Reequilibrar el poder del estado

«No lo sé, hace tiempo que dejé de votar por aburrimiento. Lo importante es la libertad. El problema es que ahora tenemos menos libertades, porque se las hemos devuelto al estado a cambio de seguridad, por temores quizás exagerados al terrorismo y a los desastres económicos. Hay que encontrar un nuevo equilibrio en la relación entre el individuo y el poder, adaptado a las interposiciones tecnológicas y a la creciente deshumanización, porque estamos yendo hacia sociedades cada vez más represivas.»

Felipe Fernández-Armesto, historiador británico, en La Vanguardia
(vía Intimidad violada)

Todo de acuerdo: hay que conseguir frenar determinados poderes del Estado y recuperar las libertades aparejadas. Todo de acuerdo excepto que no comparto que menos libertades nos devuelvan más seguridad, no necesariamente (en el sentido matemático, como siempre).

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

8 comentarios

  1. Efectivamente, opino como tu, menos libertades no van aprejadas con mas segutidad. Y además, seguridad ¿para quien? ¿de que tipo? ¿me preguntaron siquiera si quiero sacrificar mi libertad por «esa» seguridad?.

  2. Creo que la frase debería ser: dar nuestras libertades a cambio de una «sensación» de seguridad, tal vez falsa, pero sensación.

    No voy a explicarte lo que eso significa porque principalmente lo aprendí aquí xD

    Y eso me hace recordar una frase (creo que de Benjamin Frankin, y creo que leída aquí, vivan las autorreferencias) que dice algo como: aquellos que estén dispuestos a dar su libertad a cambio de seguridad, ni tienen ni merecen ninguna de las dos.
    Y yo digo que coincido pero, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿cómo le dimos nuestras libertades al Estado? Y más importante: ¿cómo las recuperaremos, si es que lo hacemos?

    Saludos!

    1. Es todo complicado: la manera de recuperar, parte al menos, es dejar de prestar atención a la agenda pública impuesta por el estado, para así quitarse un poco de lastre y ser capaz (ser consciente y atreverse a ello) de vivir de una forma más libre: preocupado por los quehaceres y los problemas diarios tuyos y de tu gente. Evidentemente, eso no quita las leyes: pero te permite aprovechar mucho mejor los huecos y momentos de libertad…

      PD. ¿Nos conocemos? Tengo esa sensación y no te encajo…

  3. No nos conocemos (bueno, en alguna ocasión he comentado algún otro post, como el de las patentes) pero me alegra que mis comentarios despierten en ti una sensación de familiaridad xD

    A lo que me refería no es a como sobrellevar personalmente el «problema» (aunque podría quitar el entrecomillado) del estado cada vez más encima del ciudadano, sinó a como solucionarlo de forma colectiva. Como podría una sociedad hacer cambiar todo esto? o es simplemente imposible y el «Partido Interior» nunca permitirá que se juegue con reglas que no haya escrito él?

    Saludos!

    1. Es complicado. Me ha quedado un comentario largo (y eso que he recortado) del que me queda la sensación de que no cierra muchas ideas.

      Ja, ja, creo que uno ve señales en todas partes xD

      No lo sé. El principal problema es que el Estado ha perdido poder. Cuando a finales de los 80 la diferencia tecnológica es tal que la guerra fría deja de tener sentido y la URSS colapsa, en numerosas zonas del mundo, los Estados (más o menos fallidos, «huecos») incapaces de controlar el territorio de las antiguas excolonias compiten con otras formas de organización capaces de aportar cohesión y justicia a la gente (no importa que esa cohesión tenga carácter autoritario o que la justicia pueda ser cruel).

