El FBI mira con buenos ojos a Carrier IQ

Geolocalización
[Ilustración: Antonio Cerón.]

El mayor escándalo de privacidad del año hizo recular a todos los que fueron cogidos en la masa. Carrier IQ, responsable del mismo, se quedó sólo respondiendo con excusas que no hacían sino ensuciar todo el asunto.

Parecería que todo iría fatal para Carrier IQ, pero ahora el FBI se descuelga diciendo que ese software podría ser usado para «lograr el cumplimiento de la ley» (Forbes, donde también recogen las nuevas excusas vagas de esta empresa). Inquietante, como poco.

La vigilancia intensiva por parte del Estado no es buena para nuestra seguridad. De hecho, todo lo contrario: por encima de unos niveles, esa vigilancia resulta tremendamente peligrosa.

Race Against the Machine

La tira de Dilbert de hoy, sobre Siri, proceso de lenguaje natural y futuro laboral se sale:

Dilbert acerca de la carrera contra la máquina

Uno de los mantras que más repito últimamente es que el trabajo mecánico es para las máquinas, algo en lo que me alineo claramente en una defensa pura de la ética hacker, por supuesto. Y la cara de la secretaria de Dilbert lo dice todo.

[El título del post se lo tomo prestado a un ensayo que no he leído (via Greg Mankiw), porque me resulta inevitablemente divertido cada vez que lo leo.]

El trabajo mecánico es para las máquinas

Pocas cosas ilustran tan bien la situación actual como la cara de la secretaria en la última viñeta de la tira de Dilbert que vemos arriba, sobre el potencial del procesamiento de lenguaje natural por parte de máquinas. Es cierto que la economía es mucho más que grandes cifras, pero en las últimas décadas ha habido un gran aumento de productividad que ha generado menos empleos de los previstos. Por eso el paro sigue por las nubes (y agárrense los tobillos en aquellos sitios en los que la crisis no ha terminado ni siquiera formalmente).

No obstante, donde la máquina quita un empleo, está creando otro. Lo que sucede es que son empleos diferentes. El trabajo mecánico es para las máquinas. El puesto de trabajo-escondite en el que te refugias con 25 años para no tener que salir al mercado nunca más, ya no existe. Pero hay multitud de trabajos que no hemos enseñado aún a hacer a las máquinas. Ahí tenemos nuestra ventaja competitiva. Para muchos, el mayor rival para encontrar trabajo no son ya otras personas, sino máquinas. Si esa es tu situación, necesitas repensar qué estás haciendo. Porque a corto plazo, un robot pedirá menos vacaciones, salario y descansos que tú. A largo plazo, todo está en el aire.

Pese a lo que pueda parecer, que esos trabajos aburridos y repetitivos se destruyan no es una noticia tan desastrosa. Permitirá a las personas realizar trabajos y tareas con los que se sientan más realizados y en los que aporten más valor sacando de sí lo bueno que todos llevamos dentro (imaginación, disfrutar con nuestra tarea diaria, y creatividad.

Aunque algunos argumentos los matizaría, dije en Catarsis económica ya en febrero de 2008, algo que sigo creyendo:

«Estamos en catarsis económica. Una catarsis siempre es una victoria, porque de ellas se sale limpio y crecido, preparado para lo que venga. Lo cual no quita que los renacimientos no acarreen cierto dolor, pero quizá es un dolor que vale la pena padecer.»

Da igual que hagas análisis de redes, que seas poeta o diseñador de señales de tráfico. Toca renacer y toca huir de esos puestos simplones, fácilmente desempeñables. Porque esos los pueden cubrir con máquinas. Toca aprender, y mucho, constantemente, para ser más autónomo, para atreverse a ir donde ningún hombre haya estado antes.

Stop Online Piracy Act, SOPA, el segundo debate

A la hora en que en Europa nos vamos a dormir, el congreso de los Estados Unidos está celebrando el segundo debate acerca de la Stop Online Piracy Act. No es la primera vez que hablamos de ellas (ni la segunda), de hecho… hablamos hace tanto tiempo que cuando se puso de moda, ya no nos acordábamos. Lo cierto es que si esta ley sigue adelante, las consecuencias serán catastróficas. Recuerden, mañana, Internet… con fronteras. ¿Será justo llamar a lo que quede por el mismo nombre que a lo que vivimos durante los últimos 15 años?

Actualización (2011-12-17 @ 16:04): La votación se aplazó y no tiene nueva fecha. Quizá se volverá a debatir ya bien entrado el próximo 2012.

Hablando de análisis de redes

Comencé esta semana impartiendo un seminario de una mañana sobre Análisis de redes en Territorio Creativo, mi último post en el blog de Cartograf vuelve sobre algunas de las ideas que comentamos, se puede leer en Análisis de redes, la verdad está ahí afuera (y esos algoritmos no funcionan). Prometo no ponerme pesado con demasiada frecuencia, pero el post de hoy recoge algunas ideas interesantes y creo que valía la pena avisar.

Análisis de redes, la verdad está ahí afuera (y esos algoritmos no funcionan)

Estamos rodeados de información. Tenemos acceso a tantos datos y tantas fuentes diferentes que de no filtrar adecuadamente, corremos el riesgo de infoxicarnos: sucumbir al flujo incesante de datos sin llegar a entender nada en absoluto o tomar alguna resolución.

