No eres el usuario, eres el producto

Dice Don Norman, autor de The Design of Everyday Things, citado en GigaOM, que:

Most people would say «we’re the users, and the product is advertising», but in fact the advertisers are the users and you are the product.

Decíamos hace tres años en La vida privada como producto (y lo incluimos en La sociedad de control) que:

la historia del capitalismo indica que toda nueva revolución comercial se ha cimentado convirtiendo en productos industriales producidos y comercializados en serie y de forma masiva objetos que hasta ese momento eran fabricados de forma artesanal. Así sucedió con la revolución textil en Flandes y con la invención de los transportes masivos de pasajeros (sobre todo el ferrocarril) en la Inglaterra del siglo XIX. Henry Ford convirtió, a su vez, el transporte individual en producto industrial fabricado en serie y, más tarde, la industria de los electrodomésticos nos creó la necesidad de toda clase de pequeños aparatos que hacían las tareas que anteriormente se hacían a mano. Por último (hasta ahora), la industria del entretenimiento hizo de nuestro tiempo libre un objeto de negocio.

Tal como están las cosas, la próxima revolución comercial no podría más que convertir en objeto de mercadeo lo único que aún no ha sido invadido: nuestra vida privada.

No pasa nada, ya lo sabemos. Tomar nota no nos hace ni mejores ni peores. Se trata, tan sólo, de ser conscientes de ello. Quizá exigiríamos a ciertos servicios una recompensa mucho mayor de la que ofrecen a cambio de todos nuestros datos. O quizá más personas buscarían alternativas.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

6 comentarios

  1. Me se de uno que todavía está esperando a la versión LaTeX de este libro para poder leerlo en un lector elecrónico apropiadamente… (siento ser pesado con esto)…

    1. Uf, ¿sabes que el otro día lo estuve revisando? Pensé que lo que va a venir muy, muy pronto va a ser un ePub.

      El nuevo manuscrito (al igual que en su día La neutralidad) vienen en formato LaTeX de fábrica, y será menos complicado…

      ¿El ePub de La sociedad te serviría?

      1. Si, claro. Con que sea un formato que se adapte bien a cualquier tamaño de pantalla me vale, y el ePub es, más o menos HTML (XHTML).

        Muchas gracias!!!

  2. Muy acertado lo que dices en el tu autocita, pero con lo que no estoy de acuerdo es con lo de que “no pasa nada, no es ni mejor ni peor”.

    Sí que pasa: perdemos algo muy importante, porque convertir en objeto de mercadeo nuestra vida privada la destruye (en cuanto vida privada: la convierte en otra cosa). Igual que perdimos algo importante con la comercialización del tiempo libre, porque no se trataba sólo de entretener tardes aburridas, sino de, a largo plazo, de aculturarnos…

    1. Me encanta que alguien no me haya cogido el trapo.

      Efectivamente sí pasa, y no podría estar más de acuerdo. Nuestra vida privada nos hace un gran servicio: mantenerla privada es a la vez lo que nos otorga sitios en los que refugiarnos (siquiera sean «sitios inmateriales») y lo que nos defiende de una sobreexposición que nunca es deseable (quieres mucho a tu familia, lo cual no te impide cerrar la puerta del baño –ni pedirles que la cierren– cuando lo utilizas; imagina lo que sería estar obligado a ver en el baño a cualquiera que no conoces).

      Dicho lo cual, lo que no puedo es ir como un hada madrina diciéndole a los demás qué deben hacer con su vida privada… aunque yo tenga muy claro qué no haría con la mía ;)

      Gracias por tu comentario :)

  3. Pingback: http://bitacora.jomra.es/2012/08/pensamientos/educacion-nativos-digitales/.

    … y los usos de las «redes sociales», y esto olvidando que usan servicios para los que no tienen edad siquiera), y por supuesto, les impresiona cuando se les comenta que ellos no son el cliente, son el producto, y esto último debería ser lo primero que un «nativo digital» debe aprender, a manejarse en esa jungla donde a veces él es un cliente (modelo de pago o el intermedio, el dichoso fremium), donde …

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