LibreOffice ha tenido éxito, ¿qué pasa con los forks de MySQL?

Un año después de anunciar el fork, The Document Foundation celebra el primer aniversario de LibreOffice con una cifras más que interesantes: han ganado el favor de las principales distribuciones y cuentan con millones de usuarios.

Oracle, que vio como el fork le comía terreno, donó OpenOffice a la Apache Foundation, en lo que fue interpretado como un intento infructuoso de dividir a la comunidad de desarrolladores.

Más éxito está teniendo, sin embargo, con MySQL. Pese a que las intenciones de Oracle estaban claras desde el principio, no ha logrado surgir un fork fuerte. Hay un creciente revuelo en torno al frenazo del desarrollo libre de MySQL (la rama en desarrollo de la versión 6 fue eliminada) y la inclusión de más y más extensiones privativas por parte de Oracle, liderado por los impulsores de los varios forks del proyecto (como Monty Widenius, de MariaDB). Todo parece indicar que se está acercando el momento de la ruptura definitiva, pero aún Oracle tiene la sartén bien cogida por el mango. Lástima de Sun.

USB y seguridad

USB protegido
[Ilustración: vista en el blog de Rafa Poveda.]

Los USB representan una fuente de inseguridad, ¿cómo lo solucionamos?

Está claro que el reto es atajarlo a nivel de sistema operativo, pero es no es sencillo y, de todas formas, ¿qué hacemos mientras tanto?

Este verano se descubrió que entre los funcionarios de alto rango de los Estados Unidos, la mayoría no lo dudaban a la hora de conectar cualquier USB encontrado en un parking a su computadora, sin verificar nada. Bruce Schneier salió en defensa de éstos: «dejen de culpar a la víctima». Pero realmente se pasó de frenada.

Es cierto que ante un ataque premeditado, comenzar ahondando la culpa de la víctima no es demasiado útil. Pero la seguridad comienza por uno mismo. Volviendo a la imagen que abre el post, la mayor fuente de inseguridad no es que nos cojan el pendrive prestado mientras estamos despistados. La mayor fuente de inseguridad proviene de que conectamos a nuestros ordenadores casi cualquier cosa, habiéndole prestado muy poca antención previa.

Y para los préstamos inesperados, a menudo pérdidas más que sustracciones no autorizadas (inevitables casi por diseño: cada vez son más pequeños y con frecuencia llevamos encima varios), ¿qué fue de usar cifrado asimétrico? La seguridad, como la privacidad, comienza por la persona antes de llegar a lo técnico.

No es país para autónomos

Imaginen una tasa de paro elevada, la que sea, pero que procure ser realista. ¿Ya? ¿Cómo solucionamos la situación de todos esos miles de personas que no tienen ni empleo ni ninguna otra fuente de ingresos?

Podemos proponer soluciones milagrosas, incluso populistas. Podemos obviar que no sabemos cómo pagaremos los milagros populistas.

Otra opción es quedarse quieto. Te quedas sin empleo, agotas el paro, y ¿luego? Esperas que te salga algo de lo tuyo. Aunque ese de lo tuyo sea a estas alturas algo tan difuso que ni tú sabes qué esperas. Bueno, sí lo sabes: quieres tener ese empleo que habías soñado tener mientras terminabas la carrera hace ya unos años. O ser funcionario, que parece algo con cierto futuro mientras todo se desmorona. Porque todo se desmorona, no lo olviden. Es como en El país de las últimas cosas, de Auster, todo desaparece. La mitad de la función pública también se va a esfumar, así que no se hagan ilusiones.

Sin embargo, hay futuro. ¿no? Todavía puede uno optar por el autoempleo. Una vía que representa un win-win para todos; algo muy frecuente cuando hablamos de emprender, pues no es un juego de suma cero. ¿Por qué ganan todos? El Estado se quita lastre (personas descontentas y cabreadas con su situación), el gobierno mejora sus cifras (menos parados, más actividad, etc.) y, ¿qué decir del autoempleado?, una persona consigue a final de mes ingresar algún euro. Por mala suerte y poca habilidad que tenga uno, por poco que logremos ingresar, será mejor que la situación de partida (cero pelotero).

Con todas esas premisas uno pensaría que las leyes facilitarían enormemente esta vía. Sin embargo, alguien me comentaba el otro día que en Reino Unido costaba algo así como una decena de euros la cuota de autónomos para todo el mes. Yo, incrédulo, llegué a casa y busqué, porque no salía de mi asombro. Parece que estaban en lo cierto: si eres autónomo e ingresas menos de 40.000 euros (aproximadamente) al año, tu cuota de autónomos es de algo más de 2 libras a la semana, que siendo generosos con el cambio nos dan entre 15 y 20 euros al mes. A este lado del mundo, esa cuota pasa de los 250 euros en el mejor de los casos. Eso para empezar a hablar, luego sume usted lo mismo que paga todo cristo (IRPF + IVA).

Para colmo, donde unas webs dificultan el acceso a toda información (imagino que alguien en un despacho siniestro entendió que el propósito de una web es obstruir la información), otras te lo ponen calentito en las manos. Está claro que lo del impulso al emprendimiento tiene mucho de biopolítica, de racionalización de la opresión.

