Apuntes sobre privacidad

Los que más tiempo llevéis leyendo el blog ya habréis notado que tiendo a ser moderadamente belicoso en mis planteamientos. «No te creas nada» y cosas así. Como «extra» tiendo a hablar siempre sobre los mismos temas, pero es que -¡qué carajo!- me parecen importantes. Y para eso están los blogs, para hablar de lo que cada uno considera importante.

Me preocupa mi privacidad, con la RFID a la vuelta de la esquina y todas las grandes corporaciones (desde Gillete, a Bennetton, IBM o Intel) invirtiendo cantidades salvajes (y aquí salvajes significa salvajes) en implantarla el futuro de nuestra intimidad es más bien incierto. Todos tienen grandes planes para estos pequeños chips -que son tan pequeños que no se ven a simple vista- y pretenden convertir su uso en extensivo en los próximos años (y aquí próximos no significa 2020, sino antes de 2010). Estoy hablando de una especie de Teleserie donde todo en nuestra propia casa sea un gran anuncio. Como cuando en el Show de Truman la esposa mete anuncios de leche o zumos en la conversación con su esposo sin que éste lo note (lo cual sería un primer paso para intentar evitarlo).

Ya no somos ciudadanos, para las grandes corporaciones sólo somos clientes. No es que alguna vez hayamos sido más, es que ahora ni siquiera van a tapar sus intenciones. No hablo -todavía- de gobiernos intentando subyugar al pueblo -aunque desde luego alguien en el gobierno se frota las manos con todo esto- usando la RFID, hablo de algo que los menos conspiranoicos verán de un modo más claro: Publicidad Invasiva a Granel, a todas horas en todas partes. Publicidad al coger la pasta de dientes de tu repisa, al abrir una lata de cocacola o vacíar un tetrabrik de leche. Vivir la vida como un gran anuncio, convertir tu dormitorio y tu baño en una gran teletienda y transformar las calles de la que era tu ciudad en un gran escaparate. Y lo preocupante es que desde el gobierno no se detenga esta invasión a nuestras vidas tan solo porque ellos también ven un gran potencial en esto: El potencial del control represivo. Saber todo sobre todo el mundo tiene que servir para algo, aunque tan sólo sea para perpetuarte en el poder destrozando la reputación de tus contrincantes. No importa qué tal bandido seas, los demás siempre tendrán trapos sucios. No digo que lo estén usando ya, pero desde luego a los servicios de inteligencia no se les escapa esa posibilidad, no lo dudéis ni por un instante -si lo puedo pensar yo, qué no harán un montón de espías entrenados para la guerra tecnológica-.

Estos días estuve fuera, y conversando con una amiga a la que conozco hace muchos años -y eso significa que está acostumbrada a oir sobre estas cosas- me dí cuenta lo difícil que resulta explicar lo que se viene encima a alguien que no esté realmente interesado en el tema. No conseguí que entendiera cómo es el asunto, que la RFID no es esa amiga que va a acelerar la cola del súper (aunque esa pequeña ventaja no esté mal), que eso del súper es un anzuelo y que la RFID es algo tan poco divertido como que tu ropa interior delate tu ubicación -y tus gustos más íntimos- en todos y cada uno de los segundos. Con los temas de privacidad sucede que no vale que les digas a tus amigos «lo saben todo sobre tí», tienen que ser ellos los que sientan una cierta inquietud y te digan «vamos a tomar un café y me explicas mejor eso que comentas siempre». Si no es así no sirve de nada. Y el problema es que es difícil de entender de novo, sin antes haber oído algo del tema.

Y por eso creo que ahora más que nunca hay que pasar a la acción. Si no lo hacemos ahora luego va a ser tarde. La RFID está ya en todas partes, está en el pasaporte, y en tu tarjeta de crédito -tanto VISA como Mastercard la usan-. Y eso, en un país donde la ley dicta la obligatoriedad de estar identificado en todo momento -llevar el DNI en el bolsillo 24/7/365- es tanto como tenerla en más lugares de los que realmente querrías llevarla. Necesitamos una especie de «RFID explicada a los niños». La lobotomía mediática hace que todo lo que llega de la RFID sean puertas que se abren sólas cuando tú te acercas y carritos superllenos que pasan por la caja del súper sin vaciarse en la cinta húmeda y negra de la caja. Realmente la propaganda les ha salido bien, realmente todos esos millones de dólares gastados en vendernos la moto han sido bien empleados.

