Reamde, Stephenson en otra línea

Reamde, de Neal Stephenson

Compré Reamde en preorder, llegó a finales de septiembre y lo comencé inmediatamente. Finalizarlo me costó como pocos libros recientemente (lo terminé hace un par de semanas, pero no pude escribir este post), en parte a su longitud (más de 1.000 páginas), en parte porque lo intercalé con otras lecturas pero, sobre todo, porque estos últimos meses Cartograf ha absorbido todo mi tiempo, siendo la ficción la principal damnificada. (A pesar de lo cual, y como consecuencia del impecable trato recibido, renové mi suscripción a Mongoliad, también capitaneada por Stephenson, durante otro año.)

Hubo tiempo, no obstante, para dejar por aquí alguna cita que me pareció valiosa y para comentar algunos aspectos verosímiles de la trama. Pero ahora que lo he terminado me permito hablar un poco más del libro. Tranquilos, no habrá spoilers.

En grandes líneas, es el libro de Stephenson que más me ha recordado a Criptonomicón, una novela a la que le tengo un cariño especial y –quizá– mi preferida de este señor. Sin embargo, Reamde es diferente tanto a Criptonomicón como a otras novelas suyas.

Aunque la trama tiene la firma inconfundible de Stephenson, no sentimos ese vértigo al que nos tiene acostumbrados llevando la trama hasta el filo de la navaja donde se decide el futuro del mundo (también de las personas que no están en la trama), un detalle en el que yo no había caído pero que hace ya mucho tiempo Asun puso por escrito en algún lugar que ahora no encuentro. Esto quizá podría suavizar la sensación de incomodidad que tienen muchas personas al leer a Stephenson. Sin embargo, he de decir que a mí, que me suelen gustar sus finales, éste me ha sabido a poco.

En resumen: Reamde es una novela de acción que se lee muy fácil (no se dejen engañar por el tiempo que me llevó completarla, sé que otros la devoraron en el tiempo que se merece), y aunque en ciertos momentos desconcierta, no cae en ese complejo de best-seller del que Stephenson tampoco se libra normalmente. Ya saben, esas 200 páginas de puro relleno que te hacen pensar que el contrato del autor con la editorial retribuye el libro en base a su peso. Además, tiene una buena colección de ideas interesantes marca de la casa. Y si sois seguidores de Stephenson o habéis disfrutado con otros libros de él, es totalmente recomendable.

Jose Alcántara
Resolviendo problemas mediante ciencia, software y tecnología. Hice un doctorado especializado en desarrollo de hardware para análisis químico. Especialista en desarrollo agile de software. Más sobre Jose Alcántara.

6 comentarios

  1. Escribí un ensayo sobre La Era del Diamante en mi difunto blog anterior, donde básicamente venía a decir que para Stephenson el advenimiento de las filés es una catástrofe para la civilización, y que interpretar la filé como la base para una sociedad deseable es no entender ni de coña de qué va Stephenson (creo que a ambos se nos ocurren ejemplos de esta malinterpretación. Ejem). Pero lo que mencionas es verdad: Snow Crash muestra con una sociedad que básicamente se va al carajo (aunque no a un carajo que hable sumerio, al menos), y La Era del Diamante termina con el estallido de la sociedad basada en filés (entre otras cosas, debido al preocupante resurgimiento del estado chino precisamente a través de la «liberación» de la tecnología. Creo que la postura de Stephenson acerca del software libre es muuuuuucho más ambigua de lo que se suele suponer).

    A mí me gustó Reamde también, aunque tengo que confesar que me salté muchas páginas, y que creo que un editor habría venido muy bien. Lo que más me gusta, creo, es el modo en que Stephenson muestra cómo piensan y actúan personas motivadas por la curiosidad intelectual (lo cual es algo francamente raro en la literatura contemporánea — el único otro ejemplo, muy dispar, que se me ocurre es A.S. Byatt).

    Y quiero leer la Mongolíada (en formato árboles muertos) YA.

    1. que ya dio algún giro sorprendente en su posición acerca del software libre (sorprendente en tanto que autor de The Hacker Crackdown), es cierto que Stephenson se ve a si mismo como un vicky, de los de La era, y que –al menos en ese mundo– los vickys tenían todo que perder con la liberación de la tecnología y el ascenso chino.

      A mí me gustó, es un libro de acción y se lee como tal (entretenida y despreocupadamente, sin aburrimiento). Tengo que leer algo de Byatt, te lo he oído mencionar ya más veces y para mí es un desconocido :)

      Mongoliad está muy chulo, no sé cómo les habrá quedao la edición en papel, pero desde luego ¡el libro está muy chulo!

      1. que yo veo una continuidad ideológica entre el Bruce Sterling de Islas en la red y el Sterling (en mi opinión, claramente ultrarrepublicano a la derecha de Atila el Huno) de Zenith Angle (ni idea de cómo lo tradujeron). Dos libros a los que mi reacción visceral, debo decir, fue «¡qué libro más horrible!» — no porque estuvieran mal escritos ni nada así, sino por lo que me pareció una distopia horrorosa en el primero y por la paranoia bastante racistoide del segundo (¿terroristas en un peli de Bollywood? ¿En serio?)

        Y creo que de imaginar la distopia a ponerse paranoico en el mundo real hay un paso. Un paso que, por suerte, Stephenson no parece haber dado (el final de Reamde es bastante indicativo en este sentido cuando deja claro que sigue habiendo cosas por las que dar gracias).

        1. No leí Zenith Angle, pero es cierto que hay una diferencia entre ver la situación complicada (o imaginarla) y ponerse el cuchillo entre los dientes para ir a la guerra. La analogía que planteas me recuerda a los que elogian el fracaso empresarial «porque de los errores se aprende». Un carajo: una cosa es que si algo nos sale mal nos conformamos e intentamos mejorar, pero cantarle una oda al fracaso me parece excesivo. Hay una diferencia notable entre ver la cosa chunga y regodearse con esa visión.

          El final de Reamde, tan cotidiano, tan de clase media, tan aburrido, es una especie de celebración de esa realidad en la que no hace falta adentrarse en el corazón de las tinieblas ;)

  2. Ya te dije que enganchaba!! por cierto, no ves ciertos paralelismos entre lo que están haciendo en Mongoliad con lo que el bueno de Richard Forthrast hizo con T’Rain (en la parte literaria de construcción de mundos)

    1. Sí, con Mongoliad en teoría pensaban crear algo así como un framework sobre el que construir escenarios para juegos y todo tipo de cosas. En el momento que hagan como Blizzard y le metan tienda que conecte con el mundo real ya tendrán T’Rain hecho realidad…

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