Escáneres retrodispersivos, geolocalización y propiedad intelectual

Esto podría haber sido parte de una ronda de Bocados, pero como últimamente éstos no aparecen nunca y creo que vale la pena hablar brevemente sobre ello, aquí van unos enlaces a noticias que vale la pena no dejarse atrás.

Y esto es todo por ahora.

Traducir lo técnico en humano, mirar al futuro

No sabemos cómo ni cuándo se verán superadas las causas que nos empujaron a la actual crisis, en la que la mayor fuente de innovación que tenemos es la Red y la lógica que subyace bajo ella.

En The Great Stagnation (un libro que se lee en apenas 2 horas), Tyler Cowen, que el otro día nos invitaba a ser críticos, describe el final de lo que él llama the low-hanging fruit era, algo así como «era de la fruta al alcance de la mano».

Esta «fruta fácil» hizo posible el crecimiento del último siglo y medio, pero ya se acabó. De hecho en el primer mundo se acabó hace varias décadas y lo más parecido que tenemos ahora es Internet. Si hablamos de invertir el agotamiento de esta fruta fácil pasada, no se vislumbra más que la Red.

Y con la aproximación que se ha tomado hasta ahora, ni la Red con todo su potencial parece estarlo consiguiendo. En realidad el estancamiento global es mucho más acusado de lo que nos parece, y la Red nos incita a subestimarlo porque gran parte del ocio que en otro momento habríamos tenido que pagar ahora nos llega a menor coste y no nos obliga a hacer grandes sacrificios.

Sin embargo, el efecto anterior hay que verlo de otra forma: la naturaleza de la Red hace gran parte del valor que se genera sea difícilmente equiparable según métricas tradicionales de mercado. En esta ocasión estamos subestimando los beneficios que nos genera. Y los beneficios serán aún mayores si nos atrevemos a aprovechar todo el potencial de la Red. En un mundo globalizado, lo que la Red ofrece son identidades fragmentadas, pertenencias múltiples, la oportunidad de vernos reflejados con matices en las mil facetas de un paisaje por fortuna muy diverso.

Normalmente hablamos de la Red desde lo técnico obviando el relato histórico. Para explotar al máximo las nuevas posibilidades, lo que es vital para superar este impasse alicaído, no podemos limitarnos a lo técnico. No podemos predecir cuál será el próximo avance disruptivo ni cuándo aparecerá. Lo prioritario es aprovechar al máximo lo que tenemos aquí, agarrarnos con fuerza a lo tangible que tenemos. Y lo más tangible que tenemos ahora mismo es precisamente el ciberespacio y este mundo global cuyas fronteras líquidas se corresponden cada vez menos con los mapas.

Lo verdaderamente trascendente, porque nos permitirá llevar a nuevos límites las posibilidades que tenemos, es apropiarnos las oportunidades que ofrece un mundo globalizado y con Internet. Innovar en visiones, en formas de organización más vibrantes y menos alienantes: contemplar el mundo desde donde sea, deshacerse de los viejos discursos que quizá un día fueron progresistas pero, anclados en el pasado, han quedado como terriblemente reaccionarios frente a la más fundamental petición de libertad.

Y no se trata de quemarlo todo anhelando un desarraigo para el que no estemos preparados. Es mas un ahuecar la maleta, relegar a la ropa vieja a un segundo plano y prepararnos para la nueva temporada. Porque si uno quiere ver cosas nuevas, tiene que hacer cosas nuevas.

Ya conocemos el mundo del que vinimos, que se hunde lentamente y sepultará a los que se apostan de brazos cruzados bajo la absurda creencia de que la inacción puede detener el derrumbe. Queremos algo más, un mundo donde desde Extremadura a Montevideo o Cleveland, todo aquel que lo busca tiene un futuro del que es, además, dueño. Porque claro que hay futuro, pero no irá a tu encuentro mientras frunces el ceño melancólicamente, protestando por la desaparición de la vida regalada que habías imaginado y que ahora ya sabes que nunca se hará realidad.

