Es uno de los temas de estos días: WhatsApp amenaza con comenzar a cobrar por el uso de su servicio y los usuarios están «rebotados». Digo amenaza porque, en realidad, la aplicación es hipotéticamente de pago desde el primer día, y los usuarios sencillamente están disfrutando un trial o una beta, o como la quieran llamar. Y porque creo que en realidad todo este circo es un tanteo al mercado y a sus usuarios, para ver si están dispuestos a pagar o si tienen que comenzar a vender anuncios. Para poner todo en su verdadero contexto hay que señalar que el coste del servicio es de menos de 1 euro al año.
Más que analizar si hay motivos para el cabreo (ahora reflexionamos), me interesa destacar que muchos de estos usuarios del «whatsapp gratis» son los mismos que hace unas semanas montaron en cólera con el cambio de las condiciones de uso de Instagram. A raiz de aquel movimiento de Instagram/Facebook llegamos a la conclusión de que los servicios gratuitos en Internet son precarios: el verdadero producto son los datos del usuario y harán lo posible para destriparlos. Es algo de lo que en el blog de WhatsApp hablaron ya en junio del año pasado: «When people ask us why we charge for WhatsApp, we say Have you considered the alternative?»
Y sin embargo, aquí estamos: no pasa un rato sin que alguien te diga «yo ya me he instalado Line» o «si me hacen pagar me piro». Pos weno, pos fale, pos malegro. Si la empresa que te da un servicio no te cobra por ello y quiere vender tus datos mal, si intentan que les pagues menos de 1 euro al año (con un café generoso en el Starbucks podrías pagar WhatsApp hasta 2017, básicamente), también mal. ¿En qué quedamos? Ah, quedamos en que queremos un servicio que nos ahorra el envío de SMS, que es versátil, rápido y funciona bien… quedamos en que ha de ser gratis y en que la empresa que nos da el servicio no puede hacer un duro con los datos. Eso sí, el que más y el que menos expresa sus quejas sobre WhatsApp desde su Galaxy con su permanencia de 2 años, o desde su Nexus comprado a escote.
Adicionalmente, si WhatsApp / Line / Quiensea decide poner anuncios, todos dirán que les importa mucho su privacidad, como por arte de magia. Pero de eso mejor hablamos otro día, junto a la proyección no estándard (y no libre) de WhatsApp y toda la nueva generación de mensajería push.
