La Internet post-Timeline

Estas semanas han sido muy intensas de trabajo, razón por la que un par de reflexiones se han retrasado en su maduración y han ido a ver la luz, casualmente, casi al mismo tiempo. En una me pregunto si tiene sentido implantar «redes sociales» de empresa tipo Socialcast o Yammer. Y el resultado es escéptico y más favorable a herramientas que faciliten el desarrollo de discusiones productivas que permitan generar ideas y extraer conocimiento.

En la otra doy un repaso a la Internet actual y los proyectos y modelos más interesantes que encontramos en ella. El resultado es una análisis a 4 fenómenos y proyectos diferentes, todos ellos nacidos en (o después) del apogeo de Twitter y Facebook y esa serie de servicios surgidos como parte del 2.0 tardío y que terminó por destruir el espíritu original de los pioneros del.icio.us o Flickr.

En realidad, lo que tienen en común esos 4 fenómenos/herramientas tan de moda actualmente es que encarnan entre todos la faceta más interesante de la Internet actual, capaz de mezclar la web con otro tipo de comunicaciones y salir al mundo real. Lo que tienen en común es que la generación de herramientas más interesante de la Internet actual es ya hija de la anterior generación, que impuso el Timeline y la lógica del «me gusta». Pero no compran el mismo discurso. Aprovechan los elementos de ludificación, ponen por delante la inquietud de las personas para generar sentido a su día a día y a sus conversaciones… y rechaza el Timeline.

Y eso es una buena noticia: mala hierba nunca muere y cuando las herramientas tipo timeline canalizan la comunicación de masas con total descaro, surge toda una nueva generación de herramientas nacida del innato deseo de las personas para comunicarse no sólo más, sino también mejor. Frente a los agoreros que predican el fin del mundo, sigue habiendo motivos para pensar en positivo: ya está aquí la Internet post-Timeline. Y para los que creemos en el sano debate en la Red porque aprendimos a disfrutar con aquellas conversaciones infinitas en el IRC, y aquellas discusiones entre blogs, promete ser apasionante.

Sí, Virginia… en el futuro sólo habra timelines

Yes, Virginia... there is a Santa Claus
[Imagen: recorte de prensa de la respuesta del editor del The New York Sun a Virginia O’Hanlon, niña que a sus 8 años quiso saber si era cierto que no existía Santa Claus.]

El 21 de septiembre de 1897 se publicó en el The Sun (el de Nueva York) una de esas piezas que trascienden al tiempo y cuya memoria llega hasta nuestros días. Los compañeros de colegio de Virginia O’Hanlon, a sus 8 años, le dijeron que no había un Santa Claus; para que nos entendamos, «los reyes son los padres». Cuando ella preguntó a su padre, éste tirando de puro argumento de autoridad frente a una niña incapaz de medir la magnitud del invento le responde «si lo ves en el The Sun es que es verdad, ¿no es así?». Y el resto, es una de las historias más conocidas de la historia de los medios de masas (y también una historia de manipulación, aunque por tema y contexto la historia nos suene casi tierna). Pueden leer la editorial completa (en inglés) en el Museo de las noticias.

Se estarán preguntando a santo de qué traigo hoy esta historia. Pues no me demoro más, y es que parece que de un tiempo a esta parte todo lo que no sea un «muro», o timeline no tiene futuro. Si te crees lo que dicen en los medios, y si te crees lo que dicen los… heavy users de servicios-cuya-experiencia-gira-en-torno-al-timeline (por ej. Twitter) todo lo que no sea eso ha quedado antiguo, ajado. Viejo. Y, sin embargo, piénsenlo bien: más allá de Facebook y Twitter y sus epígonos (a los que van comprando, como en el caso de Instagram), los proyectos más interesantes de la Internet actual son de otro tipo más comunitario, más deliberativo… y no tienen timeline.

