El Museo de los Horrores

Ésta no tiene nada que ver con la privacidad, pero me ha interesado porque es una pequeña manía personal: Me fijo irritan mucho las patadas que día a día le damos al diccionario.

El Centro Virtual Cervantes ha publicado su particular Museo de los Horrores con los errores más comunes en el uso del castellano. Es bastante curioso y está escrito a partir de los comentarios que la gente ha ido dejando con los errores que más los irritan.

Pasen y lean: El Museo de los Horrores, y asegúrense de llevar ajos y crucifijos, nunca sabe uno qué se puede encontrar ahí dentro.

Todos los servicios de Google

Estaba yo haciendo un pequeño html que me sirviera de miniguía para todos los servicios de Google, ya se pueden imaginar para qué: Tienen tantos que es imposible seguirles la pista y la verdad es que uso varios de ellos. Luego me quejo de que tienen un PDM pero ahí estoy yo usando sus productos…

Todo eso porque en la página esa en castellano que aparece cuando le das a «más» tiene solo unas pocas cosas… Pero sorpresas, descubrí que la versión en inglés es completísima… Así que para suerte mía no tengo que hacer nada: Ya está hecho. La dirección en concreto es http://www.google.com/intl/en/options/.

Ahora ya saben, si usan muchos servicios de google y también andan algo despistados… a meter eso en sus marcadores o en su del.icio.us o en lo que quiera que sea que usen para guardar las direcciones que les interesan.

Esto es todo por hoy. Mañana vuelta al curro, dicen que nadie necesita más un descanso que el que acaba de tenerlo… Sólo han sido 4 días pero qué rápido se acostumbra uno…

Opentopia: El ojo que todo lo ve

Otra ración de videocámaras. Esta vez nos detenemos en Opentopia, una web que se dedica a recopilar lo que están viendo en cada momento multitud de cámaras de seguridad y webcams por todo el mundo. Ellos mismos explican que la mayoría de esas cámaras no están pensadas para su visionado público (cámaras de seguridad en empresas privadas o en lugares semipúblicos), pero, evidentemente, lo son.

Estas cámaras están dotadas de ip propia y envían un stream de datos continuo, el cual es recogido y actualizado cada tres horas en Opentopia. El primer fotograma del video capturado es el thumbnail que podemos ver, pero haciendo click pasamos a ver el vídeo… Incluso advierten que los vídeos que están pasando pueden tener copyright, que pertenece al dueño de la cámara, «quién quiera que sea» dicen textualmente.

Sorprendente, pero supongo que era cuestión de tiempo. Antes o después alguien tenía que hacer algo parecido.

Retención de Datos en EEUU

Podemos leer en News.com:

La explosiva idea de forzar a los ISP a registrar las actividades online de sus clientes para futuro acceso policial está ganando peso en las cúpulas del estado y en Washington

Nada que aquí no sepamos y no nos parezca equivocado. Como las penas van por barrios ahora, a esa magnífica Patriot Act que justificaron para la lucha contra el terrorismo y que recientemente prorrogaron (y seguirán prorrogando, me temo) tienen que unir ahora la intención de registrar TODO lo que hagas en internet. Chats, mails, posts en foros, en blogs… Muy bien. Es el gran hermano, por si no fuera bastante con los ojos mecánicos que comentábamos hace unos días.

INFO: La Retención de Datos no es la Solución

Vía: Menéame

Actualización 2006-04-16

Además de sus datos quieren nuestros datos. Visto en Kriptópolis

Jugada perfecta: Los espiados son europeos, las costas del almacenamiento corren a costa de esos mismos europeos, y los datos también son para los americanos… Espero que no lo hagan, espero que no lo hagan…

¡No Pasarán!

Porque la privacidad, nuestros derechos y nuestras libertades penden de decisiones políticas, pero no todos las idas y venidas políticas están relacionadas con eso.

Por todo eso ha nacido ¡No Pasarán!, un blog de opinión política que nace para que este blog no pierda el hilo que le da la vida.

Pero, sobre todo, el ser humano es un ser político, lo entienda éste o no. Lo quiera o no. Allí donde hay seres humanos hay política. Allí donde hay vida en sociedad y relaciones entre seres humanos hay política. Allí donde el ser humano va, la política también va.

Más en ¡No Pasarán!, pasen y lean

Ojos mecánicos, preparando un futuro mejor

Tradicionalmente ha existido un grupo de personas que han tenido la posibilidad de ejecutar la ley, de ser la ley (y la fuerza) o de hacerla cumplir. El método siempre sirvió para mantener un cierto orden social, al menos mientras para delinquir había que salir de casa (nótese que para esas personas delinquir no es un concepto limitado tan sólo a actos de cruda vileza como robarle el bolso a una anciana, sino que englobaría llevar a cabo cualquier acción destinada a recortar ese poder y, sobre todo, el abuso que se hace del mismo).

En un mundo como el actual, en el que podemos organizar concentraciones para pedir la verdad, para denunciar nuestra postura ante una guerra injusta e incluso, oigan, para emborracharnos desde la más cómoda de las inmovilidades que es paradójicamente esa que llamamos teléfono móvil, tener un cuerpo de vigilantes del orden capaz de mantenernos a todos dentro del círculo de tiza que separa lo legal de lo ilegal se presenta como una versión difícil de lo que vendría a ser la construcción de una pirámide. Más que nada porque no hay vigilantes suficientes. Y es que digamos que en un mundo de caníbales no hay carne suficiente para todos. Así mismo, cuando todos debemos estar vigilados no hay ojos para vigilarnos a todos. Ahí es donde los ojos mecánicos cobran una importancia sorprendente. Cuando no hay hay ojos disponibles para observarlo todo hay que crearlos; crear un ejército de clones que vigile por su seguridad, a nuestros queridos ciudadanos. Ya los hay a miles, yo les tiro besos cuando me los cruzo en los aeropuertos y en el metro, también en el banco, en el restaurante y en la delegación de gobierno, son algo bobos y ellos no lo entienden; y yo no tiro besos a ingenios mecánicos, no me malinterpreten, se los lanzo en realidad al que hizo instalar la cámara. Un gesto de cariño a nuestro gran hermano.

Por eso, ahora que para comprar las entradas del cine primero abrimos el navegador, ahora que para que sepan que existimos la única prueba que les vale es que compremos, ahora que para planear un viaje primero buscamos en Google y que para citarnos con un amigo y salir a cenar abrimos un programa de mensajería instantánea quizá ha llegado el momento de entender que el concepto de vigilante ya no es el que fue. Hay que comenzar a entender que cuando aprueban el registro de nuestros datos de telecomunicaciones o el DNI electrónico, cuando siembran de videocámaras los jardines de asfalto y los árboles de ladrillo de nuestras ciudades, en realidad lo que están haciendo es plantar las bases de un futuro mejor.

¿Mejor?

Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros…

«No teníamos alternativa, las leyes chinas prohíben cierto tipo de información. Tomamos la decisión de seguir adelante e implementar los filtros censores porque tenemos que cumplir con las leyes locales y es con ese espíritu con el que hemos entrado en el mercado chino con la intención de servir a los usuarios finales»

Eric Schmidt, CEO de Google, en referencia a los filtros que emplea su compañía para censurar los resultados que muestran a los usuarios de Google en China. Cuántas mentiras juntas en tan pocas frases, el gobierno chino pretende impedir que sus ciudadanos puedan acceder a todas las webs que ofrezcan información sobre las reclamaciones por un Tibet Libre, Taiwan o que hablen de ese mal endémico que algunos quieren importar de occidente: Democracia. Y google colaborando, y justificando lo injustificable.

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