Pues ahora que no pasa un día sin que aparezca una nueva aplicación que viene a (intentar) sustituir la clásica aplicación de escritorio que todos tenemos creo que es el momento de explicar varios motivos por los cuales no hay que lanzarse alegremente a usar esas aplicaciones.
1. Se pierde el trato de igual a igual: Desde el momento en que vas a necesitar un servidor de internet que te provea SIEMPRE para realizar tu trabajo pierdes la independencia y la capacidad de tratar de igual a igual al servidor, porque si no quieren no trabajas… Imagíname escribiendo ésto desde uno de esos servidores… Podrían simplemete no guardar mi texto.
2. Si el servidor se cae se para la ciudad. Recordemos los cortes de cables de hace unos años y que dejaron a media españa sin línea de teléfono móvil y sin internet. Y ¿si toda esa gente hubiera necesitado conexión para trabajar? ¿Habríamos detenido el pais? El paro habría sido catastrófico sin duda.
3. La última por fin: Todos sabemos que los ISP suelen solucionar los problemas a su ritmo. Yo personalmente no querría tener que esperar a que un ISP solucione un problema propio que me impide trabajar. Prefiero trabajar yo y, tan pronto sea posible, subo el archivo, lo mando por mail o lo que me haga falta. Pero el trabajo estará acabado para cuando mi ISP vuelva a estar operativo. No perderé mi tiempo que, sinceramente, es algo que no me gusta en absoluto.
En definitiva: Usar aplicaciones web tiene algunas ventajas, pero en ocasiones (casi todas, diría) las ventajas que ofrecen son demasiado pobres en comparación con la dependencia que generan.