Energía, seguridad energética, y cambio climático

Que la energía es clave en el mundo en que vivimos no lo duda nadie. Sin caer en el tópico (falso) de «todas las guerras son por petróleo», es cierto que la subida del nivel de vida globalmente tiene que ver con producir y utilizar más energía. Energía para frigoríficos, para trenes, para coches, para internet, para hospitales y quirófanos, y así una lista interminable de avances tecnológicos que mejoran nuestra vida… y consumen energía.

Como consecuencia de que la principal fuente de energía actualmente son combustibles fósiles, que al ser utilizados liberan dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, tenemos un aumento de la temperatura global, de origen antropogénico; humano, para entendernos, y pequeño todavía, pero constatable. Desconocemos las consecuencias de que este calentamiento continuado siga, pero parece buena idea prevenir esta deriva. Hay quienes afirman conocer estas consecuencias al detalle, y quienes achacan a este calentamiento todo tipo de eventos que ocurren actualmente; pero lo que afirman sobre el futuro no tiene base y lo que afirman sobre los acontecimientos actuales es directamente falso, con datos en la mano.

Contribuir adecuadamente a superar el reto que nos plantea, como sociedad, el cambio climático requiere como punto de partida que seamos capaces de discernir entre acciones y medidas que son útiles de verdad para este fin, y las que tan sólo contribuyen a que nos sintamos mejor, pero son inútiles o incluso contraproducentes para combatir este problema medioambiental.

Esta dicotomía no es exclusiva del cambio climático, y de hecho se puede razonar de forma parecida en el ámbito de la tecnología de alimentos, incluyendo también los alimentos genéticamente modificados o tratados con pesticidas. En este caso, se da la paradoja de que hay un grupo de activistas ecologistas que dicen querer erradicar el hambre del mundo renunciando a proteger cosechas con pesticidas, renunciando a hacer alimentos más resistentes ante heladas y plagas. En la tontería de la comida ecológica ya hablamos del primer punto, que es ridículo, y sobre el segundo tengo que decir que el único aspecto negativo es el (muy mejorable) régimen de propiedad intelectual y patentes existente sobre estos alimentos.

Volviendo al cambio climático, sobre el mismo suelen avisarnos frecuentemente dos grupos de activistas muy diferentes. Por una parte, ecologistas que se muestran muy preocupados por él y que a menudo ya tienen la respuesta al problema de forma que sólo contemplan como alternativa un impulso de las energías renovables. Por otro lado tenemos a científicos, también muy preocupados, que en general no tienen una respuesta absoluta al problema, si bien están muy de acuerdo en la necesidad de potenciar energías alternativas al petróleo.

Alternativa al petróleo: nuclear, eólica, y gas natural

No obstante, como desconocemos la influencia de este calentamiento, es muy buena idea evitarlo en la medida que sea posible. Es aquí donde hay que empezar a separar medidas útiles de medidas reconfortantes pero inútiles. En este sentido es necesario encontrar fuentes de energía que cumplan dos requisitos: que su input de energía sea predecible (esto es lo que llamamos seguridad energética) y que no emitan gases de efecto invernadero; a corto plazo, es suficiente con que emitan los menos posibles y permitan reducir las emisiones drásticamente. Adicionalmente es necesario que sea barata de producir, o de lo contrario sólo el primer mundo podrá pagar estas fuentes de energía. El problema es que la mayoría de emisiones de CO2 provienen de países en desarrollo o pobres, y no del primer mundo. De ahí la importancia de poder producir energía alternativa al petróleo de forma masiva y, sobre todo, barata. Por supuesto, gravar con impuestos especiales a estas energías es contraproducente, pero no podemos caer en el engañoso marketing del «impuesto al sol». Empantanar el debate con falacias y medias verdades no ayuda a avanzar en la búsqueda de alternativas.

Una de las principales alternativas es, y siempre ha sido, la energía nuclear. El coste de la energía nuclear es debido principalmente a la construcción en sí de las centrales, siendo los costes de mantenimiento y operación insignificantes al lado del desembolso inicial. Provee muchísima energía eléctrica de forma estable, no emite dióxido de carbono y tenemos los conocimientos y los medios de gestionar los residuos que genera de forma que no supongan un peligro. Resulta conveniente recordar que Patrick Moore, fundador de Greenpeace, es un firme defensor de esta energía. La pena es que, como Galeano pero en un terreno muy diferente, se dio cuenta de su error con décadas de retraso, tras haber mandado a la revolución equivocada y a la destrucción a toda una generación de personas bienintencionadas.

