Poder comer un bollicao en el recreo no puede ser tan grave

No dogs, no bicycles, no swimming
[Foto: encontrada en PhotoNexter hace mucho tiempo. Desconozco el autor.]

Se dice, se rumorea por todos los rincones de Internet que el gobierno español planea prohibir el consumo en colegios de todos los alimentos que incumplan la Ley alimentaria (El mundo). Lo que, dicho de otra forma, equivale a prohibir los bollicaos y similares que muchos niños toman a media mañana durante el recreo.

La voz oficial transmite que se pretende combatir el problema creciente de obesidad infantil, que oficialmente nos dice que uno de cada cuatro niños tiene sobrepeso. En el otro lado tenemos a la asociación de fabricantes de este tipo de alimentos, para los cuales la prohibición sería a la vez un error y una medida ineficaz.

Yo crecí hace ya algunos años y recuerdo, perfectamente, que siendo yo pequeño se podían comprar estas chuches incluso dentro del colegio. Más tarde las dejaron de vender dentro, aún cuando yo estaba en edad escolar. En aquellos tiempos las chuches estaban al alcance y la obesidad no era un problema generalizado, como lo sería ahora si hacemos caso a las cifras oficiales.

Entonces alguien en el ministerio de sanidad parece haber decidido que prohibir estos alimentos dentro del colegio es la solución a algún problema. No es que pretenda defender el consumo de este tipo de bollos, pero desde luego prohibirlos me parece excesivo. Es, como siempre, la vía fácil. Como cuando se pretende prohibir el consumo de tabaco en todos los lugares públicos, oiga: que nunca he sido fumador pero a mí la ley que separaba físicamente espacios de fumadores y no fumadores ya me pareció más que suficiente. Cuando se habla de la reforma de la ley del tabaco, como en este caso, creo que la prohibición total es excesiva e injusta. Si algo hay que hacer con la alimentación de los niños, es tarea de los padres y, en ese caso, lo que hay que conseguir es que los padres transmitan a los hijos lo que de bueno tiene una alimentación equilibrada.

Prohibir no es casi nunca la mejor salida y, desde luego, no en esta ocasión. Al prohibir quitamos al niño la capacidad de afirmar su conducta y escoger el alimento sano. O, quizá, estamos impidiendo que el padre aprenda a ser padre, convirtiéndolo en una mera correa de transmisión de las prohibiciones públicas. En el proceso de infligirnos a todos un final feliz, la prohibición de todas las pequeñas cosas nos impide aprender a tomar decisiones: decidir si fumar o no en el restaurante, decidir si hacer un bocadillo o comprar un bollo industrial para el niño.

Y al impedir el desarrollo de toda capacidad crítica el Estado nos infantiliza como sociedad. El mensajes es que no somos un montón de adultos con criterio suficiente para decidir, sino que necesitamos que la señorita Rottenmeyer nos haga el trabajo sucio de decirnos qué no podemos hacer. En este caso, qué no podemos comer. Previously on Sociedad Infantilizada: dónde no se pueden hacer fotografías, dónde no se puede fumar; lo que se dice un no parar de prohibir cosas.

No sé qué piensan ustedes, no es que pretenda defender lo saludable (o no) de estos alimentos; no soy nutricionista. Tan sólo opino, y no parece que me encuentre sólo, que quizá hace falta dar toda la info a los padres, enseñar a valorar porqué es mejor que los niños equilibren y varíen las cosas que se comen, y dejar de pensar en prohibir cosas, que digo yo que habrá herramientas mejores que la prohibición tajante para velar por la salud de los niños. La menos importante de ellas no es, precisamente, enseñarles a valorar apropiadamente entre dos opciones antes de prohibir una de ellas directamente en esta especie de totalitarismo de las buenas maneras en el que se empeñan en hacernos vivir.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

14 comentarios

  1. Al igual que tu tampoco soy nutricionista y si de esa generación que comía bollería industrial el día que le apetecía en el recreo de la egb.

    La obesidad creo que tiene factores hereditarios y por supuesto hábitos alimenticios , y el ritmo de vida de los padres actuales hace que no se tenga tiempo de cocinar como lo hacían los nuestros y por lo tanto se recurra mas a los precocinados , ¿puede ser este el motivo del aumento de la obesidad infantil? o es mejor culpar a los bollycaos.

    1 saludo

    1. Exacto, creo que hay mucho más que los simples bollycaos. Pero claro: prohibir los phoskitos es factible, prohibir a millones de padres que preparen precocinados de 10 minutos cuando en muchos casos no tienen una alternativa laboral real que les permita conciliar mejor la vida familiar…

      ¡Un saludo, Vallesin!

  2. La sociedad se está acostumbrabdo demasiado a que le prohiban de todo «por su bien». Se debería tener un poco más de sentido común, educar en vez de prohibir, y que el Estado tuviese una actitud deliberativa en lugar de paternalista.
    No sé, o quizás a la gente ya le gusta que la traten como a críos.

    Saludos!

  3. Efectivamente, parece que una de las grandes máximas actuales es la Comodidad, y prohibir es lo más cómodo (y además tiene mucho éxito electoral)¡Nuestra tolerancia no da para más!
    Cada día avanza la frontera de lo legislado/regulado por nuestro bien. El último tema estrella de nuestro querido Gobierno, es la publicidad puteril en la Prensa seria.
    Yo no mezclaría los estilos de vida, consumos o aficiones individuales sin repercusión directa en el prójimo, con el caso del tabaco (o del alcohol al conducir) que además de molestar, te jode los pulmones.

