Por tus dioses te conocerán (II)

«Agamenón le birla a Aquiles una doncella, la desgraciada Criseida, que éste, a su vez, ha arrebatado a sus paders, y el ladrón robado se declara en huelga, dejando que los troyanos diezmen a su antojo las filas de sus compañeros. ¿Virtudes heroicas? La aristocracia homérica se comporta como los buenos burgueses del Manifiesto comunista, que sólo están de acuerdo en quitarse las mujeres unos a otros.»

Jon Juaristi, El bosque originario.

(Viene de Por tus dioses te conocerán (I))

Disciplina, ecologismo y cambio horario

Nos cambiaron la hora, como cada seis meses. David dice ver tras estos cambios horarios el totalitarismo metafísico del estado que, disciplinante hasta el tuétano, controla y quiere controlar hasta cómo dormimos. Algo de eso hay, es innegable. Yo, en el triunfo del cambio horario y en la matraca que cada año nos dan con él veo otra cosa: ¿para qué se ideó el cambio horario?, ¿para disminuir nuestra huella de carbono y cuidar mejor el planeta, para que –aún antes de Taylor— las extremidades de los obreros se movieran aún más eficientemente o para que las tropas del ejército propio fueran más eficientes y ganaran la guerra? Ya les adelanto: no fue para ahorrar energía. En el triunfo del cambio horario veo el éxito de la ignorancia. El reinado de los que jamás abrieron un libro, lo cual no les impide ir por ahí imponiendo medidas disciplinantes, realizando burdas demostraciones de poder en nombre de un pretendido ecologismo. Medidas tan baldías, de cara al medioambiente, que ya no se creen ni siquiera en el propio ecologismo.

En la que resolvemos un galimatías

Somos Malasaña publica una entrevista con un homeópata. En un momento dado encontramos la siguiente pregunta con su respuesta correspondiente:

-¿Qué enfermedades se pueden tratar con homeopatía?
La homeopatía trata cualquier enfermedad y en cualquier paciente. En realidad, la homeopatía trata a la persona, no a la enfermedad.

Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Lo curamos todo porque en realidad no curamos nada, sino que hacemos del cliente el objetivo de nuestra estrategia, que pasa por convencerlo de que en realidad estamos tratando la enfermedad. Lamentable, pero al menos queda resuelta la contradicción expuesta en la respuesta del entrevistado.

Conozco al equipo de Somos, me caen mejor que bien, son gente fantástica. No llego a entender cómo se les ha colado esta entrevista, que nadie firma (va firmada, a modo de Editorial, por La Redacción), en su periódico. No os perdáis los comentarios en el mismo periódico, algunos son muy elocuentes.

Victorias posmodernas

Al hilo del anuncio, hace unas semanas, del final oficial de la guerra de Irak, pudimos leer en Coming Anarchy un comentario interesante para entender no sólo esa guerra sino muchos otros problemas de seguridad:

«As the previous seven years of debate on this war has shown us, victory will not be absolute nor obvious, disappointing many Americans still conditioned to expect WWII or Cold War style total victory. Reading the news the last few days, it occured to me, the 21st century will be a century of us deciding what and when victory is.

(…)

The question is when a generally accepted definition of victory will be found and we can leave.»

Está claro que en un mundo donde las guerras no tienen la forma que tuvieron hasta el s. XX, en el que la descomposición desemboca en conflictos armados de diferente naturaleza, pero a menudo bajo formas distribuidas, esperar que un buen día se declare la derrota total de esos grupos dispersos que actúan de forma distribuida es, como mínimo, una demostración de gran candidez.

No. Y la pregunta real no es cuándo el enemigo desaparecerá del todo, a los partidarios de la política del miedo les encantará que esperemos esa derrota total, porque no habrá de llegar pero legitimará sus guerras eternas.

La pregunta real es cuándo hemos mitigado el riesgo hasta tal punto que hay que comenzar a dedicar nuestro esfuerzo y nuestro dinero a otro problema. Y riesgo es lo que se obtiene de ponderar la gravedad de un incidente con la posibilidad real de que ese incidente tenga lugar. Mitigar el riesgo lo suficiente no incluye ya exterminar la fuente del riesgo, eso es imposible.

Y el problema de dedicar los fondos disponibles a la tarea imposible equivocada es que el dinero es escaso y no tenemos todo el que nos gustaría para emplear en todos los problemas que nos gustaría solventar. Gastarlo en una cosa equivale a no tenerlo disponible para otra.