Esto no significa que no haya que invertir en desarrollar y mejorar las tecnologías de energía renovable. Lo que significa es que hay que ser conscientes de las limitaciones actuales y futuras de las mismas, y de la inmediatez del reto que tenemos entre manos. Si metemos todos esos ingredientes en el mortero, lo que sale del cóctel es que cualquier medida que reduzca la emisión de CO2 es buena. En Energy for Future Presidents: The Science Behind the Headlines, Richard Müller (Universidad de Berkeley) explica que de hecho el principal paso que se puede dar inmediatamente es ayudar a China y otros países a abandonar el carbón y utilizar gas natural, que emite mucho menos CO2 para producir la misma cantidad de energía. Esta es la típica medida que no es reconfortante a priori, pero nos ayuda a ganar tiempo como sociedad para desarrollar las fuentes de energía alternativa realmente limpias.

En ese mismo libro que es muy recomendable por lo sencillo que explica algunos temas bastante complejos, el autor desarrolla los casos de diferentes fuentes de energía alternativa, así como de la posibilidad de que en el futuro todos utilicemos coches eléctricos. Sobre las energías renovables queda claro que quizá en la ciencia ficción las energías renovables sean cosas de indies, esa retórica de la que se han apropiado los grupos ecologistas y habitualmente anticapitalistas contemporáneos. Pero en la realidad no: la energía solar de tu tejado no va a conseguir alimentar todo lo que necesitas en tu día a día, y la eólica (que sí tiene ese potencial) es útil cuando sitúas las aspas a decenas de metros sobre el suelo, donde el viento sopla más. Un aerogenerador estándar no cabe en tu tejado (hundiría tu tejado bajo su peso, de hecho) y su desarrollo y explotación va a ser cosa de las grandes empresas eléctricas. El desarrollo de estas tecnologías de producción eléctrica renovable es un cambio a mejor, pero si esperas de estas energías una oportunidad de liberación frente a la «tiranía del capitalismo energético», la ciencia no ampara tus esperanzas.

Hay muchos otros aspectos a comentar sobre estos temas, pero por hoy esto es todo. Otro día podemos hablar más sobre estos temas.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

9 comentarios

  1. Sobre la eólica, es cierto que requiere de grande inversiones para ser rentable (la inversión necesaria para un aerogenerador es del orden de millon/ varios millones de euros) pero eso no lo hace campo exclusivo de grandes empresas. Con los instrumentos financieros adecuados y una legislación clara se puede bajar mucho la escala. Por ejemplo en Alemania.

    Los paneles de tu casa, por si solos, no te van a facilitar un suministro fiable. Sin embargo, el combo paneles y baterías si que lo permitirá en un futuro próximo. Más próximo de lo que les gustaría a los grandes actores del mercado.

    La nuclear. Por decirlo suavemente, también tiene sus problemas. El tiempo de construcción de una central es de alrededor de una década. No es una solución a corto plazo y con los cambios del sector me parece asumir un riesgo importante. La última que se está construyendo en UK esta teniendo problemas. Tantos que quiere que el gobierno le garantice un precio mínimo de venta de su producción. Exacto, una prima al peor estilo de las renovables en España.
    Y dices que los costes de operacion mantenimiento son bajos comparados con la inversión. Eso sólo significa que la inversión es descomunal. Tradicionalmente la nuclear se ha vendido barata, pero por que las externalidades las pagamos entre todos. Que pregunten en Fukushima quien está pagando el desaguisado.

    Si el libro que comentas da soluciones claras sobre el negocio de la energía, me temo que es porque no se mete en profundidad y simplifica. Es un sector muy complejo, con fuertes intereses y que esta viviendo una época de cambios profundos.

    No puede ser simple.

    1. Muchas gracias Fer, por tu visión de insider ;)

      El libro no da soluciones claras, todo lo contrario. De hecho una de las cosas que propone con más claridad es cambiar a gas natural cuanto antes, a corto plazo, para ganar tiempo. Precisamente porque no tiene respuesta de cómo solucionar el problema medioambiental, pero si el consumo mundial de carbón sigue subiendo, para cuando queramos/quieran hacer ese cambio va a ser aún más complicado.