Cuatro casos relevantes de proyectos actuales que no usan la metáfora timeline

Y es que los ejemplos, últimamente, abundan: no es sólo que el fenómeno de la financiación colectiva haya dado origen a empresas como Kickstarter, sin duda de las más interesantes actualmente en Internet. Es que el fenómeno en sí, por lo que tiene de compromiso, de pre-compra y de inversión en proyectos que están por hacer tiene un aspecto clave: lo más complicado es armar comunidad entre quien pide financiación y quién la da, así como masa crítica en torno al sitio (en sí, una comunidad que puede desarrollar su propia motivación y/o agruparse en torno a intereses, como sucede con Goteo). Ningún sitio de crowd funding tiene timeline.

Pero continuemos avanzando: MOOC es el acrónimo de moda. Formación online, masiva, de alto nivel. Muchas veces gratuita, promete transformar cómo aprendemos tanto personas y empresas, aunque seguramente haya que moderar las espectativas. Udacity, Coursera, o el más reciente edX del MIT pretenden convertirse en ese sitio de referencia para la nueva formación de alto nivel, ofreciendo no tanto titulaciones al uso como asignaturas sueltas. Y… ninguna de ellas tiene timeline.

Luego tenemos a mi preferida: Stack Exchange. ¿Tienes un problema con el ordenador? No pasa nada, Stack Overflow es tu amigo. Pero bueno, también es tu amigo si tienes un problema con el inglés, o buscas información sobre juegos de rol. Parece que, después de todo es un caramelo de proyecto capaz de emplear a 70 personas y modernizar el concepto de foro que tanto ha hecho para favorecer las discusiones y la generación de debates en Internet. Eso sí, los foros de Stack Exchange sí que tienen un timeline. ¿No te lo has creído, verdad? Porque claro que no, inocente, que tampoco tienen timeline.

Y si os parece que exagero al comentar que Stack Exchange hace una de las propuestas más interesantes del momento (ya he dicho que es uno de mis proyectos preferidos), ayer Jeff Atwood hacía público se presentó Discourse, un nuevo software libre para foros recibido con gran júbilo evidentemente inspirado en Stack Exchange y… aunque nadie parece mencionarlo, en Google Wave (ahora conocido como Apache Wave). Por cierto que Discourse ha sido liberado con licencia GPL v2, apuntalando una de las conclusiones que extrajimos en el reciente white paper sobre el estado del software libre en 2013 que publicamos en Cartograf. Huelga decir que no, Discourse tampoco tiene timeline.

No, Virginia… there is no Santa Claus

Dice Gonzalo Martín que hay que matar al timeline. No creo que sea necesario. El dospuntocerismo tardío ayudó a muchos a descubrir el modo en que concentrar atención y monetizarla. Eso no se puede desinventar, pero no pasa nada. El aspecto verdaderamente preocupante de esta lógica de interacción web es que nos prive de descubrir que hay otra Internet posible. Y hay evidencias de que es posible y, más aún, de que está al alza. Sobre todo en entornos donde la generación de conocimiento prima: organización y deliberación en común, sean pequeñas comunidades o empresas.

Ante todo, mucha calma: 4 de los proyectos más interesantes de la Internet actual giran más en torno a la generación de comunidades online tal y como se concebían antes de la mal llamada web social, aprovechando sin duda alguna elementos de ésta… pero sin sucumbir a la imperiosa necesidad de consumir un torrente inacabable (pero sí agotador) de información en forma de sumidero en el que, en realidad, nunca pasa nada. Estos proyectos apuestan por otra cosa, y repito lo que dije en el blog de Cartograf hace ya casi un año: hay motivos para ser optimista, en el futuro de la red hay más ética hacker.

Se trata de una generación de herramientas y modelos nacida después de la eclosión de Facebook y Twitter y su llegada al mainstream. Se trata de la primera generación de herramientas post-Timeline.

Y tú, ¿moldeas o te moldean?