Necesitamos apagar el televisor. Si hay algo que cada vez tengo más claro es que nuestra intimidad y nuestra privacidad corren peligro. Ahora en todos los ámbitos. RFID es sólo un frente, la lucha legal contra los sistemas de cifrado y ocultación de comunicaciones, la cibercensura que se practica sistemáticamente en China, India y otros paises y que nuestros queridos socialistas (vergüenza debería darles llevar ese nombre) amenazan con emplear aquí mismo, en España, sonotros frentes de esta lucha por la privacidad. La adopción masiva deDRM y el endurecimiento de las leyes de Derechos de Reproducción tan sólo porque son una vía inocua para establecer control sobre lo que podemos y no podemos compartir y extender; control sobre qué cosas pueden circular por la red y qué cosas no pueden hacerlo. No os creáis la verdad oficial, está cuidadosamente revestida de medias mentiras y vaguedades.

La privacidad corre peligro, y en la era del colectivismo más alienador, soez y televisivo esta privacidad es lo único que nos queda de nuestro pasado individual y ciudadano. Porque, ¿recuerdan?, hubo un tiempo en el que antes que clientes fuimos ciudadanos. Esa ciudadanía que tantas vidas y tanta sangre costó obtener hace tan sólo un par de siglos se pierde ahora bajo el yugo de unas instituciones excesivamente militarizadas, elegamentemente revestidas de europeísmo, prevención y seguridad ciudadana. Si no gritamos ahora puede que se nos haga tarde.

Abre los ojos al nuevo creacionismo, dios entregó el mundo a varias multinacionales y en este nuevo creacionismo sólo hay dos mandamientos: Comprarás nuestros productos y votarás lo que digamos.

Lenguaje político

«El lenguaje político, precisamente por ser usado por políticos, no se aventura en ninguno de los terrenos que le corresponderían ya que la mayoría de los políticos, por las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en la conservación de ese poder».

Harold Pinter, Premio Nobel Literatura 2005

coComment, no le veo el color…. ¡o sí!

Estos días estoy probando un nuevo sistema de seguimiento de comentarios en blogs, tras el estrepitoso fracaso del «sistema del.icio.us» para el seguimiento de comentarios (sistema que probé hace muchos meses pero nunca conseguí sistematizar, lo cual lo llevó al fracaso pues al final no tenía todos los comentarios, que era de lo que se trataba) he probado otra aproximación al problema: aderezar mi Firefox empleando coComment.

El resultado es, hasta ahora, lamentable. En su web dicen que esto funciona automático si tienes la extensión (ese es mi caso), de modo que si alguien tiene idea de cómo funciona y que hable ahora o se lo coman los demonios. A mí sólo me hace el seguimiento de los comentarios añadidos en blogger. ¿Qué tipo de extensión para seguir la conversación es esta que no es capaz de hacer tracking automático de los comentarios añadidos en wordpress? Nótese que ni siquiera pido que siga los de Drupal, CMS utilizado en este blog.

Creo que es inútil, pero si se supone que funciona de modo automático no sé porqué no puedo hacerlo funcionar.

Actualización 2006-10-03 @ 13.28h
Estuve fuera muchos días y a mi vuelta le dí otra oportunidad a esto. El resultado es bastante distinto: Ahora sí he conseguido que siga mis comentarios, si bien con ayuda del Bookmarklet para Firefox y no únicamente con la extensión que (según ellos) es suficiente y además funciona automáticamente. Nada de eso, pero con el bookmarklet es muy sencillito y ¡funciona!

Lo avisábamos hace tres semanas: Vuelven las patentes.

Yo que no me fío de nada y que ya he visto cómo las patentes de software han sido rechazadas por el europarlamento en varias ocasiones (lo que en sí mismo implica que tras ser rechazada alguien se ha empeñado en volver a levantar el tema) ya lo dije hace escasas tres semanas: La guerra de las patentes sigue abierta y amenaza más que nunca al Software Libre, algo que pudimos leer en la EFF.

Ahora vía Juan Tomás nos enteramos que el frente europeo también ajusta sus posiciones: Nos quieren meter las patentes en dos semanas ignorando la única institución democrática europea.

Y luego quieren que vote a la constitución. ¿Para qué? ¿Sí a esta Europa antisocial que pretende revivir la farsa hipócrita de «todo para el pueblo pero sin el pueblo»? Ni hablar.

