¿Qué es un monopsonio? El caso de la investigación científica

Monopsonio, por SMBC

En enero de 2009 escribí un artículo titulado investigación, competencia y precariedad en el que intenté buscar de dónde se originan los bajos salarios que poseen los investigadores, en comparación con otras personas con idénticas o similares titulaciones (digamos, dos biólogos, uno investigando y otro trabajando en la industria alimentaria, o dos químicos en idéntica situación). En ese artículo escribí que:

el Estado es ampliamente responsable, porque es el único contratista real de investigadores en España y porque las políticas que mantenga el Estado favorecerá la implantación de centros de investigación privados o los asustará. Y ése es el problema: el Estado sabe que la gente con vocación investigadora trabajará por lo que le ofrezca (aunque sea una miseria).

La otra parte, por supuesto, es entender que si el Estado es el único contratista real de investigadores, lo es porque ninguna empresa del sector privado está investigando (aquí adjudicamos otra gran parte de responsabilidad). ¿Cuáles son los motivos que hacen que esto sea así? Son difíciles de concretar, posiblemente sea un signo de poseer un tejido industrial subdesarrollado, en el que los negocios son rudimentarios, o cortoplacistas, sin lugar para la elaborada planificación a largo plazo que requiere un I+D real. Esto se lleva bien con la queja tradicional de «la generación mejor preparada de la historia está trabajando en empleos para los que está sobrecualificada» (doble, o triple sic).

Soy muy crítico con el complaciente mito del profesional sobrecualificado. Vamos a no ser paranoicos, no es que las empresas sean malvadas y tengan a jóvenes sobrecualificados trabajando de teleoperadores pudiendo darles tarea donde aporten más valor. Lo más razonable es pensar que si esa situación está generalizada, se deba a que el tejido industrial no esté preparado para absorber a todos esos profesionales de alta cualificación. Pero eso conlleva hacer una reflexión y una autocrítica que algunas personas claramente prefieren no llevar a cabo.

Lo interesante es que cuando escribí ese post hace varios años no conocía el concepto de monopsonio. Un monopsonio es algo parecido a un monopolio, sólo que en lugar de haber un único productor/proveedor/vendedor de un producto o servicio, lo que tenemos es un único comprador. De forma que puedes elegir quedarte el stock (o ver cómo se pudre, si es perecedero) o venderlo al precio que ese único comprador esté dispuesto a pagar.

Hay una tira de SMBC (vía Greg Mankiv) que describe los efectos:

Monopsonio, por SMBC

Creo que se entiende bastante bien.

No me olvido de que hay un tercer factor que permite que los salarios de esos investigadores de lo que hablaba al principio sean bajos: su negativa a hacer investigación en otra parte. En países como Estados Unidos, Alemania, Suiza, e incluso Francia es posible investigar en el sector privado, y eso permite que los científicos estén algo mejor pagados (aunque aún se percibe el efecto, dado el gran peso que sigue teniendo lo público, en una situación de casi monopsonio). Siempre hay alternativas.

La próxima gran expansión de Internet es inminente, y con ella vendrán cambios

IPv6

En Ars leemos sobre el agotamiento de nuevos bloques de IPs clásicas (que se suelen escribir en la forma AAA.BBB.CCC.DDD). Estas direcciones de internet se generan en la versión 4 de ese protocolo de direcciones, y ahora se están agotando, parece que esta vez de verdad. Como resultado, la decisión de lanzar la próxima gran expansión de Internet no debería retrasarse, y dicha expansión deberá ser inminente.

Más allá de cuentos apocalípticos sobre cómo Internet implotaría si no damos el paso adelante, querría destacar esta frase que nos ayudará a vislumbrar cómo el equilibrio internacional ha cambiado en los últimos 20 años, desde la última gran expansión de Internet:

In the current situation, it’s about a quarter of an address per person in China and more than five per person in the US. In Africa, the number of addresses often dips below less than one address per ten people. Only in the US, Canada, parts of Europe, and a few selected countries, such as Korea and Australia, is the number of addresses per person larger than one. And with just over 3.7 billion usable addresses, the average for the entire planet isn’t going to be better than 1:2

(Las negritas son mías.)

De no adoptarse un nuevo protocolo que permita crear y asignar más direcciones, apenas hay 1 dirección para cada 2 habitantes del mundo, y su distribución es muy desigual. La sensación es que esta cuota de IPs es una magnifica fotografía del mundo en el que hemos vivido en las últimas dos décadas: con unos EE.UU. como única superpotencia global en el aftermath del final de una guerra fría de la que Rusia ha tardado dos décadas en desperezarse y con China, ahora, reclamando en todos los ámbitos un rol mucho más importante, y eso alcanza desde luego a cómo se organiza Internet en último término. Lo que probablemente tendrá consecuencias indeseadas en la «gobernanza de Internet» (más autoritarismo y más espionaje estatal).