      Sobre Fukushima, es un accidente y una desgracia pero la magnitud del problema «radiactivo» es minúscula comparada con el problema en sí. Hubo un terremoto y un tsunami y murieron decenas de miles de personas (se estima unas 15.000 muertes), y el problema de fallecimientos a causa de la radiación en el largo plazo (incluyendo los que mueran dentro de muchos años, digamos) se estima en 1500. Una catástrofe, sin duda, pero al lado de las 15.000 muertes ipso facto, el problema de la radiactividad no parece ser el mayor que hubo en Fukushima…

      Por cierto, irónicamente los nuevos reactores más pequeños, y más seguros porque se autoregulan físicamente y no con motores ni piezas móviles, son de diseño japonés. Empresas como Toshiba los venden al resto del mundo porque ahora su gobierno no los compra… je je.

      1. Pues si el libro no da soluciones sencillas, entonces me quedo mucho más tranquilo :)

        Aunque no es de extrañar que un autor norteamericano proponga que la solución pasa porque China e India se pongan a consumir gas como locos. A alguien le tendrán que vender todo el shale gas que están sacando. Esas inversiones no se van a pagar solas!!

        Lo de Fukushima no lo puse como ejemplo de lo mala que es la nuclear. De hecho es relativamente segura. El problema es que con la nuclear la escala es enorme: las inversiones son enormes; en caso de accidente los costes de descontaminar son enormes; cuando una central acaba su ciclo productivo los costes de desmontarla son enormes. La escala es tan grande que lo que se hace es externalizarlos en la sociedad. El sector privado no los puede afrontar y se hace de la mano del Estado. A mí, esa solución no me parece ni buena ni justa. Sobre todo porque los beneficios son privados ;)

        1. Muy de acuerdo en que es preferible disponer de fuentes de energía cuyas inversiones sean asumibles por más actores, de lo contrario no habrá competencia y ya sabemos que los sistemas/mercados sin competencia son subóptimos y más fáciles de corromper :)

          Pero el problema del calentamiento global es real, y urgente. No sé hasta qué punto podemos ignorar soluciones incómodas y quedarnos sentados esperando que esas fuentes de energía ideales (ideales en todo excepto en plazos) estén capacitadas para recoger ese testigo…

  2. No, la energía nuclear no es una alternativa. Y no hay que recurrir a argumentos de autoridad para ello. Me da igual lo que diga Patrick Moore, pues perfectamente puede estar equivocado ahora… y antes; aunque sea por razones distintas. Como dicen que dijo Mark Twain, «No te mete en problemas lo que no sabes, si no lo que sabes con certeza y no es así». Patrick Moore, como otros, lo único que ha hecho es cambiar de certeza. Lo que hay que hacer son las CUENTAS:
    1. En España, para que la energía nuclear sustituyese al petróleo y al gas natural (es lo que significa «alternativa») la capacidad debería multiplicarse al menos (grosso modo) por 5 ( http://www.crisisenergetica.org/article.php?story=20121213100055712 ).
    2. Hay combustible para 80 años. No lo digo yo, lo dice el lobby nuclear: http://www.yosoynuclear.org/index.php?option=com_content&view=article&id=60:el-uranio-como-combustible-nuclear&catid=11:divulgacion&Itemid=22
    3. En algún sitio leí que una central nuclear necesita 25 años de construcción (desde el primer plano hasta la entrada en funcionamiento). No tengo la referencia, pero es de creer.
    4. España no tiene minas de uranio.
    Sin necesidad de entrar en cuestiones de residuos, seguridad o retorno energético (TODA la energía invertida para construir una central nuclear frente a la energía obtenida), a mi no me salen las cuentas. ¿Tengo que explicarlo? Si la energía nuclear es el «chollo» que venden algunos, para cuando entrasen en funcionamiento las centrales nucleares que cualquier país (¿España?) necesitaría como «alternativa» al modelo energético actual, la competencia por el combustible nuclear sería tan feroz que no lo cataríamos. Y de hacerlo sería a lo máximo por un par de décadas. Y si se inventase «algo» para aprovechar otro combustible o residuo nuclear, estaríamos en las mismas: las centrales construidas serían obsoletas.

    El tema fundamental es dejar de pensar en ELECTRICIDAD cuando pensamos en ENERGÍA. Es un error garrafal. «frigoríficos, para trenes, para coches, para internet, para hospitales y quirófanos» … ¿y dónde están los tractores, las cosechadoras, la industria química o la red de transporte por carretera?. Si los que dicen que consumimos 10 calorías en hidrocarburos por cada caloría que comemos tienen razón, no va a haber energía nuclear que nos salve. Y cuando veo que mentes brillantes se distraen en «experiencias de conducción» frente al problema energético, cada vez me convenzo más de que no nos salva ni el sursuncorda.

    Como dices, hay muchos aspectos en este tema. El primero: dejarse de certezas e ir a las cifras.

