Economía de la atención

«En la biblioteca de Alejandría, lo valioso son los ojos que te miran».
Pepe Cervera

La economía de la atención es el nombre que Michael Goldhaber dio a la economía que se genera en torno al sistema de producción y reparto distribuido de Internet.

La red

Estamos en una red que aumenta de tamaño día a día. Sólo la web posee cientos de millones de páginas, y están tán cerca (o tan lejos) como un clic de ratón.

El correo electrónico es, por méritos propios, la herramienta de comunicación personal más importante de nuestro tiempo. Cada día se envían millones de correos y la mayoría (no solicitados) llegan a nuestro buzón con el único fin de capturar nuestra atención unos segundos: Conseguir ser vistos.

Evidentemente, que cualquiera de nosotros visite una web en vez de otra, lea un correo o no lo lea, o (fuera de la red), ver un anuncio, prestar oído a un eslogan o no, tiene que valer mucho. ¿Pero cuánto?

Ya hay sitios web que pagan porque visites ciertas páginas, y casi todos los servicios en internet (por ejemplo, correo electrónico) son gratuitos, a cambio de pasarte publicidad embebida al usarlos.

La atención humana como valor de referencia

La economía de la atención es el nombre que a este sistema económico dio Michael Goldhaber. Lo que más valioso resulta hoy día es ese acto consistente en atender, es decir (y según el Diccionario de la Academia): «Aplicar voluntariamente el entendimiento a un objeto espiritual o sensible». No el hecho de descargar páginas, películas o música, ni el hecho de acumular centenares de cd’s con información, sino el hecho en sí de prestarles voluntariamente nuestra atención a esa información: Leer un texto, entenderlo; oír música y pensar en la letra; dedicar dos horas a ver una película; abrir un correo electrónico basura.

De este modo, la atención se convierte en un bien preciado, por lo escaso y, sobre todo, por lo decreciente: mientras los ordenadores, la velocidad de proceso y de conexión a la red son cada vez más abundantes y la web más grande, el número de humanos disponibles para prestar atención permanece constante (y el cociente Nº de Fuentes/Observadores disminuye). Más páginas webs, más creación artística, más opiniones expuestas; pero hay algo que no varía, algo que comparativamente decrece: nuestro tiempo y, sobre todo, la cuota de nuestro tiempo a repartir entre esa marea oceánica de información.

Nuestro tiempo es escaso, el tiempo que podemos destinar a atender a nuestras cosas decrece convirtiéndose en un bien valioso. Algo por lo que todos querrán pelear, generando escasez, queriendo ser ese punto al cual dediquemos nuestros cinco minutos de atención diarios.

Por supuesto, como todos recurso escaso, la atención humana está generando una economía a su alrededor. Esta economía es la economía natural de la red. La economía de la atención, que llamó Goldhaber, o más apropiadamente attention economy, que es como él la denominó en inglés.

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Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.
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