La vida privada sigue siendo un gran producto

Hace casi tres lustros publiqué una nota en este mismo blog que titulé La vida privada como producto. Es de las pocas notas que fue a parar casi tal cual a La sociedad de control, porque la misma fue escrita ya en las fases finales del mismo; otras ideas previamente apuntadas aquí también fueron al libro, pero en versión reescrita o reorganizada.

A raíz de toda la polémica en torno a Twitter tras la compra del mismo por parte de Elon Musk se ha vuelto a hablar de la cantidad de datos que recolectan sobre nosotros los servicios de Internet. No es nada nuevo, ya he mencionado que el tema era ya motivo de reflexión hace quince años (Beacon de Facebook saltó a la fama en 2007.)

Pero dado que sigue siendo vigente y dando que hablar, vale la pena volver unos minutos sobre este tema.

Sobre todo porque monitorizar todo lo que hacemos y alimentar con esos datos que como migas de pan vamos dejando para que alguien recoja está en el centro de la abultada valoración en el mercado de empresas como Google, Facebok, o Twitter. El resumen viene a ser que todos piensan que el negocio de los datos es muy rentable y lo va a ser aún más.

Queda el recurso de siempre: la escalada técnica, la tecnología y la contratecnología. Intentar borrar el rastro: dejar de usar servicios es prácticamente inviable, pero no es suficiente. Hay que ir más allá: borrar tus cookies diariamente, cambiar la IP pública de tu router también diariamente (si es que puedes, que no siempre), enmascarar/aleatorizar la MAC del dispositivo con el que navegas, y otras medidas similares que en general ninguno de nosotros aplicamos porque la vida es muy compleja así. Pero entonces estamos literalmente vendidos.

No es que sea nuevo, pero obviamente conviene recordarlo. Facebook tiene perfil tuyo aunque no tengas cuenta, y eso suponiendo que tampoco uses Instagram, o WhatsApp. Acumula tu navegación y hasta en algunos casos será capaz de saber quiénes son tus relaciones por inferencia de posts de otras personas, etiquetas en fotos, menciones en otros posts… y acorde a esa información adapta (mal, pero la adaptan) la publicidad que te muestran.

Y va a ser peor: los ordenadores generan datos, es lo que hacen mejor. Datos y más datos, logs y más logs de toda la actividad. Las empresas son más ágiles y llegaron primero, pero los estados ya están llegando. Los estados son más grandes y su impacto es mayor. Es cuestión de tiempo que en todo occidente tengamos un social credit score como tienen en China. Para mi todo es un flashback en estos temas, pero soy tremendamente pesimista respecto de las opciones reales de frenarlo. Viviremos en una sociedad de control el resto de nuestras vidas a menos que haya algún cisne negro que haga que cambiemos de rumbo por motivos que no acertamos ni a imaginar ahora mismo.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.
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