    1. Hola Jota,

      bueno, si la energía solar no es suficiente para alimentarnos (rinden poco, y por maravillas de la semiconducción rinden más a temperaturas de 20-25ºC, que no es la típica temperatura que hace en aquellos sitios donde hay mucho sol, como el desierto de Almería), la eólica tiene potencial pero le falta mucho que mejorar. Digamos que todo el crecimiento de eólica mundial es una fracción minúscula del crecimiento de demanda energética únicamente en China. La eólica es la mejor opción a futuro, pero a corto plazo tampoco es viable.

      Si las renovables aún no están maduras, pese a las mejoras presentes (espero que en el futuro mejoren aún más), te queda petróleo, gas natural, carbón, y nuclear.

      Elige tu propia aventura. Yo no he metido cifras porque en un post de blog no tiene sentido meter las más de 300 páginas de argumentos con cifras que puedes encontrar en una monografía (como la que comento). Pero no significa que no haya cifras.

      Ese uranio que duraría 80 años según el enlace que pasas es el «low hanging fruit» del uranio. El equivalente a lo que hace 150 años era dar una patada en el suelo en Texas y que saliera petróleo. En realidad, se estima que al ritmo de consumo actual hay uranio para unos 9000 años, obviamente las primeras minas (las más baratas de extraer y enriquecer) son las más baratas y durarían menos. Pero no significa que no haya más, o que no sea costeable sacarlo. Del mismo modo que hay petróleo que se puede extraer ahora y que hace 50 años no se podía extraer, pero que sólo compensa extraer por encima de un cierto precio.

      Todo eso no contradice la postura de que es mejor usar renovables que nuclear, pero ahí entramos en el «posturas para sentirnos bien» o «posturas para solucionar el problema». Si te preocupa el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero, ahora mismo la única alternativa capaz de proveer energía al ritmo que necesitamos sin emitir estos gases es la nuclear.

      Para todos esos transportes que mencionas, la alternativa es el gas natural. Que también hablo de ella en el post, donde dejé deliberadamente de lado el hype del «coche eléctrico» precisamente por el problema que comentas: la electricidad no está a la altura (sobre todo por almacenamiento de energía, pero también porque la gasolina será contaminante, pero la cantidad de energía que da es tremenda).

      Y sí, antes que ir con certezas hay que ir a las cifras. Te animo a consultarlas. El periodo de construcción está más cerca del comentado por Fer que de esos 25 años que mencionas, sin ir más lejos. Hablando sobre reservas de Uranio mejor que ir a un post de 2009 en una web con información de segunda mano sin enlace a las fuentes (Nota: la web parece más bien propiedad de un señor dedicado a la construcción de webs verticales con el único propósito de calzar anuncios, no tanto una web del lobby nuclear… que por otra parte puedes ver dos en Foro Nuclear y Rincón Educativo), podemos ir a World Nuclear y ver cómo de 2009 a 2013 las reservas estimadas de Uranio han aumentado bastante. No sólo las de recuperación compleja, sino las de recuperación sencilla :)

      Pero bueno, hablando de cifras, si no queremos emitir CO2, ¿qué hacemos? Las placas solares de tu casa no te van a salvar, las baterías de las que habla Fer aún no existen: son caras (muy caras) y tienen una duración limitada. Esto tiene el problema de que aunque a corto plazo nuestro primer mundo se las pueda permitir, no va a ser así en China ni India, que emiten ya más gases de efecto invernadero que nuestro afortunado primer mundo.

      ¡Me alegro de leerte, por cierto!

    2. Hola Jota,

      bueno, si la energía solar no es suficiente para alimentarnos (rinden poco, y por maravillas de la semiconducción rinden más a temperaturas de 20-25ºC, que no es la típica temperatura que hace en aquellos sitios donde hay mucho sol, como el desierto de Almería), la eólica tiene potencial pero le falta mucho que mejorar. Digamos que todo el crecimiento de eólica mundial es una fracción minúscula del crecimiento de demanda energética únicamente en China. La eólica es la mejor opción a futuro, pero a corto plazo tampoco es viable.

      Si las renovables aún no están maduras, pese a las mejoras presentes (espero que en el futuro mejoren aún más), te queda petróleo, gas natural, carbón, y nuclear.

      Elige tu propia aventura. Yo no he metido cifras porque en un post de blog no tiene sentido meter las más de 300 páginas de argumentos con cifras que puedes encontrar en una monografía (como la que comento). Pero no significa que no haya cifras.