Bolsas de Twinings

Yo quería hablar de botellón y de cómo la ciudad nos pertenecía hasta que nos la quitaron. Pero me estaba quedando una queja demasiado honesta contra la clase media acomodada (y/o sus hijos acomodados) con su discurso reaccionario.

Y no podía consentirlo. Hoy lo pasamos bien a pesar de la carretera y al llegar a casa fue como encontrarme con los reyes magos dentro de bolsitas de Twinings.

Limón y gengibre

Así que no me apetece ensuciarme la boca con revoluciones de pacotilla de niños aburguesados que se niegan a hacerse cargo ni de la realidad ni de la frustración que la negación original les causa. (Es por eso que cada mes le cambian el nombre a su movimiento-revolucionario-super-cool-o-sea-vivienda-ya-en-propiedad-hipoteca-digna-por-favor-por-favor-y-que-sea-barata-y-dónde-esta-mi-placita-fija.) No.

Globalización, Tobin y la Hawala

El discurso que durante años ha reclamado gravar los movimientos de capitales a través de las fronteras ni es nuevo (su padre lo concibió en 1971, 10 años antes de recibir el Nobel de economía por algo que no tenía nada que ver con esto) ni es que salga ahora de un letargo, durante años tuvo sus defensores. Este impuesto al flujo de capitales es lo que conocemos como «tasa Tobin».

No obstante, en las últimas semanas se ha hablado mucho de ello: primero el FMI parecía aceptarlo a regañadientes, unas semanas después la propuesta pareció quedar aparcada ante la falta de consenso, a pesar de que los países líderes en reducción de libertades ya la habían aprobado.

Sucede que en los últimos tiempos hemos visto cómo la entrada a lo loco de capital en un mercado hace emerjer una especulación que puede destruirlo todo a su paso. Parecería prudente lastrar esos movimientos para desincentivarlos pero, ¿sería una decisión correcta?

Valga decir que una tasa Tobin muy, pero que muy moderada y limitada a transacciones enormes limitaría esta capacidad de rápida desestabilización. No es probable que éso sea lo que se apruebe y, desde luego, no es lo que solicitan numerosas agrupaciones en nombre de una hipotética justicia social. Lo probable es que se apruebe a todos por igual: a transacciones grandes y a pequeñas.

Y los verdaderos perdedores ahí son los más pobres: trabajadores desplazados, inmigrantes que tienen a sus familias en otro país, que envían remesas constantemente y verían cómo sus esfuerzos de repente se ven lastrados… en su nombre.

No, ante las crisis que surjen de una globalización mal enfocada lo que hace falta no es menos globalización, sino más. Lo contrario es restringir la globalización a las élites, dar un paso atrás en la globalización de los pequeños. Regresar a los tiempos del mundo analógico en el que sólo unos pocos elegidos conocían el mundo. Imagínate volver a vivir sin Internet y sin vuelos baratos.

No dejo de pensar en el papel que ante la aplicación de un sistema como éste podría desempeñar algo como la Hawala, que minimizaría y en muchos casos lo burlaría, que lleva siglos usándose y que si la nueva restricción llega a hacerse efectiva seguro se extenderá rápidamente.

Y lo hará porque nuestras áreas de intercambio y mercadeo no las definen las fronteras de unos mapas incapaces de seguir el ritmo del mundo sino que vienen dados por las lenguas que hablamos.

Cuando para lanzar un proyecto cada vez cuenta más el conocimiento y menos el capital, cuando la información está ahí afuera y puedo tener a mis clientes y a mis proveedores en cualquier parte del mundo, introducir barreras a la competencia, como la tasa Tobin, sólo sirve para que la carrera la gane siempre el más fuerte, nunca el más ágil ni el más listo. Para que las bondades de la globalización sean un lujo accesible a unos pocos y las disfruten únicamente los de siempre, que llevan cientos de años heredando la tierra.

