Leyes antiterroristas para espiar a familias

En Reino Unido, las leyes antiterroristas se han utilizado para espiar a una familia que era sospechosa de haber mentido en un formulario municipal (Independent). Es lo que sucede cuando se ceden libertades para espiar terroristas por encima de todo límite democrático, que pronto se espía no sólo a terroristas sobrepasando todo límite democrático.

Esta familia ha sido espiada porque alguien sospechaba que habían mentido en su dirección postal, para así conseguir que su hijo accediera a una escuela diferente. Un peligrosísimo acto merecedor de una respuesta enérgica por parte de las fuerzas de seguridad e inteligencia del estado, por eso los han tratado como a un Mohammed Atta cualquiera y le han espiado con toda la fuerza que permite la ley antiterrorista británica aprobada durante la guerra contra el terror; esa guerra que ahora nunca existió.

Porque el gobierno británico dice que la guerra nunca existió, y quizá tiene razón. Porque si estas «medidas excepcionales» hubieran sido aprobadas como parte de esa guerra a la que, verbalmente, ya pusieron fin, éstas habrían desaparecido. La persistencia de estos controles lesivos para nuestros derechos demuestra otra cosa: el enemigo estaba dentro.

Plausible

Esto es un apunte muy corto. Un apunte propio del talibán lingüistico que vive en mí (y que ya una vez salió en defensa de nuestras «comillas») y se centra en el uso, abuso, y maltrato de una palabra concreta de los cientos que se incluyen en ese tochazo ilegible que llamamos Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

La palabra es plausible
y según la RAE tiene dos acepciones válidas:

plausible.
(Del lat. plausib?lis).

1. adj. Digno o merecedor de aplauso.
2. adj. Atendible, admisible, recomendable. Hubo para ello motivos plausibles.

Hasta aquí todo bien, ¿dónde está el problema? En la cada vez más frecuente confusión de esta palabra con el aburrido y común vocablo utilizado para indicar la existencia de una posibilidad de que algo puede estar sucediendo, sin que sea necesariamente cierto: posible (entenderán que no copie las acepciones de esta palabra).

Sé que a todos nos gusta cambiar las palabras que utilizamos para no repetirnos, y porque usar 3 veces en un mismo párrafo la misma palabra nos acerca demasiado a la generación que ha crecido viendo a Potxolo y que en apenas 10 años dominará el mundo (por atroz que parezca). Por estética, porque queremos demostrar que somos titulados superiores, por el simple gozo de escribir una anotación con algo más del vocabulario base de un sms. Hay cientos de motivos.

Todo eso es plausible (ojo, aquí si está bien usada) y yo lo alabo pero, por favor, dejen de aplaudir y alabar meras posibilidades.

*** Pequeña aclaración:
Como me decían de pequeño: se dice el pecado pero no el pecador. Eso sí, son al menos dos de mis blogs (y bloggers) preferidos a los que he pillado en el mismo gazapo en los últimos días. Son gente listísima (mucho más que yo), y me da coraje que cometan pequeños errores como éste pudiendo ser un poco más perfectos. Escribo este post en la esperanza egoísta de que alguien corrija alguno de mis gazapos (cada día dejo varios), siquiera usado este mismo mecanismo anónimo para no avergonzarme en público.

Análisis de tráfico web, otro monopolio de Google

GoogleReconozco que estos días estoy hablando bastante de Google, otrora buscador hoy omnipresente donde quiera que pises. No es sólo que siga pensando que la red corre el peligro de perderse en la nube de sus servidores, es que siguen aflorando monopolios consecuencias de movimientos que hizo hace ya 2 o 3 años, y eso me hace pensar que todos sus últimos movimientos pudieran acabar igual, haciendo que mis temores no sean tan descabellados.