La adopción masiva de IPv6 (el nuevo sistema de IPs que permitirá asignar millones de nuevas direcciones, suficientes para que no se agoten en varias décadas) y el reparto de nuevas direcciones será utilizado por potencias alternativas a EE.UU. para reclamar una influencia en Internet que no pudieron reclamar en la anterior gran expansión. Cómo afectará este nuevo reparto de poder a los usuarios es impredecible, pero conviene recordar que con la caída del muro de Berlín pensábamos que la democracia llegaría a esa otra parte del mundo cuando en realidad lo que sucedió es que, caído el muro, las formas de la Stasi se extendieron por occidente como pólvora prendida (y ojo, que este post lo escribimos muchos años de que Snowden apareciera en escena) en un auténtico viaje hacia la sociedad de control en la que ya vivimos.

El «management» y la justificación del trabajo no operativo

La estrategia fue la respuesta al final de la era de la descentralización [corporativa]. La mayoría de las grandes compañías ya se habían reorganizado. Lo que los altos directivos necesitaban ahora era una justificación para sus empleos no operativos. Las empresas podrían de hecho hacer algo real al final del día, pero la auto-reforzante relación entre gestión y consultoría vivía en su propio universo paralelo.

Duff McDonald, The Firm.

Un día con más tiempo comentaré algunas de las ideas contenidas en ese libro de Duff McDonald, da para cuestionarse algunas cosas sobre los orígenes de la consultoría de estrategia, así como de la repercusión que la adopción masiva de sus ideas sobre la gestión ha tenido sobre la sociedad en general.

Tesla libera todo su portfolio de patentes

Tesla Model S

Esta es la noticia del año en cuanto a patentes y propiedad intelectual: Tesla ha liberado todo su catálogo completo de patentes. Para quien no lo conozca, Tesla es uno de los más afamados fabricantes de coches eléctricos, berlinas de gama media y alta completamente eléctricos.

No se crean que Elon Musk y sus socios se han vuelto locos, porque no se han vuelto locos y tampoco lo hacen por altruismo. Lo hacen en la esperanza de que al estar la tecnología disponible y documentada, toda la industria adopte sus sistemas eléctricos como un estándard. El mensaje va para los Volkswagen, Fiat y compañía: ¿queréis fabricar coches eléctricos? No hace falta que gastéis cientos de millones en tecnología propia, usad la nuestra… pero vended coches eléctricos, cread y ampliad nuestro mercado.

No es la primera vez que esto sucede, pero yo quiero recordar una ocasión que si bien seguro no fue tampoco la primera, desde luego es una de las más recientes y exitosas. IBM no fue la primera compañía en desarrollar un ordenador personal, pero sí fue la que al decidir abrir su arquitectura arrasó y conquistó con sus sistemas todo el mercado. En este artículo de Ars Technica del año 2005 pueden ver la evolución de la cuota de mercado de fabricantes de PC durante la década de 1980 (páginas 4 a 6). Las gráficas son demoledoras.

No sabemos cómo va a impactar la decisión de Tesla en el futuro del coche eléctrico, pero en un momento histórico en el que otras compañías patentan las fotografías con fondo blanco, o el rectángulo con formas redondeadas, la decisión de liberar patentes para cuya obtención se han destinado muchos millones de dólares de I+D sencillamente hay que aplaudirla.

La noticia la leemos en el blog de Tesla, donde se justifica con frases como creemos que aplicar la filosofía del código abierto a nuestras patentes fortalecerá, en lugar de debilitar, la posición de Tesla en este frente. Aquí está el meollo del asunto, la única objeción como purista es que dijeran open source en lugar de libre software, por lo demás me parece un argumento sencillo e impecable.

El post en el blog de Tesla es además todo un ejemplo de cómo empatizar con los tiempos: su título All Our Patent Are Belong To You contiene un gran guiño a uno de los memes digitales más clásicos que se recuerdan.

Uber y el descubrimiento gracias a los taxistas

Esto va a ser rápido: ¿cuántas personas que no conocían Uber hace dos días se han enterado de su existencia gracias a la huelga de taxistas que tuvo lugar ayer en Madrid y Barcelona?

¿Cuántas de esas personas que acaban de descubrir a Uber empatizarán con los obstinados y apoltronados taxistas, profesionales en un sector hiperregulado y que han usado esta regulación tradicionalmente para elevar los precios de sus servicios?

