La ley Sarkozy

El título largo para este post es La ley Sarkozy para España y el resto de Europa: Telefónica contra Promusicae.

Vamos a hablar de propiedad intelectual, pero no sólo de eso: vamos a hablar de las libertades civiles y de cómo la lucha por los derechos de reproducción de las obras culturales/intelectuales ha sido erigida como arma y piedra angular de una batalla mucho más amplia que se desarrolla en torno al control de los nuevos medios digitales, la imposición de barreras donde antes no las había y la transición desde la sociedad asamblearia a la sociedad de control.


[La imagen la saqué hace mucho de Prohibido Fijar Carteles, no tengo enlace al post exacto]
  1. ¿Qué es la Ley Sarkozy?
    En el título se habla de la Ley Sarkozy. ¿Qué es eso? Se comienza a conocer como Ley Sarko a la propuesta del presidente de la república francesa, Nicolas Sarkozy, de retirar la conexión a internet a las personas que sean cazadas (sí, las personas pueden ser cazadas como animales) compartiendo obras sometidas a derechos de reproducción. Aunque lo hagan sin ánimo de lucro, aunque compartir una canción jamás sea como robar un coche. Se anunció el pasado mes de noviembre de 2007 y lo comentamos en ce n’est pas la democratie, ce n’est pas la liberté, y actualmente ya sabemos que el procedimiento comprenderá dos avisos tras los cuales, si persiste la compartición de estas obras, vendrá el corte de la conexión (Financial Times). Para colmo, como aquí sucede con el canon y la retención de datos, los costes derivados de toda esta labor de monitorización serán presumiblemente trasladados al usuario final, que verá como su conexión se encarece. Bien, esto es la Ley Sarko.
  2. Caso Promusicæ contra Telefónica
    Promusicae pidió datos de clientes a telefónica para identificarlos y perseguirlos por la vía civil (o penal), aún cuando la legislación en España permite el uso de p2p para descargar todo tipo de obras siempre que no exista ánimo de lucro. Al final la pelea de elefantes llegó al tribunal europeo (El Mundo).

    El caso Promusicæ contra Telefónica nos pone en un difícil brete. Promusicae representa la postura más dura de las gestoras, eliminarían la copia privada si tuvieran ocasión, clamor popular a la contra incluído: La postura de Promusicae tiene un aliado excepcional: el Partido popular. Telefónica se opone a las gestoras y en este asunto (muy de moda estos días) ha gozado del favor popular, pero no hay que olvidar que Telefónica se opone a las gestoras tan sólo porque no quiere que el control lo tenga alguien que no sea telefónica, y así lo manifestó al gobierno justo antes de navidad.

    Parece evidente que la elección está realmente dura en este caso. Somos aliados casuales de telefónica, el mismo operador que abusa de su monopolio y que se opone a Promusicae tan sólo porque espera, próximamente, recibir del gobierno lo mismo que Promusicae está reclamando. En este caso los ciudadanos no podemos ganar mientras no nos hagamos oir nosotros mismos.

  3. Resolución tribunal europeo poco contundente
    Mientras algunos se congratulan por la reciente resolución del tribunal europeo acerca del caso Promusicae contra telefónica (AI), otros miran la sentencia con recelo (F. Haro, P. Llaneza, E500, EDRi).

    No quiero ser cenizo, pero yo soy menos optimista que la AI (que parece jalear cada uno de los sospechosos movimientos de Rajoy-Promusicæ contra el canon y la copia privada) y estoy más de acuerdo con Felix Haro & cía: la sentencia no es suficientemente dura y deja la puerta abierta a modificaciones que sí permitan esta filtración de información, si bien es de esperar, atendiendo a la actual situación legal en España, que eso no suceda a corto plazo. Mirada con objetividad, la sentencia es una victoria de las libertades digitales pero esa misma objetividad nos debe evitar no prestar atención a que la victoria la ha obtenido telefónica y que ésta no dudará en cambiar su discurso para obtener ellos mismos el control que los tribunales les han negado a las gestoras. Lo cierto es que tanto gestoras como ISPs andan intentando cortar el grifo de las descargas no controladas, ya que hacer eso equivale a darle a ellos la puerta (de pago) por la que tendríamos que pasar siempre que quisieramos descargar algo.

  4. No a la identificación, ¿sí a la desconexión?
    El no que el tribunal europeo a dado a Promusicæ (El País) parece resbalar por el impermeable rostro de la gestora, que ya ha movido ficha pidiendo ayuda a la clase política (Público). ¡Ah, la clase política tan proclive a representarse a sí misma e ignorar al pueblo!