Google tiene un monopolio sobre los sistemas de monitorización de tráfico web. No es sólo que el viejo Netstat o Sitemeter den una información mucho más pobre, la adquisición de Urchin por parte de Google hace unos años desembocó en al aparición de Google Analytics -que en su día aplaudimos– y en un maremoto que arrasó a los pequeños competidores de ese sector; lo mismo que GMail arrasó a los pequeños proveedores de webmail y si hace 5 años había decenas de opciones para crear una cuenta (aunque fuera de aquellas de buzón pequeño) ahora sólo quedan 3 (pronto 2). Todos perdonamos que abriera el correo a cambio de aquel buzón y aquella interfaz cargada de ajax.

La versión 5 de Urchin costaba 800 dólares y la nueva versión costará 3000; casi un 400% más cara, lo cuenta David de Ugarte. ¿Por qué este abuso de repente? Porque Google sabe que ahora el que quiera usar un buen gestor de tráfico no tendrá más remedio que usar su Urchin. Puedes usar la versión gratuita y darle toda tu información de tráfico a Google o pasar por caja para no compartir tus datos. El precio de tus datos es de 3000 dólares, ¿tú decides? No. Los teóricos dirán que sí, que es elección tuya, en la práctica no hay elección: hay que tener un negocio muy gordo para pagar 3000 dólares; el resto de pequeños negocios (de los particulares no hablo, porque nadie se habría gastado 800 dólares para uso particular) que no podrán ni querrán hacer tamaño desembolso, ya puede ir rindiendo pleitesía (en forma de privacidad empresarial) a Google.

Contra Microsoft vivíamos mejor.

Universidad del Terror

Parece que la mercantilización de la lucha contra el terror sigue su curso. Si en Londres la sociedad bajo vigilancia avanza a ritmos agigantados, en EE.UU. lo último es potenciar los estudios superiores de Experto en seguridad nacional. Más de 200 facultades han creado estas titulaciones de Licenciado en Seguridad Nacional desde el 11-S, y otros tantos (unos 150) han creado titulaciones de Gestión de Emergencias. Lo leemos en Slate (via Schneier).

El gobierno estadounidense fomenta la creación de estas titulaciones y el mensaje está claro: creadlas que la gente se matriculará. Hay todo un mercado en expansión, pura continuación de la ley que prometía más subvenciones e inversión pública a las ciudades que demostraran sufrir un mayor riesgo de ataque terrorista. Esto solamente significa una cosa: se acerca una subida de tensión en la política del miedo. Y siguiendo el manual de esta política del miedo: aquellos con los miedos más grandes, serán los más poderosos.

Hay todo un sector en expansión, una pirámide de gente (y favores) medrando a costa de la política del miedo y sus consecuencias: una cultura de institucionalizar el terror y aprovecharlo económica y políticamente, para ayudarnos a desarrollar tolerancia a este modo de vida y a esta política de dominación. Como sucede con todas las pirámides económicas que dependen de un determinado factor, cuanto más crezca la pirámide de gente que vivan a costa del terror más difícil será deterer estas políticas (aún cuando estas políticas son precisamente lo que los terroristas desearían que se impusiera sobre nuestra sociedad).

Si no entienden de qué les hablo, revisen lo que ha sucedido aquí con la vivienda: millones de personas dependiendo del negocio, tanto que era más fácil huir hacia adelante invirtiendo más y más que cambiar el sistema económico e invertir en ámbitos sostenibles. En estos momentos, éste es sin duda alguna un problema al alza. Primero la ciudad más amenazada recibe más dinero. Ahora la Universidad que cree una titulación de este tipo encontrará una fuente de ingresos allí donde no había nada. ¿Se opondrán a estos mensajes del miedo dichas universidades? Veladamente, como mucho, porque si les están garantizando un buen montón de ingresos no se atreverán a levantar la voz.

Conviene recordar que cuando uno educa martillos, todo lo que esos martillos verán será clavos, y todo lo que vean lo tratarán como tratarían a un clavo (que es lo que fueron enseñados a tratar). Y en un país donde los derechos se erosionan con la excusa del terrorismo, lo último que se necesita son expertos titulados universitarios especializados en buscar terroristas y únicamente terroristas.