Si yo fuera el CEO de Uber tendría el corazón dividido: por una parte tienes a actores a los que tradicionalmente se les ha dado muy bien obtener prebendas del regulador, y por otra tienes una insana cantidad de publicidad inesperada. En términos generales, creo que al adormilado y mimado sector del taxi estos días les acabarán saliendo por la culata.

Todos hablando de descubrimiento, esto es descubrimiento.

Los comentarios están abiertos. Si ven que quieren desbarrar, recuerden que el foro les da mucha más cancha a la hora de expresarse.

Población flotante, turismo, y un documental

Malasaña, tribunal, Madrid

Hace unas semanas tuve la ocasión de tomar un café con mi buen amigo Iván Vilata, con quien hacía un par de años que no coincidía en persona. Sentados en la cafetería italiana de la corredera y hablando de lo humano y lo divino llegamos a conversar sobre cómo es la vida y los vecinos en esta zona de Madrid, en la que poco a poco gana pesa una población no tanto turística como flotante, personas que vienen a Madrid para vivir un tiempo y deciden pasar esos meses (o años) viviendo en alguno de sus barrios céntricos y representativos antes de irse a otros barrios más tranquilos o salir de la ciudad rumbo a otros destinos, y cómo eso cambia profundamente el barrio, el tipo de comercios que alberga y los ambientes que florecen en él.

Al hablar de esos temas, Iván nos recomendó (en la convesación también estaba Bianka) el documental Bye, Bye Barcelona, por aportar una visión sobre ese mismo asunto, desde la perspectiva de la ciudad de Barcelona.

Hasta este fin de semana no pude verlo, pero la sensación que me queda es que son temas diferentes pues el documental se centra en el desgaste que genera tener una avalancha de turistas, aunque no me cabe duda de que Barcelona también experimenta a otra escala esa situación de población que viaja a la ciudad para vivir unos meses/años y luego continuar la ruta moviéndose a Nueva York, o a Boston, o a donde sea.

Mientras que los turistas van a poner la checkbox a tres rincones más o menos pictóricos y a llevarse un imán que pegar en la nevera, la población que llega para vivir en la ciudad tiene una componente diferente. Su efecto sobre la ciudad es también diferente.

Sobre Bye Bye Barcelona decir que aunque el problema que tratan es real, el tratamiento no me ha gustado: muy sesgado, con unos vecinos a medio camino entre lo egoísta y lo incoherente, cuando no directamente risible (una vecina del gòtic quejándose de que la vida en el barrio tradicional ya no es posible en Barcelona, cuando ese barrio es una invención contemporánea que es la piedra angular sobre la que se ha construido gran parte de la «marca Barcelona» actual).

Entiendo el agotamiento causado por hordas de turistas, y entiendo la conservación del patrimonio, pero el documental me transmite la sensación de que a menudo estos vecinos se quejan de ese asunto como otros lo hacen de la automatización del trabajo, poniendo espantapájaros al decir «hace 20 años el barrio era nuestro y no estaba plagado de turistas» cuando en realidad quieren decir «hace 20 años yo era, ante todo, 20 años más joven».

Hablando de propiedad intelectual, al hilo del debate sobre Twitter y la atribución

[En Twitter] no existe la cultura de la atribución que sí suele existir, por ejemplo, entre los blogs de Internet.

María González, en Genbeta.

Culparía a la infiltración y devaluación que Creative Commons supuso para el concepto de conocimiento libre, pero no lo tengo claro: en Twitter hay muchos usuarios que se perdieron aquellos debates sobre replanteamiento de la propiedad intelectual, y sobre cómo incentivar y potenciar la creación de un acervo libre.

O no estaban ahí, o estaban a otra cosa, da igual. El asunto es que pudo producirse una transformación radical del modo en que concebimos y aplicamos la propiedad intelectual, pero en ocasiones encontramos actitudes deshonestas en la que se defiende el asalto a la propiedad intelectual ajena tan sólo porque exculpa al que la asalta, que por lo demás cree que lo que está haciendo es injusto aunque lo hace, y no porque haya tenido lugar una reflexión profunda sobre la necesidad de la propiedad intelectual y qué partes son las que hay que reutilizar para adaptarla a los nuevos tiempos.

La atribución y los derechos morales han de ser muy cuidados si queremos justificar que en un entorno digital, donde la copia es sencilla y su coste tiende a cero, no tienen sentido esos derechos patrimoniales de explotación en exclusiva durante décadas y décadas.

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