Nuestro particular «Viaje a la luna»

Viaje a la luna, Georges Méliès

Rodó en 1902 Georges Méliès una de las piezas más recordadas de la historia del cine: Le Voyage Dans La Lune, El viaje a la luna. Es un cortometraje magnífico que os recomiendo ver por lo absurdamente poético que es. Estaréis pensando que se me ha ido la pinza hablando de esto. No es así -al menos, no más que de costumbre-, pero dadme tiempo para explicarme.

La cosa es que la idea que se tenía a principios de siglo sobre cómo serían los viajes a la luna eran muy diferentes a como realmente fueron. Esos señores con bastón y sombrero y chaqué poco tienen en común con Neil Armstrong y Buzz Aldrin. Y aunque menos poéticos, nadie duda de que los viajes reales fueron mucho mejor que lo que había imaginado Méliès casi setenta años antes.

Avancemos hasta los años 90 del siglo XX, toda una generación de escritores y nuevos filósofos profundiza cada uno a su modo en algo nuevo: Internet. Ahí tenemos a Gibson y su Flatline, a Stephenson y la línea de comandos, o a Hakim Bey y sus Zonas temporalmente autónomas. Todos ellos aciertan a definir aspectos de cómo vivimos y hacemos cosas en Internet. Pero todos yerran.

En 2016 existen ZTA en Internet, y rincones de discusión «horizontal» entre pares (p2p). Pero existen como en los años 50 existían los clubes de lectura: una coquetería intelectual para la minoría ilustrada, que les reporta satisfacción pero no cambia de forma significativamente el mundo ni influye dramáticamente en él. Ni los clubes de lectura ni los foros ni los blogs como se concibieron unos años después que los foros tienen ahora una relevancia fundamental en el devenir de las cosas. Ya hablamos en su día de la madurez de la tecnoutopía.

Al final, la mayoría no ilustrada, ésa que no saliva pensando en La Pila de libros por leer, está en otra parte, en otra línea temporal incluso. Hablan entre ellos usando Whatsapp, comparten sus fotos en Instagram, y hacen casi todo lo demás (también, sic) en Facebook. Si intentas compartir piso en un país nuevo, puede que los primeros en encontrarte sean scammers con anuncios clónicos y falsos en las webs especializadas. Pero si entras a un grupo de Facebook sobre el tema, quizá tengas más suerte. Lo mismo que en Whatsapp tienes más contactos que en otros servicios similares como Telegram.

A la mayoría de quienes llevamos aquí el tiempo suficiente, nos chirrían los oídos sólo de pensar que para algunas cosas esté funcionando mejor esa Internet de Facebook y cuatro más que la que habíamos soñado hace veinte años, cuando éramos más jóvenes pero, sobre todo y además, más ingenuos.

No se trata tampoco de decir que el sistema no funcinaría mejor de otra forma; seguramente es cierto que sería mejor de esa otra forma. O al menos, lo sería si realmente existiese; porque tampoco se trata de obviar que esas otras formas tan sólo las hemos soñado. Me interesa mucho pensar cómo podría funcionar el mundo, pero me interesa quizá un poco más descifrar cómo está funcionando realmente. Poner pies en tierra. Para asuntos que requieren masa crítica hay que aceptar que la misma no se encuentra fácilmente fuera de esos circuitos convencionales. Ése es nuestro particular Viaje a la luna.

Para placeres sosegados -una reflexión, una idea, una conversación- la masa crítica siempre fue menor, y así continúa siendo. Pero no deja de ser un club de lectura, un disfrute intelectual como lo es la poesía disponible para el que lo quiera. Donde no podemos olvidar que la mayoría de las personas detesta la poesía; también en digital.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

2 comentarios

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo, pero al llegar al final de la entrada… ¡acojonante!
    Supongo que una puñetera casualidad a la que es inevitable que relacione y de sentido: con ese mismo sentimiento de carpetovetónico ingenuo pero irreductible, en su propio sofá en el club de lectura, con tenacidad pueril, publico yo estos días en la red mi último poemario con licencia Creative Commons y gratis de descargar. Lo ofrezco enterito y descargable por la feis, a sabiendas, en mi blog y en Telegram, comparto un banner (Facebook, Telegram, Instagram), pego carteles y regalo tarjetas con un código QR que lo inyecta directamente en tú dispositivo móvil. A sabiendas de que su impacto va a ser mínimo, su descarga por compromiso, su lectura desanimada y superficial y a ver que pasa en el feis, que es otra cosa, mariposa, que llama inevitablemente más.

    Sin convicción, se llama el poemario, aunque de lo que tú dices estoy, da la sensación de que al tanto de lo mío, plenamente convencido.

    Tenazmente, seguiré leyendo tus entradas como seguiré publicando, digitalmente y para una minoría, mis poemas.

    Un saludo y gracias por escuchar.

    1. Como siempre fue, como siempre será. Enhorabuena por tus poemas, en este pequeño rincón de Internet nos encanta la poesía :D

      ¡Gracias por comentar, y buen domingo!

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