La noticia de la semana es la propuesta de reforma del Código Penal para aumentar las penas por violación de propiedad intelectual hasta los 6 años de cárcel, así como para ampliar el tipo de actos que son entendidas como tal. Si no se enteraron de nada o viven bajo una burbuja, hay un buen resumen en 20 minutos, al que llego desde el blog de Javier Prenafeta. David Maeztu también comentó el tema.
Se trata de una reforma atroz, bárbara, que debería espolear a todos los que alguna vez hicimos campaña por la cultura libre. Ya saben que la única forma de superar toda limitación legal consiste en licenciar todo lo que creemos bajo licencia libre (y a poder ser robusta).
Ante la criminalización del enlace, lo primero que pensé es que el viejo pasaje incluido por David Bravo en Copia este libro y convertido posteriormente en meme necesita ser puesto al día. Si sigue circulando por cadenas de correo como el bulo de que cierran Hotmail, va a parecer que la ley española es infinitamente menos cruel de lo que en realidad está siendo y, sobre todo, va a ser.
Pero más aún, ante la ampliación de los supuestos que constituyen «facilitar el acceso a una obra» en delito de propiedad intelectual me pregunto: ¿qué sucede si les recomiendo mi libro preferido y ustedes no lo conocen? ¿Cuenta eso como facilitar el acceso a una obra? Si ustedes mañana tienen acceso a ese libro que yo les recomiende hoy, ¿podrá un juez estudiando la ley encontrarme culpable de «facilitar el acceso» a una obra protegida? Piensen en ello porque, seamos sinceros, no puedes estar interesado, ni empezar a buscar, un libro que no sabes que existe y al descubrir su existencia a otras personas hacemos más que nadie para facilitar que otros obtengan esa obra, sin que podamos controlar la vía.
¿Suena absurdo culpar las recomendaciones de libros? Bien, suena absurdo porque es absurdo. Y eso es lo que propone la reforma que se plantea.