El p4p y la neutralidad de la red

Cada vez que me prometen que, con la misma infraestructura, se conseguirá una internet mucho más rápida me echo a temblar. Pienso que un rediseño de la red podría dañar seriamente su carácter distribuido, libre y, en definitiva, lo que la hace grande. Con el p4p no fue una excepción, pero no me paré a buscar dónde podría estar la trampa. Antonio Ortiz nos lo explica: el p4p funciona optimizando conexiones entre usuarios geográficamente cercanos, si Telefónica puede priorizar sus conexiones toda la neutralidad de la red se va al carajo. ¿Cómo garantizamos que no bloquean otras conexiones por otros motivos? Con el p4p tendrían excusa legal.

¿Cuánto pagarías por la libertad?

«Google ofrece subsidiar nuestra infraestructura web aún más de lo que ya lo está haciendo con Gmail, Blogger and iGoogle gadgets. Así, si escogemos albergar nuestros propios servicios tenemos que pagar por la flexibilidad y el control que eso nos da, así como tendremos que tratar con los problemas de escalabilidad y seguridad que Google cuidaría por nosotros. En este contexto, ¿Cuánto pagarías por esa libertad?»

– Tim Anderson, Reg Developer

Más voces matizan los peligros subyacentes en el Google App Engine si Google consigue su propósito y una buena porción del mercado con su nuevo servicio. Me llama la atención que ponga el acento en el hecho de que Google se ofrece a ser el dueño y señor de toda la infraestructura de la red. En unos años, podría no ser tan increíble.

[Nota: las negritas en la cita son mías]

¿Cuánto vale tu privacidad? Las aseguradoras y el mercado para limones

¿Cuánto vale tu privacidad? Esta pregunta no es baladí. Mapfre ha puesto precio a la privacidad de sus asegurados: exactamente la valoran en (como máximo) el 60% del precio de la póliza del seguro del coche, a cambio de estar vigilados siempre que te metas en el coche (20minutos).

Por supuesto, el que se crea que aceptando estas condiciones va a ahorrar dinero es que no tiene ni idea de cómo funciona el mercado de las aseguradoras, un sistema de información asimétrica cuya descripción en 1970 le valió a George Akerlof años más tarde (en 2001) el premio Nobel de economía.

La teoría de George Akerlof se conoce también como la teoría del mercado para limones y funciona así: la compañía recopila sobre las personas tanta información como pueden, para poder catalogarlas acertadamente como casos de alto riesgo (limones) o de bajo riesgo (melocotones). Si resulta que eres un caso de alto riesgo lo tienes crudo, no te va a asegurar ni cristo.

La mejor situación para los asegurados es aquella en la que la aseguradora no puede determinar si eres de alto riesgo o de bajo riesgo (podrías ser de bajo riesgo para un seguro de coches, porque conduces reposadamente, pero de alto riesgo para un seguro médico, porque tienes asma desde que naciste; te conviene por tanto que la compañía no conozca ni tus virtudes ni tus defectos). Pues Mapfre quiere conocer mejor a sus clientes, para discriminarlos mejor, y sólo ofrece (y sólo a los buenos, porque a los otros no les renovarán cuando concluya la póliza) un máximo del 60% de la cuota. Y encima te vigilarán, mediante GPS, todas y cada una de las veces que te subas al coche.

¿Cuánto vale tu privacidad?

*** Bola extra: lo preocupante del mercado de limones es que los estados quieren aplicar este mismo criterio, cuando dicen que los obesos deben pagar más impuestos o que tal o cual perfil de ciudadano debe pagar más sanidad, están aplicando exactamente los mismos principios. Manda cojones que esos estados estén sostenidos con nuestros impuestos, ¿no creen?

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