Esta acción deja claro (una vez más) que con el ultracapitalismo globalizante campando a sus anchas diferenciar entre lo que se legisla a un lado y otro del atlántico no tiene sentido. Cuando unas pocas multinacionales campan a sus anchas por el mundo la nacionalidad y el idioma carecen de importancia; manda la divisa.

¡Eh! No te hagas el sordo, la videocámara te está hablando…

«¡Eh, tú! Es a tí, mírame y escúchame, no te hagas el sordo que tengo algo que decir.» ¿No te lo crees? Pues agárrate a la silla porque la realidad supera la ficción.

La telepantalla está aquí: En Middlesbrough (Inglaterra), que ostenta el dudoso honor de estar entre las ciudades británicas con más densidad de videocámaras, han instalado cámaras de videovigilancia capaces de hablar (amonestar) a los peatones, ya que van equipadas con un altavoz. (Yahoo! News, en francés). La policía local que está revisando en todo momento las cámaras y toma cartas en el asunto si ven que no colaboras.

La videocámara podría amonestar a quien arroje un papel al suelo con algo del tipo «la chica de la camisa azul, ¿puede recoger lo que acaba de tirar al suelo?», convirtiendo el correctivo en una especie de humillación pública.

Están tan contentos allí con su nuevo juguete que no ocultan su entusiasmo al decirnos, en boca del propio portavoz policial, que «las primeras pruebas arrojan resultados muy alentadores». Para colmo el sistema es alarmantemente barato (<75000 Eur), con lo cual está al alcance de hasta el más modesto y rácano de nuestros ayuntamientos.

Si es que cada vez me lo paso mejor, ayer nos lo tomábamos con algo de ironía pero cada vez nos dejan menos hueco para la sonrisa, aunque vaya cargada de sarcasmo.

(Gracias por el chivatazo, Anónimo)

***Relacionado:
Ojos mecánicos: Preparando un futuro mejor

RFID y las «victorias pírricas» en seguridad

«Dudamos que los Chips Espías vayan a detener las olas de crímenes en un futuro cercano, dado que los criminales pueden romper con mucha facilidad la seguridad de las etiquetas RFID. En lugar de ello, los consumidores seríamos los que pagaríamos el precio. Esta condición nos obligaría a dejar activa las etiquetas RFID en nuestros productos para siempre (Tal vez no se hayan percatado de ello todavía). La única forma de distinguir entre los artículos legítimos y los robados usando RFID es vincular los números de las etiquetas con los registros de compra. Esto requeriría que cada artículo sea inscrito con su comprador en el punto de venta y que estos datos sean incorporados a una base de datos masiva. Este sistema dejaría a ciudadanos que respetan la ley vulnerables a escaneos secretos, al acoso, y sería una Caja de Pandora de otros crímenes mucho peores que los pequeños robos que la RFID pudiera resolver.»

– Katherine Albrecht y Liz McIntyre, Chips Espías

Una cita al azar, de entre las docenas que tengo marcadas en Chips Espías. Pondré alguna más en los próximos días, pero intentaré no ser demasiado recurrente, para que no me azotéis ;)

Mira al pajarito… ¿O quieres salir feo en el vídeo?

Acojonante y genial esta viñeta que he visto (y robado inmediatamente) en el blog de Acalpixca, comparto su punto de vista: Hay que actuar, y hay que hacerlo ya.

Las cámaras -siendo parte de lo malo– no son lo peor, lo peor es la posibilidad de ubicar geográficamente esas cámaras utilizando su IP y lo peor es la posibilidad de ubicarnos geográficamente a nosotros -que hemos sido degradados de personas a pequeños e insignificantes clientes-. Lo peor es que no hacemos nada mientras nos meten la RFID en el pasaporte, nos la meten en el DNI, y dondequiera que miremos. Por nuestra seguridad. Y la paz en el mundo.

Y los que han hecho esto, alemanes ellos delatados por el anagrama de DB (Deutsche Bahn, Ferrocarriles Alemanes) quizá no han visto el metro de Madrid, ni el de Londres. Probablemente los han visto y si no aquí está un servidor: mi (breve) experiencia en los metros y ferrocarriles alemanes me dice que allí hay muchas menos cámaras, y tengo una especie de radar para verlas.

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