Cómo modificar los metadatos de un archivo PDF con Pdftk en Linux

Aunque no es algo que necesitemos hacer con demasiada frecuencia, puede darse el caso de que necesitemos modificar los metadatos de un archivo PDF con nuestro Linux. En este caso de querer editar los metadatos, no nos servirá el habitual PDFedit, ya que éste no puede editarlos. Por contra, recurriremos al maravilloso PDF Toolkit o pdftk.

Los pasos son:

  1. Instalar, si no lo tenemos ya, el pdfk desde nuestros repositorios. En distribuciones de la familia de Debian será suficiente con el habitual # apt-get install pdftk.
  2. Componer un pequeño archivo de texto en el que introducimos los metadatos básicos que queremos meter en nuestro PDF. Con un editor tipo Gedit creamos un archivo que tenga la siguiente pinta:

    InfoKey: Title
    InfoValue: La neutralidad de la Red
    InfoKey: Subject
    InfoValue: Por qué es una pésima idea acabar con la neutralidad de la Red
    InfoKey: Keywords
    InfoValue: Sociotecnología, Internet, Neutralidad de la Red, Economía
    InfoKey: Author
    InfoValue: Jose Alcántara
    InfoKey: Creator
    InfoValue: TeX
    InfoKey: Producer
    InfoValue: pdftk
    InfoKey: CreationDate
    InfoValue: D:20101023140009
    NumberOfPages: 116

    Es deseable, claro, que adaptéis los valores de los parámetros a lo que necesitéis realmente ;)

  3. Suponiendo que nuestro pdf se llame «neutralidad.pdf», que el archivo con los metadatos se llame «metadatos.txt» y ambos estén en el mismo directorio, abrimos una terminal de comandos y nos movemos hasta el directorio que contiene nuestros dos archivos. Una vez ahí ejecutamos $ pdftk neutralidad.pdf update_info metadatos.txt output neutralidad-con-metadatos.pdf, que nos generará un nuevo documento con nombre «neutralidad-con-metadatos.pdf».

Y esto es todo, la info básica la saque de Lagotzki.de, y sólo he sacado el grano para ponerlo en español.

Cowen, Schneier y la capacidad de filtrar lo que nos cuentan

Una de las cosas más interesantes en evaluación de riesgos, y eso vale tanto desde un punto de vista de la Seguridad como desde el punto de vista del emprendimiento, es la diferencia entre lo que percibimos y la realidad. En seguridad el gap se amplía con todo lo alrededor del teatro de seguridad. En cuanto al emprendimiento es cierto que a menudo pensamos que es más seguro no emprender y que tampoco vale plantearse esa dicotomía en términos de seguridad real, sino de seguridad percibida. En este sentido, es muy interesante comprobar cómo dos charlas, de apenas 15-20 minutos cada una, inicialmente muy diferentes como las de Bruce Schneier y la de Tyler Cowen pueden dejarte un regusto parecido, como de estar mirando un mismo escenario desde un ángulo ligeramente diferente, pues ambos hacen una llamada no tanto a rechazar lo que nos cuentan como a analizar las situaciones nosotros mismos, tomando las riendas, sin aceptar en ningún momento un mensaje cualquiera, siempre diseñado para disparar nuestro fallón inconsciente, sin antes buscarle la trampa.

Google y Facebook contra la nueva ley de protección de datos en California

El Estado de California prevé actualizar su ley de protección de datos [pdf] permitiendo a los ciudadanos hacer opt-out y que sus datos personales recogidos como consecuencia del uso de un determinado servicio no puedan ser explotados comercialmente. Google y Facebook se posiciona rápidamente en contra en una carta abierta. Podemos hablar sobre quién paga los servicios gratuitos y sobre el incierto futuro de éstos (algo que es menos preocupante de lo que se nos hace creer desde una lógica de recentralización de la Red) si nadie se deja colar anuncios, pero no sobre cuál es el nuevo textil de la era digital.

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