    1. El tabaco es nocivo, como lo son otras cosas; también el exceso de bollería rica en grasas…

      Lo que sucede es que yo, para no respirar humo de tabaco en un restaurante, ya tengo suficiente con la ley actual: hay espacios separados, me cojo mi mesa en la zona libre de humo y allá el que quiera sentarse en la zona de fumadores. Hay elección, se permite tanto una cosa como otra: nada te obliga a sentarte en un sitio con humo. La nueva ley te impide elegir, y te impide desarrollar esa conciencia de «el tabaco es nocivo». Fumar en público será ilegal antes que nocivo. Y eso no puede ser: lo fundamental es que la ciudadanía tenga info y elija. Lo veo muy similar en ese aspecto: son dos cosas potencialmente nocivas (peor en el caso del tabaco, obv) que se piensan prohibir cuando lo útil sería enseñar el hábito correcto y, a partir de ahí, dejar que las personas decidan. Sin paternalismos, pero sin abandono en lo principal: la educación.

  4. Me contaban durante el viaje a Estocolmo del que acabo de volver que los niños suecos, desde pequeñitos, no pueden comer dulces en toda la semana, salvo el sábado.

    Eso es lo habitual. El sábado pueden comer todo los dulces y golosinas que quieran… pero todos sabemos que por mucho que te lo propongas, no puedes comer demasiado azúcar en un sólo día.

    El resultado es que tienen una dieta equilibrada de forma sencilla. Con truquitos así es fácil verlos prepararse con cinco añitos bocadillos con tomate y pepino para desayunar, algo impensable por aquí abajo.

    1. ¡Un poco exagerado!

      Quiero decir: entiendo el mecanismo. El niño estudia toda la semana y come lo que le dicen los padres toda la semana y el sábado tiene el premio de descansar y, además, comer lo que le plazca. No es mala idea, pero se puede mejorar. Supongo que eso de «los sábados sí, los demás no» me resulta demasiado sistemático para mi pobre cabecita improvisadora. Yo entendería que, por sistema, los padres no permitieran a los niños atiborrarse a chuches (supongo que yo también intentaría evitarlo), pero no con tanta «institucionalidad» (en el sentido de idea institucionalizada, no de oficialidad).

      En todo caso, creo que la idea de que ese tipo de chocolates/bollos/chuches que en exceso no son muy sanas esté vinculada a celebrar algo (por nimio que sea) y no sean el centro me parece bien. ¡Pero es que hay mucho camino entre eso y la prohibición! Y eso recordando que, como digo, me parece un tanto sistemático… ;)

      ¿Cómo fuiste a parar tan lejos? Te vi por el Jabber que ponías cosas raras sobre Estocolmo…

      PD. Yo desde pequeño desayuné pan con aceite, ¡que tampoco está tan mal! jis jis

  5. En España es típico prohibir en vez de educar y es que sale más barato, además se pueden imponer multas, así que al final el Estado recauda un dinero extra, luego está la gente que vive de ese control, la burocracia, funcionarios que llevan toda la burocracia de las denuncias, inspectores que controlan que se cumplan estas normas, y poco a poco los Españoles gracias a este principio, viviréis para no ser multados, sin saber el porque de las cosas.

    Voy a contar una historia… una niña le pregunta a su madre porque cuando cocina un pescado la cabeza la pone en una olla y el cuerpo en otra, la madre le responde «hija mía, es tradición, siempre se ha hecho así», cuando el verdadero motivo fue porque su tatarabuela no tenía una olla grande y tenía que cocinar el pescado en dos ollas pequeñas. Creo que es fácil de pillar la moraleja, no? ;)

    Por cierto… yo estoy viviendo en Estocolmo y la mar de bien ;)

    1. Vivirán, los españoles vivirán, en tercera persona… y seguirán cocinando el pescado en dos ollas, si no viene un desastre y les abre los ojos.

      ¡gracias por el comentario!, es algo así como «el comentario que vino del frío» :P

    2. … con esta bella parábola de su «Canto del pájaro»:

      Cuando cada tarde el gurú se sentaba para el dirigir el culto, el gato del ??ram iba y venía molestando a los fieles. Por esa razón el gurú ordenó que se atara al gato durante el culto vespertino.

      Años después de la muerte del gurú, se seguía atando al gato durante el culto. Cuando el gato murió, se buscó otro gato para el ??ram con el fin de atarlo mientras durara el ritual.

      Siglos después, los discípulos del gurú escribieron un prolijo tratado acerca del imprescindible papel del gato encadenado para el correcto desarrollo del ritual.

  6. Pero, ¿no elegimos a los políticos para no tener que tomar nuestras propias decisiones?

  7. Chapeau!! Antes de empezar a leer el artículo tenía una opinion y ahora «casi» :D me has hecho cambiar de idea.

    Estoy de acuerdo en casi todo excepto en una cosa a esas edades si no enseñas a los críos a comer tirarán hacia las porquerías (saben mejor, etc) por lo que en ese ámbito no creo que deban tener mucha libertad.

    Exagerando mi postura es cómo el alcohol o el tabaco que no se les permite a los menores pues yo creo que el riesgo cardiovascular sobre todo a largo plazo (cuando sean adultos) es parecido por lo que creo que debe restringirse su acceso.

    Si estoy de acuerdo en que prohibir en general suele ser una mala idea.

  8. si ya pero los Bollycaos de ahora no son los de antes…..ese és el principal problema!!

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