Esta sobreabundancia de información disponible públicamente está cambiando la forma en que enfocamos la resolución de gran parte de nuestros problemas. Así, donde antes necesitábamos fabricar la respuesta a alguna situación, ahora es frecuente que la respuesta (en ocasiones costosa de obtener) esté ahí afuera. Esto hace que tan valioso sea poder fabricar una solución como saber encontrarla.

No es la primera vez que hablamos de competencias emergentes: esos nuevos saberes que han adquirido valor con Internet. Si hay uno que destaca sobre los demás está el ser capaz de cartografiar una red.

Existen herramientas vistosas, capaces de generarnos preciosos mapas, como algunos de los que recogen en Edge bajo el epígrafe «mapas del siglo XXI» (está claro que hacen falta nuevos mapas) y en donde me llama particularmente la atención el realizado por Eduardo Salcedo sobre la familia Michoacana.

No obstante, cuando intentamos valorar el tipo de relación existente entre un grupo de personas, no podemos conformarnos con los vínculos planos que obtenemos si vemos que «se siguen mutuamente en Twitter», ni con ese grafo social del que presumen empresas como Facebook. Y es que lo que Facebook construye no es un grafo social, y el uso de ese concepto vinculado a la empresa de Zuckerberg merece ser abandonado. Es algo que ni siquiera se arregla con la semántica web actual: las relaciones tienen dos grandes niveles, el de la confianza y el de la ausencia de confianza. E ir del segundo grupo al primero es harto complicado en una forma que no hemos aprendido, aún, a explicarle a los ordenadores. Por eso cuando me proponen usar herramientas como Klout no puedo sino descartar su uso. Estas herramientas fallan; fallan mucho.

Y fallan porque la realidad es que cartografiar una red exige una aproximación verdadera a esa red, a sus miembros, a sus intereses y sus motivos. No podemos quedarnos en las tablas, sino que esta labor nos exige conocer mejor a las personas que hay dentro para poder priorizar unos factores sobre otros, para destacar lo importante.

Esta labor es inevitablemente subjetiva, y dependerá de la visión del analista, de su punto de artesano (o artista, según prefieran verlo). Esa necesidad de aproximación se traduce en una inversión de tiempo que puede parecer una traba. Pero no es así, pues los analistas de redes se especializan precisamente en eso: bucear por las infinitas fuentes de datos disponibles públicamente para establecer vínculos entre pedazos desconectados de información, para destacar unos elementos sobre otros. Y la motivación ayuda: leer no sólo para aprender cómo funciona una red, sino al mismo tiempo para conocer más sobre los temas de conversación de esa red. El análisis de red tiene más de esa búsqueda incesante del nexo entre dos cosas que nos mostraban en Rubicon, de ese connect the dots, y menos de grafos fantásticos difícilmente escrutinables.

Antes de saber lo que sabemos, podíamos pensar que el análisis de red es mecánico o automatizable, pero ahora sabemos que no es así. La verdad está ahí afuera, eso es cierto. Pero no es fácilmente cuantificable y lo más importante es saber ponderarla.

Si la SitCen europea, que dispone de todos los medios técnicos, tiene más analistas que agentes secretos tradicionales al estilo James Bond (cabe preguntarse si James Bond es el agente secreto tradicional) y no puede prescindir de personal especializado en análisis de redes, ¿vamos a decir que nosotros tenemos mejores algoritmos y/o mayor capacidad de cálculo? El trabajo mecánico es para las máquinas, y el análisis de red, aunque no está exento de protocolos y no tendría éxito sin ellos, continúa siendo eminentemente manual. Añade buenos analistas de red a tu equipo.

Inteligencia y análisis de redes, en Cartograf

Este es uno de esos post de los que me siento especialmente orgulloso. Como el lector avezado ya habrá notado, hace un par de meses dejé de formar parte de Las Indias, con ilusión y celebración de por medio. Sin embargo, ni comenté por qué ni, más importante, he dado mayores pistas de qué rumbo pensaba tomar ahora.

Cartograf, Inteligencia y análisis de redes

La primera cuestión seguirá como hasta ahora, me limitaré a añadir que en Las Indias guardo un cachito de mi corazón y que estoy convencido de que en el futuro seguiremos haciendo cosas juntos. Al segundo tema le ha llegado su momento y hoy queríamos presentaros Cartograf, nuestro nuevo proyecto de consultoría especializada en inteligencia y análisis de redes.

Nada inocentemente antes he usado el plural, queríamos y nuestro nuevo proyecto. Y es que Cartograf es una aventura en la que afortunadamente estoy muy bien arropado: el proyecto es tan mío como de Bianka Hajdu, y ya tenemos en marcha los primeros proyectos, sobre los que podrán ir leyendo novedades en el blog, a cuyo canal RSS os invito (y animo) a suscribiros.

Sin alargarme más, terminar diciendo que Cartograf es lo que somos quienes estamos en el proyecto, así que no es de extrañar que haya mucho software libre, muchas redes distribuidas en la eterna búsqueda por la libertad y un uso empoderador de las redes, para disfrutar aprendiendo y trabajando, la esencia del empoderamiento personal y comunitario en tiempos del hacker.

Y esto es todo, que este pretendía ser un post breve. Reitero mi invitación a visitar la web de Cartograf y bucear en su blog, que ya tiene una docena larga de posts, y espero que compartamos parte de este viaje emocionante que acabamos de comenzar. Al fin y al cabo, hay mucho por explorar y, digan lo que digan, no hay mapas para estos territorios.

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