insostenible. Y porque no iba a seguir apoyando esos abusos con mi dinero, faltaría más.

No podemos dejarlo en sus manos

«Una de las cosas más extrañas de esta época nuestra de democracia sin igual es que haya tanta gente tan decepcionada con la política convencional que ni siquiera se molesta en ir a votar. Piensan: «No podemos influir realmente en lo que hacen los políticos, aunque tampoco importa demasiado». Craso error. Importa, y mucho. La mayoría de nosotros, esos afortunados mil millones de personas [libres y ricos en todo el mundo], vivimos vidas relativamente cómodas y pacíficas en las cuales podemos, un día tras otro, ignorar despreocupadamente la política y las ideologías; pero mientras tanto, nuestros dirigentes se dedican tenazmente a destruir la posibilidad de que nuestros hijos hagan lo mismo. No es que quienes nos gobiernan sean unos sinvergüenzas. En todo caso, al menos no son unos sinvergüenzas consumados. Pero la mitad de las veces no tienen ni idea de lo que hacen. En sus manos, el mundo no está seguro. No podemos dejárselo.»

Timothy Garton Ash, Mundo Libre

«La política exterior es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. Necesitamos involucrarnos e influir en ella nosotros mismos.»

Timothy Garton Ash, Mundo Libre

Qué quieren que os diga, me trajo ecos de No vamos a ser menos.

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