Es la infraestructura, estúpidos

La comisión antimonopolios de los Estados Unidos abre investigación contra Twitter, dando cobertura a la reclamación de muchos programadores que afirman que «Twitter no permite la competencia».

Aquí no somos partidarios de usar Twitter, por ser un servicio centralizador y por el tipo de conversaciones que puede (y sobre todo por las conversaciones a las que da origen basado en sus limitaciones) albergar. No obstante, cabe preguntarse: ¿tienen razón los que reclaman contra Twitter por monopolio?

En mi opinión, para que eso sea cierto, Twitter debería estar impidiendo la aparición de una competencia, una serie de servicios similares al margen de ellos mismos. Eso no está sucediendo.

Jace, the Mind Sculptor
[Ilustración: Jace, el escultor de mentes, por Jason Chan; que seguro embaucó a los programadores lamentablemente vapuleados por Twitter.]

Por contra, tenemos a una serie de programadores que el día que hicieron la evaluación de fortalezas y debilidades de su proyecto no dieron importancia (posiblemente hasta les pareció cool) al hecho de construir el mismo sobre la infraestructura de otro. Pues ahora ese otro, que hace una inversión enorme en infraestructura, la quiere amortizar. Y ¿alentar la aparición de un ecosistema en su entorno para luego canibalizarlo no es jugar sucio? Pues quizá, pero que nadie diga que no lo sabía y, en todo caso, la discusión es otra. Participas y contribuyes al negocio de otro, en sus máquinas, con sus servicios y sus APIs. Te generas a ti mismo una situación de dependencia frente a tu proveedor, que éste hace valer y rendir económicamente a su favor en cuanto puede… y entonces lo denuncias por monopolio. Qué morro, ¿no?

No deja de llamar mi atención la facilidad con la que en todas partes se tiende a reclamar por la fuerza el éxito (ya sea vital o empresarial) que los propios errores hacen inviable; la capacidad que tienen algunos para presentarse a sí mismos como víctimas de un fenómeno sobrenatural y malévolo cuando todo el daño se lo hicieron ellos mismos. Y esa peligrosa realidad parece ser una constante universal, pues se cumple desde los ángelitos «afectados por la hipoteca» (como si no la hubieran firmado por propia voluntad) a los pobrecitos «programadores oprimidos por los todopoderosos» (como si alguien les hubiera obligado a construir su negocio sobre la infraestructura de otro, con todas las debilidades que ello implica). Eso sí, luego la salida es común: que me den por la cara lo que no supe ganar y no me merezco. Cuánta cara dura.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

12 comentarios

  1. Por añadir algo de información. En «Salvar las cajas o recuperar el crédito»[1], José Cosín indica que en España no se hicieron hipotecas sino «préstamos personales con garantía hipotecaria» y señala a los notarios como complices de engaño junto a las entidades financieras.

    Me suena a Estándares ¿Abiertos? (Ilegibles en inimplementables) como los del caso MS y sus DOCX.

    Un saludo

    [1] http://www.totalabogados.es/blog

    1. A ver, podemos jugar a darle nombres. Yo apuesto por frente popular de judea, que el frente judaico popular está lleno de traidores :P

      Ibas al banco, pedías dinero para comprar una casa, a sabiendas de que no lo podías pagar, te lo daban, te lo gastabas, y ahora lo tienes que devolver.

      ¿Que devolviendo la casa no cancelas la deuda y ése es el matiz entre el frente judaico popular y el frente popular de judea? Pues mira, te daban mucha pasta que no tenías claro si ibas a poder devolver y te la gastaste en aquello para lo que lo pedías, y como las condiciones (la no cancelación) estaban claras, no creo que valga la analogía de los estándares abiertos.

      Sin entrar a evaluar que cada visita al notario me pareció siempre traumática :D

    2. Es lo mismo que sucede con la falsa limitación de responsabilidad de las sociedades mercantiles: todos los prestamos a las pymes y micropymes se hacen con garantías personales de los dueños. Se evitan muchas golferías, está claro, pero es obvio que el crédito a los pequeños está vinculado a su persona pase lo que pase y no a lo que se financia y sus flujos de caja y valores residuales.

  2. ¿Es tan simple? Los que pidieron la hipoteca eran conscientes del enbolao en el que se metían por lo que son responsables de sus consecuencias. Es lo que tiene fiarse de las entidades financieras. Y en esta vida sólo puedes equivocarte una vez. Oh, esto no funcionan para las entidades financieras o con los grandes. Están los estados para salvarlas. ¡WTF!

    Creo que aquí hay un asunto de diferencia de escala. No son comparables los errores de una persona con las de una corporación muchimillonaria. SI debes miles de euros tienes un problema, si debes cientos de millones de euros tiene un problema a quién se lo debes. Por lo que le pasamos la deuda a lo público y que siga la fiesta.