Uno se plantea si no estará haciendo el panoli pagando aquí cuando podría darse de alta en Reino Unido primero, como operador intracomunitario (trámite gratuito) después y luego, eso sí, pagar el IVA en Madrid, que ahí somos muy cumplidos.

De vuelta a la contextopedia, ahora VS Pedia

VS Pedia

En los últimos días hemos estado haciendo cambios en el servidor. Migramos de hosting el blog, aunque no lo han notado porque para cuando las DNS se propagaron ya teníamos completamente preparado el nuevo.

Como añadido, la Contextopedia de Versvs que vuelve a ser autónoma, algo que en los últimos tiempos no había sido así.

Le damos un nuevo nombre (VS Pedia) y le cambiamos la dirección y le damos una completamente nueva en http://wiki.versvs.net/ con subdominio propio, declaración de intenciones ante el propósito de darle continuidad. Eso sí, ahora mismo tiene menos entradas que antes, pues en el último paseo espacial se nos escurrió el cuaderno y decidimos agarrarnos con fuerza a la nave y evitar, al menos en una línea de tiempo, el destino de Jad. Iremos reintroduciendo entradas poco a poco, así que no nos apuremos por la pérdida.

En fin, un post pequeñito para avisar de los cambios. La migración lleva en marcha unos días y creo que no hay nada roto, pero si vieran algo mal (¡También en el wiki!, que aún está a medio cocinar), hagan el favor de avisar en comentarios. Pago en cervezas ;)

En Facebook también eres el producto

Dice Douglas Rushkoff, al hilo de los cambios en Facebook de la semana pasada:

«But users are bothered by all this. On the simplest level, they don’t like change, particularly when it results in making their free time more complex and stressful. Facebook was always a lazy person’s friend and time waster. Turning into a dashboard designed to increase productivity and relevancy turns it more into, well, work.

Of course, if they stopped and thought about it, they would realize that Facebook is work. We are not Facebook’s customers at all. (…) Facebook’s real customers are the companies who actually pay them for this data, and for access to our eyeballs in the form of advertisements.»

Hace unas semanas ya dijimos lo mismo sobre Google (bueno, lo dijimos hace mucho más en La sociedad de control), obviamente es extensible a Facebook y a cualquier otro servicio web privativo.

Lo que la neutralidad perderá el 20 de noviembre

Por una de esas graciosas casualidades, el próximo 20 de noviembre será muy importante para el futuro de la Red, en tanto que la neutralidad de la Red tendrá un papel doble ese día, tanto a un lado como a otro del océano atlántico.

Mundo conectado

Por allá, será el 20 de noviembre cuando entre en vigor la regulación de la neutralidad de la Red estadounidense. Aprobada el pasado diciembre, ya dijimos en su día que la norma parece buena, pero podría ser menos útil de lo aparente, pues deja de lado a la Internet móvil. Y a estas alturas el móvil marca tendencia en todo lo que hacemos en la Red, así que una ley que no protege la neutralidad en la Internet móvil, cuando en estos servicios no queda ni rastro de tarifas planas, es una mala idea. La entrada en vigor de esta normativa, siendo EE.UU. tomado como ejemplo por la mayoría de estados europeos y suramericanos, es un revés a la neutralidad.

Cuando sabes que tu tarifa tiene límite, piensas y te detienes cada vez que vas a usar la Red. Y lo último que necesitamos es que existan dudas sobre si usar la Red, tanto para consumir como para lanzar un nuevo proyecto empresarial, es beneficioso y vale la pena. El mensaje a transmitir debe ser que siempre vale la pena. Una Red no neutra, en la que los proveedores ven multiplicados sus costes y los usuarios sus facturas, no nos permitirá ganarnos la vida, ni a unos ni a otros.

La próxima vez que les venga la idea de que el móvil no importa, de que siempre nos quedará el ADSL doméstico, piensen que este verano por primera vez en la historia cayó el número de usuarios de ADSL doméstico, mientras seguía creciendo el de Internet móvil.

Ya que sacamos a relucir cifras europeas, cómo obvia las elecciones españolas. El parlamento español aprobó hace nada una propuesta que pretendía convertirse en ley sobre la neutralidad. Lo hicieron a últimos de curso, con toda la incertidumbre sobre si los plazos permitirían su aprobación final; la incertidumbre se despejó en cuanto se adelantaron las elecciones, pues el adelanto electoral impedirá que esa ley cuaje. Algo que sus señorías quizá intuían y, bueno, en vísperas de urnas nadie quiere ofender a nadie. Sea como fuere, es otro revés a la neutralidad.

Seguirá pasando el tiempo, la cultura de pago tradicional del móvil tendrá 4 años más para campar a sus anchas y arraigar (aún más).

Y, ¿Chile? La neutralidad allí ya comenzó a dar sus frutos, pero seguro que no nos hablarán de ello.

La neutralidad parecía estar de moda el año pasado, pero yo diría que este otoño el libro sobre La neutralidad sigue siendo lectura obligada para entender el asunto. Vienen momentos decisivos para el futuro de todos. En juego está si la Red de mañana será un sistema capturado o si no será un entorno en el que nos podremos ganar la vida.

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