    Todo apunta a que los próximos meses van a ser muy movidos en lo que respecta a la extensión de esta ley Sarkozy por Europa, a rebufo del ímpetu del populista presidente francés y de que la legislación europea sobre protección de datos y restricción de copia no parecen hacer viable que las gestoras de ninguno de los países tengan acceso a los datos de los clientes para iniciar litigios contra ellos, parte de la estrategia definida por la IFPI y la WIPO en los últimos tiempos, en su intención de extender a Europa el monocultivo legislativo estadounidense (recordemos que en Francia ya multaban por compartir música, así que el monocultivo no está tan lejos). La opción que queda es que sean los ISP mismos quienes permitan la identificación y control de la red, ya que estos sí que tienen los datos de todo el que mantenga un contrato con ellos. Es en esta dirección como yo interpreto esta victoria de Telefónica sobre Promusicæ. Y ni que decir que si este escenario pasara de la suposición a los hechos, la censura de la red a escala masiva estará servida y en bandeja. La televisión 2.0 habrá llegado, la sociedad de control habrá avanzado notablemente, se habrá repetido en la red el mismo patrón que existía fuera y costará mucho devolver todo a su estado natural en la red: la abundancia.

  5. ¿Alguna conclusión?
    Bueno, después de este tostón lo mínimo que puedo esbozar es una conclusión. No me iré antes de ponerla. La realidad es que en estos últimos movimientos (Ley Sarkozy, Promusicæ contra Telefónica, …) el ciudadano no tiene bando: nadie está de nuestra parte. ¿Es mejor que censuren las gestoras (como querían hacer en nuestra LISI) o que censuren las telecos? Si cierras los ojos, ¿puedes diferenciar un acelerón de un cambio de pendiente en la calzada? Estos movimientos están tomados sin tomar en cuenta a los ciudadanos. No se debate entre opción buena y opción mala, sino entre opción mala y opción peor; y sobre todo en quién gestionará y se llevará el gato al agua con esa opción peor. Creo que la sentencia está más cerca de endurecer las prácticas de represión de copia que de asegurar nuestra libertad, algo en lo que coincido con el análisis de European Digital Rights. Telefónica está de nuestro lado sólo por azar, y su discurso obedece únicamente a sus propias ambiciones. Los tribunales e instituciones europeas han mostrado a menudo que están más dispuestos a contentar a los grupos de presión que a los ciudadanos, como muestra la reiterada postura de la comisión sobre las patentes de software, opuesta al parlamento europeo. Es una sentencia para degustar, pero siempre con moderación; la moderación que impone la prudencia de saber que la victoria ha ido a parar ni más ni menos que a Telefónica, lo cual deja entrever más que otra cosa que lo que podríamos tener de aquí a un tiempo es una extensión de la Ley Sarkozy para toda Europa, algo que Viviane Reding, comisaria europea sobre estos asuntos (con la que Rajoy se lleva muy bien) seguro que verá con buenos ojos.
Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

2 comentarios

  1. Saludos

    Me aprovecho de los puntos para comentar las cosas por separado:

    Sobre 2: La pelea de elefantes (nunca mejor dicho, ya que arrasan a su paso :P) no era, por parte de PROMUSICAE, la de perseguir a los que «descargan», sino a los que «suben» (que claro, por definición, en una red p2p, son todos los que descargan y no sean unos cheaters de esos :P)

    Sobre 3: Comparto los recelos. Lo bueno es que si el politicacho de turno «hace algo» al respecto de ir contra el anonimato de las conexiones y todo el tema, no podrá «echar la culpa» a la UE (tan típico), ya que desde ella se dice claramente que eso depende de la regulación del Estado, así que a estar atentos e impedir los balones fuera o que nos lo cuelen a nosotros.

    Sobre la conclusión (5): Creo que la sentencia no tiene que ver ni con la «copia» (menos como «libertad», no es concebida así por el ordenamiento jurídico europeo) ni con las «libertades digitales» (no hay mucha diferenciación entre lo digital y lo «real»), que la veo mucho más por el lado de la protección de datos y obligaciones de entes privados con respecto a comunicarlos dentro de los casos civiles que pretenda iniciar otro ente privado, esto pudo tratar igual sobre descargas de música con todos los derechos reservados como por los que se bajan secretos comerciales (sin que existe por medio delitos anexos) u otras actividades (salvo que no son masivas como las descargas).

    ¿Cierra algo? No. ¿Abre algo? Tampoco. Sí deja claro que aún los gobiernos tienen mucho que decir en este tema, y que a la UE le importa poco cómo esté mientras respete su normativa, que es bastante laxa y genérica donde caben todos (no olvidemos que dentro de la misma regulación se puede prohibir la copia privada como permitirla de forma amplísima o con muchos matices, se puede considerar que la compensación debe ser un canon «a todo» o una mísera subvención directa).

    En fin, gracias y felicitaciones por la entrada, resulta realmente didáctica.

    Hasta Luego ;)

    1. Yo tampoco veo diferencias entre libertades y eso que se da en llamar libertades digitales, pero facilito el entendimiento usando la misma metáfora que muchos esperan leer cuando piensan en eso. Y es verdad que la sentencia no es mala en sí misma, pero he visto algunos comentarios excesivamente sobrados de «victoria segura». Creo que la realidad no se corresponde mucho con ese excitado estado de ánimo. Hay que estar vigilantes :)

      Y gracias por comentar, y hacerlo tan bien…

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