    Es un factor que creo que deberíamos tener en cuenta y cómo los mecanismos del mercado o del control político pueden bregar con esta circunstancia.

    Un saludo

    1. No creo que el victimismo nos conduzca a ninguna parte.

      Los que firmaban hipotecas lo hacían de forma voluntaria y se creían los reyes del mambo («esto se revaloriza y yo lo voy pagando») por tener casa en propiedad. Me recuerdan a los que se jactaban de su magnífica inversión en sellos. Así que no, escurrir el bulto y echar la culpa a la otra parte no es aceptable.

      Sobre escalas, pues… más cantidad debida es mayor problema, así en general. Pero no creo que el rol que desempeñas cambie la importancia del hecho: por cada deudor hay un acreedor. Si a mí me debe alguien siquiera 2.000 euros ya me está creando un problema, porque no me sobran. Así que no, cuando debes una cantidad pequeña hay dos personas, y no sólo el endeudado, que tienen un problema.

      Pero vamos, que no hablamos de deuda. A mí que se dé dinero a fondo perdido a los bancos me parece terrible. Como me parece terrible que se dé dinero a fondo perdido a tantos otros negocios, a menudo chiringuitos montados ad hoc para recibir ese dinero. No juzgamos los rescates ni que se pague el desastre de unos (firmantes de hipotecas y prestamistas de dinero) con el dinero de todos. El asunto es que la imprudencia y la banalidad con la que los programadores de clientes de twitter afrontan su negocio y la cara dura con la que piden que les solucionen sus errores me recordó a la banalidad y la cara dura con la que aquí piden ahora que afrontemos, entre todos, el pago de las decisiones tomadas por unos pocos. Ni hablar :)

      1. En definitiva es lo que decimos siempre y que de modo subyacente observadores con cierta capacidad (incluso de los llamados business angels) dicen: no montes tu negocio sobre la base de la API de otro. Lo terrible es que los guruses saludan este tipo de servicios sin ningún tipo de reparo crítico para los usuarios y quienes quieren vivir de ello: se adopta una estética cibermilitante o ciberguai para, en realidad, realizar discursos de consultores de marketing al servicio de la publicidad y las ventas tradicionales: comunicación de masas filtrada. Es más, se desprecia a quien conserva su mundo propio como un desnortado que no sabe lo que quieren los consumidores. Ju. Sólo mis posts dedicados a mi parte comercial se enlazan desde las «redes sociales». Básicamente porque tienen su público por allí y en el que entra directo. Quien quiera conocer el resto de mi identidad, puede hacerlo si indaga… y llegará a todo lo que hago que no tiene reflejo en las «redes sociales». Si twitter muere o se capa, no sólo mis espacios estarán a salvo, sino que probablemente seguiré teniendo relación con los mismos aunque todos se cambien de bar: cuando se hace saber este elemento se ponen más nerviosos y acelera el discurso de «adaptación al consumidor». Así que, aquello de la publicidad del alcohol: por un uso responsable.

        1. Es la renuncia a la responsabilidad personal con la confianza de que luego exigiremos todo lo que no quisimos hacer el esfuerzo de conquistar. Pero claro, es que eres «tan del año 2000»…

  3. Coincido con Versus.
    Si se pretende llegar a alguna parte lo mínimo que deben hacer los actores en el juego es asumir las responsabilidades de los actos propios.
    ¿Que la banca está en una posición de poder y muchas de las reglas lógicas no les afectan? Cierto. Pero creo que sería nefasto que ello sirviera para justificar la propagación de la postura infantil «A mí me han engañado».

    Porque del «A mí me han engañado» se pasa a él «Yo no soy responsable de mis actos», y a relegar todos nuestros fracasos en un «ellos» etéreo y abstracto.

    Creo en la Libertad Individual, y esta se debe basar necesariamente en la Responsabilidad Individual. Si no, todo se va al garete. Lo que no cuela, y nunca podrá colar es la pose del «Si gano, bien, y si pierdo, que os jodan, y devolvedme mi dinero»…

    1. Lo clavaste: es responsabilidad personal. Si argumentamos que somos adultos para lo que nos conviene, también debemos ser capaces de argumentar que somos adultos para lo que no nos conviene.

      En el fondo no es pedir tanto, pero parece un reto conseguir que dejen de pedirnos a todos que nos hagamos cargo de la temeridad de unos pocos que no quisieron atender a su sentido de la responsabilidad :)

      Saludos!

  4. Cuantas más cosas aprendo, más coincido con vosotros… ¡Hay que ver!
    En definitiva: que tienes razón, Versus :)

Los comentarios están cerrados.

Este blog usa cookies para su funcionamiento.    Más información
Privacidad