Por eso es tan importante encontrar y asimilar la nueva definición para la resolución de un conflicto de seguridad, del tipo que sea; también para el final de una guerra como la que en la última década ha tenido lugar contra los grupos dispersos de alQaeda. No es que las guerras ahora tengan final autoproclamado, es que no volverá a firmarse un acuerdo como el de Utrecht, de esos que marcaban un punto final a las guerras. Esos tiempos pasaron. Viviremos en un mundo fragmentado, en el que cabrán muchos mundos. Un mundo en el que los conflictos armados no se resuelven cuando dos ejércitos enormes se enfrentan, ése es sólo el comienzo.

La transformación es tan grande que no basta con aprender a
combatir un nuevo tipo de enemigo con unas herramientas nuevas (el nuevo grupo unificado de inteligencia europeo tendrá mucho menos agentes estilo Bond que analistas de fuente pública, afirmando lo que hace años que sabemos: que la clave es pública). Además hay que aprender a comprender las nuevas formas de la victoria, que ésta no durará para siempre, que no incluye la exterminación del enemigo, sino la disminución de los riesgos por debajo de un cierto nivel umbral. Sólo así podremos aprender a usar nuestros recursos de forma óptima, de forma que no sean un dispendio, de forma que no les demos coartada a los estados para imponer políticas de control social en nombre de una guerra irrelevante, inventada… y perpetua.

Los baños del Carmen

Los baños del Carmen

«Yo me senté, me quité los zapatos y hundí los pies en la fría arena. A lo lejos sonaron las campanas de la iglesia. Miré a mi alrededor. La arena, el mar, el horizonte. No había indeseables a la vista. Estaban en la iglesia, perdiéndose todos los milagros».

Alfredo de Hoces, Fuckowski, memorias de un ingeniero.

El balneario hoy estuvo muy tranquilo. Ese sitio es diferente, pero en un día tranquilo es verdaderamente cautivador, maravilloso.

Reconocimiento al Devolucionismo

Ayer estuvimos en Málaga, donde se celebraban tanto la Libre Software World Conference, de la que hablamos brevemente hace unos días. Aprovechando el evento, tuvo lugar la entrega de los premios de la Iniciativa Focus al conocimiento libre, donde se rindió un sentido homenaje a Carlos Atarés.

Recogiendo el premio Focus
[Foto: Jose Alcántara (yo, para entendernos) recogiendo el premio Focus al conocimiento libre, foto por Juantomás García.]

Obviamente, en otra escala más modesta, Focus premió a algunos de los personajes que hace años se esfuerzan a favor del software libre y el conocimiento libre. Uno de estos premios reconoció la labor a favor del Devolucionismo y del dominio público. El premio fue entregado a Las Indias, y lo recogí yo mismo como socio de Las Indias y autor de dos libros publicados y devueltos al dominio público.

El devolucionismo es un movimiento que desde hace varios años reclama la reducción drástica de la duración de patentes, restricción de copia de todo tipo de obras excusándose en la propiedad intelectual y, sobre todo, a favor de la creación de un verdadero procomún: a favor del Dominio público.

Los premios no son lo importante. Si hay algo de valor en ellos es que sirvan para amplificar el eco de una iniciativa tan importante y por la que venimos trabajando hace mucho tiempo, desde que devolvimos nuestros blogs a dominio público a la más reciente colección de libros de la Biblioteca de las Indias, pasando por iniciativas pasadas como la colección Planta 29, que fue la primera colección de libros de publicación inédita editados directamente bajo dominio público.

Espero que poco a poco logremos hacernos entender y consigamos que la apuesta por la publicación directa bajo dominio público de todo tipo de obras se extienda y sea una realidad tanto por cantidad de las obras devueltas el mismo día de su publicación como por la reducción (a un periodo moderado, mucho menor que los excesos actuales) de los periodos de explotación exclusiva de las obras que no sean inicialmente devueltas.

Adicionalmente tuve la ocasión de ver a algunos viejos amigos, que siempre es una buena noticia, charlar un buen rato con J.J. Merelo, Ramón Ramón y Lourdes Muñoz, y hasta tuve tiempo para desvirtualizar (sí, a estas alturas hay muchas personas a las que sigo desvirtualizando) a personas como Alfredo Romeo, a las que leo hace años.

En fin, que pasamos un muy buen rato con un muy buen motivo. Y ahora, a seguir devolviendo cosas al dominio público, claro :)

Lo llamaban neutralidad, pero se muere

Lo llamaban neutralidad, pero se muere. Facebook, además de Facebook 0, subvenciona ahora las llamadas VoIP entre usuarios de Facebook. Telefónica, esteeeee, encantada de que Facebook se haga cargo de estas llamadas y de ser el proveedor, a través de Jajah (a la que compraron en 2009). Nosotros hablando de tarifas de Internet móvil y, ahí afuera, cociéndose cosas como éstas.

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