      Ese uranio que duraría 80 años según el enlace que pasas es el «low hanging fruit» del uranio. El equivalente a lo que hace 150 años era dar una patada en el suelo en Texas y que saliera petróleo. En realidad, se estima que al ritmo de consumo actual hay uranio para unos 9000 años, obviamente las primeras minas (las más baratas de extraer y enriquecer) son las más baratas y durarían menos. Pero no significa que no haya más, o que no sea costeable sacarlo. Del mismo modo que hay petróleo que se puede extraer ahora y que hace 50 años no se podía extraer, pero que sólo compensa extraer por encima de un cierto precio.

      Todo eso no contradice la postura de que es mejor usar renovables que nuclear, pero ahí entramos en el «posturas para sentirnos bien» o «posturas para solucionar el problema». Si te preocupa el cambio climático y la emisión de gases de efecto invernadero, ahora mismo la única alternativa capaz de proveer energía al ritmo que necesitamos sin emitir estos gases es la nuclear.

      Para todos esos transportes que mencionas, la alternativa es el gas natural. Que también hablo de ella en el post, donde dejé deliberadamente de lado el hype del «coche eléctrico» precisamente por el problema que comentas: la electricidad no está a la altura (sobre todo por almacenamiento de energía, pero también porque la gasolina será contaminante, pero la cantidad de energía que da es tremenda).

      Y sí, antes que ir con certezas hay que ir a las cifras. Te animo a consultarlas. El periodo de construcción está más cerca del comentado por Fer que de esos 25 años que mencionas, sin ir más lejos. Hablando sobre reservas de Uranio mejor que ir a un post de 2009 en una web con información de segunda mano sin enlace a las fuentes (Nota: la web parece más bien propiedad de un señor dedicado a la construcción de webs verticales, no tanto una web del lobby nuclear, pero puedo no estar en lo cierto; por otra parte puedes ver dos webs del lobby nuclear en Foro Nuclear y Rincón Educativo, la segunda está montada con Drupal ;D), podemos ir a World Nuclear y ver cómo de 2009 a 2013 las reservas estimadas de Uranio han aumentado bastante. No sólo las de recuperación compleja, sino las de recuperación sencilla :)

      Pero bueno, hablando de cifras, si no queremos emitir CO2, ¿qué hacemos? Las placas solares de tu casa no te van a salvar, las baterías de las que habla Fer aún no existen: son caras (muy caras) y tienen una duración limitada. Esto tiene el problema de que aunque a corto plazo nuestro primer mundo se las pueda permitir, no va a ser así en China ni India, que emiten ya más gases de efecto invernadero que nuestro afortunado primer mundo.

      ¡Me alegro de leerte, por cierto!

      1. Las cifras a las que me refiero son cifras energéticas, no económicas. ¿Cuánto cuesta, energéticamente, obtener ese uranio que va a durar 9000 años?. Porque quizá no haya petróleo suficiente para sacarlo ;) Ya sabes, el petróleo que mueve toda la maquinaria para obtener uranio, enriquecerlo, transportarlo, fabricar cemento, construir centrales, etc. Y sigue sin solucionar el problema de la parte del león: la mayor parte de la energía que consumimos NO es eléctrica.
        Das por hecho varias cosas, y a partir de ellas es difícil leer mis comentarios.
        1. Si no te gusta mi solución, dame la tuya.
        Yo no he hablado de renovables, pero comienzas respondiéndome con energía solar, eólica, etc. Que no, que no tengo la solución. Pero tampoco la tengo que dar para buscarle la vuelta a la «solución» nuclear.
        2. Cuestión económica. A efectos del tema, me da igual si en Moscú está la gasolina tirada de precio: no voy a ir a Moscú a repostar mi coche. Cada vez que alguien, en temas energéticos, habla de economía (esto o lo otro cuesta mucho o poco dinero) este ejemplo viene a mi cabeza.
        3. «energía al ritmo que necesitamos». Esto está fuera de la ecuación, ¿no?
        4. «si no queremos emitir CO2, ¿qué hacemos?». Pues… ¿no emitirlo?.

        Mi preocupación en el tema energético va más allá de la emisión de CO2. Pero «salto» cuando a estas alturas alguien propone «Venga, nuclear. Al menos ganamos un poco de tiempo». ¿Tiempo para QUÉ exactamente?. ¿Para alcanzar el «Gran Milagro Tecno-Energético de la Historia de la Humanidad»?. Ya sabes lo de la tecnología indistinguible de la magia y tal. Lo que no se dice es que toda magia trae sus creyentes. Y que el ser humano, desde su origen, está deseando creer. En lo que sea. Y yo es que antes que en la nuclear creo en los midiclorianos.

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