      Parecen historias de un mundo lejano, pero es peor: con esta crisis está quedando claro que los Estados europeos tampoco son capaces de mantener sus propias estructuras. El Estado en descomposición renuncia a aportar servicios de cohesión social (pensiones, ayuda por desempleo), reduce sus servicios básicos (menos inversión en sanidad, en educación, …), y así una larga lista de aspectos en los que el Estado puntúa a la baja con ocasión de la crisis. El Estado es incapaz de asegurar el Estado del bienestar y sabe que obediencia, lealtad o agradecimiento de la población (con más o menos problemas, en los estados democráticos la mayoría de la gente estaba más o menos bien) no vendrá sóla (si no reciben nada a cambio, nada tendrán que agradecer) y como si se tratara de un niño malcrido, la respuesta es la pataleta. Pataleta autoritaria: alejando el poder de los ciudadanos (Instituciones supranacionales que controlan casi todos los aspectos de la política local, sin que podamos votar a quienes gestionan estos aspectos), reduciendo sus libertades (pura sociedad de control), cerrando fronteras y comenzando a primar más el principio de nacionalidad que el de ciudadanía (ya que no hay estado del bienestar que te convierta en ciudadano, mucho mejor tratarte como a un siervo dispuesto a vivir y morir por tu «nación»).

      No sé. Soy pesimista para con la perspectiva a futuro de la función del Estado. No creo que haya mucho que arreglar: los Estados no volverán a estar sólos en la gestión del mundo, la nueva economía global tiende a disipar rentas y eso lleva a adelgazar todas las estructuras (el Estado no es excepción) y ante eso sólo cabe pensar que el nuevo modelo abre huecos para organizaciones socialmente responsables (y no sólo a cárteles criminales) capaces de cubrir de forma interna (para con sus miembros) las carencias de ese Estado adelgazado e impotente.

      … ya volvía a engancharme y escribir ¡Qué tema más complejo!

      ¡Saludos!

  4. Jaja, gracias por responder largamente.

    Me gusta la idea de las organizaciones que cubren sus necesidades internas de forma autonoma, sin tener que depender de un Estado del bienestar (debería entrecomillarlo?). Si no me equivoco esa es, en parte, la idea de una filé, no?

    Lo que mas me turba es: si parece ser que el Estado involuciona a un estado (éste sin mayúscula) como los anteriores a las revoluciones europeas, les espera el mismo futuro? Es decir, si van apartando el poder de la gente, y poco a poco las condiciones para vivir en ese Estado son cada vez peores, ¿eso no generará mas descontento social en lugar de cohesion? Y eventualmente, si se llegara al extremo, desencadenar una revolucion? (aunque hablar de revolucion en estos tiempos no sea como antiguamente)

    1. Es posible que el futuro sea en parte como mencionas: el descontento de una masa de personas que es consciente de la pobreza y de sus carencias, que cree que las cosas pueden y deben ser mejor y que buscará alternativas creyendo, en ocasiones, encontrarla en estas revueltas y revoluciones. Y vendrán curvas cuando eso suceda. Espero equivocarme, a nadie le apetece un panorama como ése, pero la cosa tiene pinta de que se va a caldear.

      En la península ibérica tanto el estado español como el portugués lo van a pasar mal y quizá la gente saldrá a la calle… y espero equivocarme, pero el Estado, sabedor de que no podrá ser respetado intentará ser temido. (Su única baza, frente a los muchos desmanes propios de él, es la cohesión social, y el Estado no podrá ser respetado mientras siga renunciando destrozando el bienestar de las personas que, teóricamente, lo legitiman.) Ahí es posible que haya leyes injustas, para defender a la institución de las personas y no a las personas que (se supone) deben ser defendidos por la institución.

      En España el paro es crónico y va a seguir en estos niveles más o menos una década. Esto se prevé así también en Portugal donde tengo entendido que, además, hay recientemente problemas de pobreza acuciante para gran parte de la población.

      La Filé es una comunidad. Como comunidad el objetivo es asegurar el bienestar de los que estén dentro, algo que se torna imprescindible cuando nadie ahí afuera da la cara por ti. Cuando el Estado no va a dar la cara por ti, ser capaz uno mismo de sacar las castañas del fuego es vital. Y, como casi todo en la vida, al final te das cuenta de que es más fácil sacar las castañas del fuego con ayuda :)

      Me asombra que de repente se hable del fin del Estado del bienestar: es un debate que debimos tener hace dos años. Escribí un post al respecto un poco antes de la caída de Lehman Brothers, curiosamente. La desaparición del Estado del bienestar estaba a la vista y visible para el que mirase con buenos ojos: estos dos años de explosión financiera no han hecho sino constatar lo que en mis conversaciones en Zürich (estaba viviendo allí en aquel momento) ya era un runrún. El que no se haya puesto a buscar alternativas ha dejado pasar dos años más…

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