El movimiento de Dropbox hacia «mucho más que un sitio donde compartir ficheros» (que recogieron entre otros Antonio y Pere) me llama la atención, aunque sólo sea porque creo que Dropbox supo desde el principio cuáles eran sus retos y prioridades (sincronización absoluta y fácil) y es algo de lo que el software libre puede (debe) aprender.

Ahora bien, a mí el movimiento hacia esa interfaz me hace pensar que Dropbox quiere una interfaz web como la que ya ofrece el software libre de ownCloud, si bien cabe la posibilidad de que quieran convertirse más bien en una especie de iCloud.

En cualquier caso, la reflexión de Pere (que cree que esto animará a muchas personas a buscar alternativas mejores a Dropbox) me hace pensar que la verdadera consecuencia de este movimiento terminará siendo un ensanchamiento de la brecha entre quienes usan la tecnología para moldear su entorno y quienes reciben un entorno moldeado por la tecnología será cada vez mayor.

La brecha digital no se define por el acceso o no acceso a Internet: se define por la capacidad de manipulación de la tecnología, o por la inevitabilidad de usar las cosas tal y como a uno se las dan. La alfabetización es una labor pendiente y va mucho más allá de darles Raspberry Pi a las escuelas (que está muy bien): vale la pena empoderar también a quienes ya salieron de la escuela.

¿Quién teme al lobby feroz?

Hace unos días se comentaba mucho el que el embajador de Estados Unidos en España, aprovechando un desayuno con medios de comunicación urgiera al ejecutivo a atajar la corrupción de forma «agresiva». Me hizo gracia porque de repente muchos de los que habitualmente claman contra este tipo de «intromisiones» (así se califican) de repente parecían recibirla con agrado.

La escena se completa con la visita, casi en paralelo, de Christopher Dodd (presidente de la MPAA) a tierras peninsulares con la intención de realizar recomendaciones al ejecutivo español (sí, él también) al grito de «Kim Dotcom es un criminal en serie».

Yo no pretendo juzgar si las declaraciones de uno u otro son pertinentes, justificadas, necesarias o una demostración del imperialismo. Eso se lo dejo a otros y yo me limito a decir lo que se le dice a quien no hace más que pedir que «contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar».

Lo que si me inquieta es que visto que lo de la corrupción no va con la clase política (ya saben, si en la declaración del IRPF no sale el dinero cobrado en negro, es que jamás se cobró) y el fabuloso track record de leyes anti-populares (no confundir con impopulares), no me cabe duda de a cuál se va a dedicar el gobierno con gran denuedo. Para nuestro infortunio, obvio.

Relacionado:

Bocados de Actualidad (158º)

Por aquí una ronda breve de Bocados, esa colección de enlaces que no tuve tiempo (o ganas) de comentar durante la semana. La ronda centésima quincuagésima octava es concisa y no tiene distracciones, pero aún contiene algunos enlaces que vale la pena leer. Nos acompaña Fiona Apple y hace un domingo maravilloso así que les dejo con los enlaces, los leen cuando mejor les venga pero no me esperen de vuelta por estas páginas hasta mañana.

  • Transformación Digital y que alguien mate al timeline.
  • Libro libre, ejercicios creativos y recreativos para aprender a programar.
  • HTML5 en la ruleta, una metáfora que no me gustó en un post que tiene un resumen de datos interesante. A un clic de las TIC.
  • Cómo el regreso de Larry Page al puesto de CEO en Google implicó el mayor cambio cultural de la compañía… y les está saliendo bien. The Verge.
  • Cartograf y el legado olvidado de Hollywood: el trabajo en red.
  • Mozilla reconocida como la institución que mejor vela por tu privacidad en Internet.

Y esto es todo, recuerden que dejo muchas más lecturas interesantes en mis enlaces compartidos y que alguna otra dejo caer también en Twitter. Para no dejarles con la miel en los labios, Fiona Apple y su Every single night.

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